martes, 19 de noviembre de 2013

Capítulo 58: “The Great Pretender”. Freddie Mercury. (1987)




Deprimartes farsante:

Una indiscutible obra maestra, un cover de un viejo tema de The Platters, versionado sabiamente desde lo estético por este ser maravilloso, que por aquella época ya se nos empezaba a morir: ‎”Soy un náufrago en mi propio mundo, sigo jugando mi juego, pero para mi desgracia, me dejaste soñando solo”.

Hoy les dejo a quien es, para mi gusto, la mejor voz de la historia del Rock. Gran parte de su vida fue una puesta en escena, bien estudiada y mejor interpretada por él, el Gran Simulador. Freddie Mercury fue Farroukh Bulzara, nacido africano de familia hindú y de religión persa, pero más británico que la Reina misma. No pertenecía a ningún lugar, y tal vez por eso fue que terminó estableciendo su propio reino en un lugar ideal para hacer puestas en escena: el escenario: “Oh sí, soy el gran simulador, pretendiendo que estoy bien, mi necesidad es tanta, que aparento demasiado. Y en realidad estoy tan solo que nadie se da cuenta”. Su Majestad de las dualidades, este artista de formación operística tenía una tremenda potencia rockera, era amante del box y del ballet por igual; y fue tan homosexual que, increíblemente, siempre necesitó tener a mano a quien fuera su primera novia, hoy su única heredera legal.

Para aquellos que amamos a Queen no nos cuesta descifrar que este video es una gran tomadura de pelo que el propio Freddie hace de sus anteriores videos. Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos y de sus propios maquillajes, por demacrados que estén: “Tan real es esta sensación de engaño, tan real cuando siento lo que mi corazón ya no puede ocultar. Sí, soy el gran simulador, riéndome feliz como un payaso, aparentando ser lo que no soy. Uso mi corazón como si fuera una corona, mientras finjo que todavía estás aquí”. Si bien es discutible, creo que a nadie se le caerá la corona si digo que estamos frente al mejor frontman de una banda en toda la historia del Rock & Roll. Su fortísima presencia escénica, su manejo carismático del público, y –sobre todo- su potentísima voz, le permitían a la audiencia pasar por alto a cualquier músico que pudiera estar tocando detrás de él… Pero por suerte, detrás suyo tenía una banda en la que tocaban Brian May, John Deacon y Roger Taylor, tres monstruos musicales, constituyendo uno de los números de mayor calidad de todo nuestro querido Rock.


Y Freddie se quedará por siempre en ese Olimpo reservado para los seres que, por alguna razón, sencillamente no podremos olvidar nunca. Querido Freddie… Si sólo supieras lo mucho que se te extraña… ¡Feliz Deprimartes!

2 comentarios:

  1. Aquí me has dado!! Freddie fue y es para mi, sin duda, perfecto. Lo que este hombre hacía era mágico. Un monstruo en el escenario, registros de todos los colores y sabores para que todo lo cantable fuese posible para él con una aparente facilidad pasmosa. Rodeado de lo mejor y creando maravillas.Desde luego se le echa de menos cada día, porque dudo podamos encontrar, con facilidad, una conjunción tan perfecta en un mundo real.
    Disculpa el exceso de emoción pero es que yo quiero a este hombre!!! :))
    De nuevo una elección y una interpretación genial, has hecho un precioso y acertadísimo tributo

    ResponderBorrar
  2. Freddie no podría haber sido quien fue si no nos emocionara su arte. Aún hoy, apreciarlo en el tiempo, hace que sintamos lo mismo que mucho sienten con los buenos vinos -y eso que te lo está diciendo un abstemio empedernido como yo-; cada día está mejor. Aquí, en Argentina, tenemos un dicho: Gardel cada día canta mejor. Lo mismo se aplica para el Señor Mercurio. Un gusto leerte, como siempre, Nuria.

    ResponderBorrar