Deprimartes imbécil:
Esta agrupación canadiense de nombre
improbable tuvo este pegadizo éxito a comienzos de los ’80; pero lo interesante
de esta banda es que logró un impensado suceso en el ambiente deportivo. Ocurre
que los “Hombres Sin Sombrero” tienen de manera indiscutible la tonada más
cantada por las hinchadas en los estadios de fútbol argentinos. Estoy hablando de “Pop
Goes The World”, una canción bastante tonta, que sin embargo ha demostrado ser
inoxidable en las gargantas de cuanto fanático descerebrado puebla nuestras canchas. Y hablando de gente estúpida, aquí tenemos lo que ocurre en este otro
video: “Podemos bailar si queremos, podemos dejar a
tus amigos atrás. Porque tus amigos no bailan, y si no bailan; pues entonces nunca
van a ser mis amigos. Te digo que podemos ir adonde queramos, a un lugar donde
nunca nos encuentren. Y podemos comportarnos como si viniéramos de otro mundo,
dejando la realidad atrás. Y podemos bailar… ¡O cantar!”.
Veamos qué nos trae este
videoclip: gente enmascarada, disfraces, títeres, paisanos bailoteando
alrededor de un poste con cintas… Nada parece tener sentido, y menos aún si a tu
lado va tocando un juglar enano y zurdo. Pues esto no es muy diferente de lo
que uno suele encontrarse en alguna de esas estupendas ferias medievales –bueno,
tal vez no haya enanos zurdos, pero quién sabe-; esos lugares increíbles donde
contamos con la posibilidad única de actuar como si fuéramos un personaje sacado
de algún libro, proveniente de alguna fantástica tierra lejana. En definitiva,
es una maravillosa licencia que nos es otorgada para comportarnos como idiotas
por un rato: “Podemos ir adonde queramos, la noche
es joven y yo también lo soy. Y podemos vestirnos de punta en blanco, de la
cabeza a los pies, y sorprender a todos con un grito de victoria. Te digo que
podemos actuar si quisiéramos, si no lo hacemos nosotros, nadie va a hacerlo. Y
tu podrías actuar muy rudo y parecer un loco, mientras que yo puedo comportarme
como un imbécil”.
Aunque en más de una ocasión el vocalista Iván Doroschuk aclaró que escribió este tema como una queja porque en ciertos boliches no lo dejaban expresarse libremente y bailar haciendo pogo, pudiendo con esto amenazar la seguridad física de quienes tenía cerca; subliminalmente hay una obvia referencia a la sensación de inseguridad mundial que se vivía en esa década con la Guerra Fría. Eso queda claro con los últimos fotogramas del video: “Y te digo que podemos bailar, podemos bailar, todo está fuera de control. Podemos bailar, todos lo hacen, desde el Polo Norte al Polo Sur. Podemos bailar, todos miren sus manos. Podemos bailar, todos están aprovechando. Siempre y cuando sea un baile seguro”.
En fin… Después de buscarla toda
la vida, parece que aquí es donde reside la fórmula de la felicidad: en ser
imbéciles. Otra conclusión no queda luego de escuchar lo que cantan estos
muchachos: “Podemos
bailar si queremos, tenemos toda la vida para hacerlo. Y siempre que abusemos
de ello, nunca vamos a perder las ganas. Todo saldrá bien”. ¡Seamos
felices entonces! ¡Seamos imbéciles! ¡Feliz Deprimartes!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario