martes, 18 de septiembre de 2012

1, 2, 3, probando, probando...

Es Deprimartes, una vez más... 

Bien, pero, ¿qué es un Deprimartes? 
Veamos: a finales de 2009 me encontraba en la encrucijada de hundirme aún más en una depresión que arrastraba desde hacía años o encontrar alguna herramienta que me ayudara a encontrar la salida. Masticaba mucho la idea psicoanalítica de "estudiar mi estado depresivo"; ya que si quería solucionar mi problema, primero debía entenderlo a fondo. También por esa época le estaba tomando la mano a la red social llamada Facebook. Recuerdo que allí un par de amigos tenían la costumbre de subir todos los viernes un video de algún tema musical bien arriba, en espera del fin de semana. Y me dije: "¿por qué nadie nunca hace justamente lo contrario?". Quería empezar a publicar música interesante y melancólica los días lunes, pero los lunes ya son depresivos "per se", y gozan de tan mala fama, que me hacía falta encontrar un nuevo día...
Desde que yo tengo uso de razón, mis padres me criaron haciéndome escuchar su música, artistas de los años '60s y '70s como Creedence Clearwater Revival, Johnny Rivers, y Queen, entre otros. Con esa base, llegué a la adolecencia a fines de la década del '80; justo un momento que representó una verdadera baja en la calidad musical del rock, con bandas que por aquellos años priorizaban el hecho de tener un buen video por sobre la música que interpretaban. Con un presente tan impresentable, me volqué con todo a cultivarme e investigar la vieja historia de ese movimiento musical, social y cultural que ya lleva atravesadas más de seis décadas, llamado ROCK & ROLL.  
Pero me decidí a apropiarme de un costado único del rock. Es decir, es un género que evidentemente levanta el ánimo, así que; ¿por qué hay artistas que insisten en despertar a través del rock y sus diversos subgéneros nuestras emociones más tristes?
En mi plena adultez, me sorprendieron mi propia tristeza, la rutina, y la decepción hacia la vida misma. Y allí comencé a sublimar lo que me ocurría a través de la música de mis artistas favoritos. Allí comienza esta historia, que durante dos años y 100 videos apareció cada martes en mi muro de Facebook. 
Una historia que me permitió entender que, básicamente, existen tres clases de tristeza: una personal (con y hacia uno mismo), una afectiva (hacia una o unas personas específicas), y una social (sobre cómo nos relacionamos con todo nuestro entorno: el resto de la gente, la sociedad, el planeta, nuestras deidades, etc.). En las siguientes semanas espero poder presentarles distintos videos en los cuales se apreciarán claramente estos tipos de melancolías. Y uno no podrá hacer otra cosa más que sentirse identificado...

Porque, después de todo, ¿quién no ha estado triste alguna vez?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario