Deprimartes progresivo:
Érase una vez una banda llamada
Yes… Para aquellos que jamás oyeron hablar de esta banda, además de desearles
una muerte inmediata y muy dolorosa debido a su ignorancia supina, les comento que en su apogeo estuvo conformada
por los siguientes monstruos: Jon Anderson, quien aún guarda un ángel en su voz
celestial; Steve Howe, de quién nada menos que Brian May dijo que “necesitaban
un verdadero guitarrista” cuando Queen lo convocó para tocar la guitarra clásica
en su tema "Innuendo"; Chris Squire, bajista paradigmático del rock progresivo y único
miembro constante en todas las encarnaciones de la banda hasta la fecha; Alan
White, quien además de su participación en Yes fue convocado para tocar la
batería por unos tales John Lennon y George Harrison para grabar ciertos discos
llamados “Imagine” y “All Things Must Pass”; y Rick Wakeman, considerado por la
crítica como el mejor tecladista en toda la historia del Rock. Ellos “son” el
Rock Progresivo; ese movimiento asombroso, cumbre del Rock & Roll, donde cada
tema se transformaba en suites de decenas de minutos y se buscaba alcanzar la
estatura de obra artística mediante la calidad, tanto musical como lírica. “Muévete. Tú siempre vives la vida sin pensar en el
futuro. Prueba tu valor, la jugada que haces es lo que te define; tienes
chances de ganarla o de perderla. Mírate, eres los pasos que das; sólo tú eres
responsable de tu vida. Sacúdete, eres cada movimiento que haces, y así sigue
tu historia”.
“Dueño
de un corazón solitario… Es mucho mejor que ser dueño de un corazón roto”.
“Aguarden… ¡Aguarden!”, dice interrumpiendo el videoclip la potente y clara voz de
Jon Anderson: “Tal vez haya otra manera de hacer esto”. Y es que este híper
conocido tema le planteó a Yes toda una encrucijada, un dilema a ser decidido
entre su inconmensurable calidad musical y la búsqueda de un acercamiento
comercial hacia el éxito. Hoy, es innegable que este es el tema más conocido de
la banda, y que en plena época de la MTV, este éxito masivo les hizo ganar muchos
seguidores que antes ni siquiera les hubieran demostrado interés. Por supuesto,
aunque la mona se vistió de seda, continuaron siendo un grupo de una espectacular
calidad.
“Dices
que no quieres correr riesgos, que antes te han herido mucho. Mira ahora, el
águila que cruza el cielo; cómo avanza danzando a su propia manera”. Estamos
ante un maravilloso video sobre un hombre que es arrancado de entre la
muchedumbre urbana para ser cuestionado sobre las espantosas visiones de origen
kafkiano que lo asaltan en sus ensoñaciones. Sabandijas de todo tipo atormentan
las alucinaciones de este engranaje defectuoso de la maquinaria diaria,
provocándole ataques imprevisibles... La imprevisibilidad… Probablemente la
peor enemiga de cualquier sistema. “¡Tú! Pierde el
control. Y no lo hagas por compasión, no hay una verdadera razón para quedarse
solo. Sé tú mismo, dale una oportunidad a tu decisión; sólo debés desear el
éxito”. ¿Qué hacer ante la pérdida de control que nos convierte en
distintos? ¿Esto es liberación o es demencia? Y si hay que huir del sistema…. ¿Cómo
hacerlo?... ¿Hacia dónde huir? Acorralado por las alimañas que torturan su
mente, nuestro hombre en cuestión toma una determinación que lo lleva hacia la verdadera liberación: “Después de mi indecisión, ellos me confundían tanto; y
mi amor me decía que nunca cuestionara mi voluntad. Porque finalmente habrá que
hacerlo, mirar antes de saltar, y no dudar”. Y así paladea por una vez esa
sensación de libertad absoluta que experimenta un cuerpo cuando cae al vacío.
Y en el final del videoclip, algo
cambió. El engranaje gira en la dirección contraria, rota sobre su propio eje,
y decide ir contra la corriente. Y queda la duda: ¿Fue un proceso de liberación
personal, o esto era lo que el sistema buscaba mediante su proceso
interrogatorio?: “Tarde o temprano cada conclusión
va a ser decidida por un corazón solitario. Será hermoso y excitante, te dará
un mejor comienzo; así que nunca engañes a tu voluntad de decidir. Sólo
recíbela”. Somos engranajes. Queda en nosotros decidir para qué lado girar.
¡Feliz Deprimartes!
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