Deprimartes divorciado:
La letra de este tema es una
férrea defensa del matrimonio como institución. Y tan férrea es, que sospecho
que es ironía pura. A lo largo de los siglos el matrimonio ha demostrado una
ineficacia espectacular para hacer felices a la gran mayoría de los que
incurren en semejante compromiso. Y no es que hable por experiencia propia –bueno,
eso también-, pero es innegable la enorme cantidad de gente que ha llegado al
resentimiento mutuo luego de compartir un puñado de años como pareja. Salta a
la vista aún del menos perspicaz que el matrimonio no es para todos. Lo curioso
es que históricamente hablando, el divorcio es legal desde hace relativamente
poco, y aún existen países occidentales donde no está permitido. El odio
compartido era entonces la única opción, porque incluso separarse estaba mal
visto: “Recuerda que los votos matrimoniales son
sagrados. Dios nos ha unido, así que tenemos que esforzarnos por permanecer
juntos. Vamos, sigamos juntos. Ya sabes que hicimos un juramento para nunca
abandonar al otro”. Qué triste es pensar que estos son los únicos
argumentos que se pueden esgrimir para permanecer al lado de alguien.
Roxy Music fue una banda pionera
del Glam Rock, allá por principios de los años ‘70. Tuvo la particularidad de
saber adaptarse a casi cualquier tendencia surgida durante la década en la que
existió, desde el Rock Electrónico, al Disco, pasando por el Soft Rock y la New
Wave. Contó entre sus integrantes a dos músicos que terminarían por convertirse
en enormes productores de bandas legendarias, como lo fueron Brian Eno y Phil Manzanera.
También tocó en la banda Paul Carrack, quien luego fuera el cantante principal
de Mike & The Mechanics; pero el principal atractivo de esta exitosa banda
fue su frontman, el teatral y elegante Bryan Ferry. Dueño de una voz suave y
firme, contaba además con un gusto visceral por las mujeres hermosas que
aparecían en las tapas de sus discos. Una de ellas fue Jerry Hall, quien luego
fuera la esposa que más le duró a Mick Jagger; y a quien vemos en este video
jugando el papel de una perturbadora mujer fatal: “Ya sabes, nunca extrañas el agua hasta que un
día tu pozo se seca. Vamos, démosle a nuestro amor otra oportunidad”.
El último verso del tema hace
referencia a un argumento que se transformó en el paradigma de las excusas para
continuar casados, sin importar la infelicidad que se padeciera: cuánto sufren
los hijos por la separación de los padres. Si bien es un punto válido, también
es cierto que a lo largo de la historia de la humanidad, tres de cada cuatro
hijos crecieron sin padres, o sólo con uno de ellos. Antiguamente la muerte estaba
a la vuelta de la esquina gracias a las guerras, las enfermedades, la poca
esperanza de vida, etc. Y en pleno Siglo XX esta justificación se seguía
utilizando como excusa para no desobedecer a Dios: “Y
si aún tienes dudas, piensa en nuestros hijos. ¿Cómo podrían ser felices sin su
mamá y su papá?”. En fin… Parece que, después de todo, algo hemos
avanzado en esto de separarnos de quien nos lleva a la infelicidad. ¡Feliz
Deprimartes!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario