martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 47: “Somewhere Only We Know”. Keane. (2004)





Deprimartes ensombrecido:



“Caminé a través de una tierra baldía, conocía el camino como la palma de mi mano; sentí el suelo debajo de mis pies, me senté junto al río, y eso me hizo sentir completo. ¿Adónde se fueron las cosas simples de la vida? Me estoy volviendo viejo y necesito algo en qué confiar. Así que dime cuándo vas a dejarme entrar en tu vida. Estoy muy cansado, y necesito un lugar para comenzar”. Hoy a mí también me toca ver la vida a través de un cristal empañado. Y siento mucho eso en la piel. Siento que me voy poniendo viejo, y que me he cansado mucho buscando algo o alguien en quien confiar. Así que yo también suelo ir a reflexionar a mi propio rincón oscuro, como les pasa a los muchachos de este Deprimartes.



“Me topé con un árbol caído, y tuve la sensación de que sus ramas me estaban mirando. ¿Es éste el lugar que una vez supimos amar? ¿Éste es el lugar con el que estuve soñando?”. Así aparece este paraje sombrío donde el trío británico Keane se retira a meditar después de un show. El lugar es un lóbrego bosque por el que corre un arroyo, y donde de a poco el día ha ido perdiendo su batalla con la noche. La verdad es que no parece ser el lugar ideal para ir a despejar la mente. Pero, ¿cómo alcanzaríamos la luminosa sabiduría si no nos ocultáramos para reflexionar en nuestro territorio sagrado? ¿Y cómo sabríamos disfrutar de la luz si no fuera por la penumbra?



Hay gente que le teme a la oscuridad, porque no pueden ver qué cosa hay allí. Tal vez, como les ocurre a los integrantes de esta banda, allí se topen con cada uno de nuestros pequeños y negros demonios. Pero yo sé que hay un truco con la oscuridad: lo que sea que hay allí, tampoco puede vernos. Así que es probable que vos seas el que asuste a tus propios demonios, y no al revés. Y tal vez, si nos amigáramos con esos diablillos que atormentan nuestras mentes, hasta lograríamos hacer que su corazón latiera.



Así que, ¿por qué no probar y hacer lo siguiente?: “Si tienes un momento, ¿por qué no vamos a hablar de esto a un lugar que sólo nosotros conozcamos? Aquí puede ser que se termine todo, así que, ¿por qué no vamos a un lugar que sólo nosotros conozcamos?”. ¡Feliz Deprimartes!

4 comentarios:

  1. Nunca me había planteado que podía ser yo la que asustara en la oscuridad, interesante postura, que me lleva a otra reflexión, y si nosotros fuesemos nuestros propios demonios, nos asustaríamos pues doblemente?? :)
    probaré a hablar con ellos, a ver si dejan de meterme el dedo en el ojo.
    De nuevo gran elección e interpreración

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  2. Si tus demonios están metiéndote el dedo en el ojo, a lo mejor te están queriendo señalar algo. ¡Consulta a tu oculista!

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  3. Muy buena reflexión. No tememos estar solos en la oscuridad, sino lo opuesto: no encontrarnos solos en ella. Pero es sólo en la luz que la oscuridad nos resulta ajena y se vuelve nuestra enemiga. Estando nosotros en la luz, la oscuridad se repliega a un rincón y desde allí nos asecha con vaya uno a saber qué demonios... Sin embargo, cuando las luces se apagan y abrazamos la oscuridad, ésta se vuelve otra vez nuestra amiga; nos cuenta sus secretos, en susurros, y termina siendo una excelente compañera.

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    1. Hermoso tu comentario. Somos pocos los que reconocemos a la oscuridad como una amiga, y una amiga que se nos vuelve invalorable. Todos los misterios de la vida nacen en un lugar oscuro e interesante.

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