Deprimartes hedonista:
Un clásico de clásicos nos visita en este Deprimartes. Esa
gran banda setentosa que ha sido Eagles nos trae su más importante éxito, con
un mito urbano acerca de un lugar paradisíaco que oculta oscuras intenciones.
¿Es la felicidad esto? ¿Un lugar maravilloso donde podemos cometer las más
salvajes atrocidades? Toda una parodia de lo que significa el mundillo de la
fama y sus excesos: “Viajando por una carretera
oscura y desierta, un viento fresco me golpea la cara. Un tibio aroma de
cannabis se levanta en el aire. Adelante, en la distancia, se ve una luz
temblorosa. Mi vista se volvió borrosa y la cabeza se me inundó de sueño, así
que tuve que parar para pasar la noche. Y allí estaba ella, en la puerta; oí la
campanilla de la entrada. Y allí pensé: ‘esto bien podría ser tanto el infierno
como el paraíso’. Así que ella prendió una vela y me mostró el camino. Y sentí
voces en el corredor, creí escucharlas decir: ‘Bienvenido al Hotel California,
un lugar tan solitario como encantador. Tenemos muchas habitaciones disponibles
en el Hotel California, serás bien recibido en cualquier época del año’”.
Estamos ante un tema que bien podría considerarse como el epítome del Rock &
Roll virtuoso. Una canción comercial, pero reflexiva, excelentemente arreglada
y ejecutada con cierto lirismo irrespetuoso. Evidentemente es una cumbre. Casi
a manera de fórmula aritmética, es prácticamente imposible que este tema le
desagrade a alguna persona; y si lo hace, se estaría fundamentando en
fanatismos baratos como para negar algo así. Tan fuerte era la sinergia que
lograba este grupo, que luego de separarse en pésimos términos a comienzos de
los ‘80s juraron que se reunirían sólo cuando “el infierno se congelase”. Inevitablemente,
casi una década y media después, su siguiente álbum se intituló “Hell Freezes
Over” (“El infierno se congela”).
Pero volvamos a la historia… Un lugar de ensueño, un viaje
misterioso y una fémina cautivante. Definitivamente, algo tiene que estar mal.
Veamos cómo sigue la cosa: “Ella parece tener
cierta debilidad por las joyas, y hasta tiene un Mercedes Benz. Está rodeada de
un montón de carilindos a los que llama ‘amigos’, con los cuales danza en el
parque. Dulce sudor del verano, veo algunos bailando muy bien, y a otros; mejor
olvidarlos. Así que llamé al Capitán y le pedí que me trajera vino; y él me
dijo: ‘¡Bien! Nadie había tenido ese ímpetu aquí desde 1969’. Y todavía escucho
esas voces lejanas, puedo sentirlas llegando en medio de la noche, sólo para
decirme: ‘Bienvenido al Hotel California’”. Y, como era de esperar,
pronto veremos que en este sueño algo tenía que fallar. Porque si algo aprendí
de la vida, es aquella Ley de Murphy que nos dice que si ya hemos tomado todos
los recaudos suficientes como para que nada salga mal, ¡entonces algo nuevo
fallará!: “Espejos en el techo, champagne rosado
con hielo; resulta que somos prisioneros aquí, pero a nuestra elección. En la
cámara principal, todos se reúnen para el festín. Y aunque todos la apuñalan
con cuchillos de acero, nadie puede matar a la Bestia”.
Recordemos que la banda de Joe Walsh, Don Henley y Glenn
Frey nos están contando en realidad su camino hacia la fama y lo incontrolable
que todo se volvía, rodeados de groupies y de drogas. La fama se termina
convirtiendo en una Bestia Pop, imposible de matar; y sus excesos son todo
aquello de lo cual no se puede huir: “Lo último que
recuerdo era que estaba corriendo hacia la puerta, tenía que encontrar el
pasillo que me llevara a la entrada. ‘Relájate –me dijo el portero- aquí
estamos programados sólo para recibir. Puedes registrarte cuando quieras, pero
ya nunca te podrás ir’”. Atrapados en el paraíso, no se me ocurre mejor
lugar para deprimirse… ¡Feliz Deprimartes!
...y que querés si estaban en el Chateau Marmont más duros que Pablito Echarri!!! ¡Cómo para no ver al diablo bailando en la reja del balcón del lobby!
ResponderBorrarY sí, más allá de las insinuaciones a la Iglesia Satanista de Anton LaVey, en este tema se usa mucha metáfora para describir el supuesto paraíso de ser un rock star, devenido en lo más parecido a un infierno real. Excesos, excesos...
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