martes, 2 de mayo de 2017

Capítulo 166: “Rock Lobster”. The B-52’s. (1979)




Deprimartes crustáceo:

“¡A rockear!”: grita en un momento de esta canción el vocalista Fred Schneider. Y a eso se han dedicado siempre. A lo largo de los años, ha sido imposible tomarse a los B-52’s en serio. Y es que ellos mismos han hecho de su carrera una enorme broma, un proyecto musical con la liviandad de una estudiantina que se ha descontrolado más de la cuenta. Eso no quita que se pueda intentar analizar lo más seriamente posible todo lo que hicieron para entrar en la historia grande del Rock. Pero nuevamente, ponernos serios con ellos es un tanto costoso; especialmente considerando letras como ésta: “Estábamos en una fiesta, y su lóbulo se cayó en un abismo. Alguien fue y lo agarró. ¡Era una langosta rockera!”.

La intención de esta festiva banda de Georgia nunca parece haber sido otra que la de divertir, poner a la gente a bailar, pero lo interesante del caso es que para hacerlo han intentado replicar el ritmo del Twist; y su sonido abreva mucho en el primer Surf Rock -la guitarra de esta canción nos recuerda demasiado al sonido de Dick Dale-, y ese órgano Hammond intenta transportarnos a la rastra a mediados de la década del ’60. Es la onda retro que traía apareada consigo esta “Nueva Onda”, la New Wave que se había hartado de la Música Disco a finales de la década del ’70: “Estábamos en una fiesta, todos tenían toallas haciendo juego. Alguien fue debajo de un muelle, y allí vio una roca. Pero no era una roca… ¡Era una langosta rockera! ¡Langosta rockera!”. A la hora de cantar, el estilo conversacional en que solían acomodarse tanto Schneider como las dos vocalistas, Kate Pierson y Cindy Wilson, no sólo le daba dinamismo a las letras, imprimiéndole una aire de diálogo a todo lo que se cantara; sino que ha sido el sello mismo de esta banda. Tanto ha sido así, que aún los fragmentos más dramáticos de la letra suenan increíblemente divertidos: “Movimiento en el océano, la manguera de su traje de buzo se rompió. Un montón de problemas, un montón de burbujas. Él estaba atascado… ¡En una almeja gigante!”. 

La demencia de esta banda era tan grande que sus integrantes hasta llegaban a fingir un desmayo en escena cuando gritaban: “¡Langosta rockera! ¡Todos abajo!”. De todas maneras, toda fiesta esconde alguna tragedia. Y los B-52’s no son la excepción. Luego de actuar ante su mayor multitud, nada menos que en Rock In Rio, el guitarrista Ricky Wilson -hermano mayor de Cindy- contrajo SIDA; y no tuvo mejor idea que no decírselo a nadie. Murió de forma inesperada, mientras la banda grababa su cuarto álbum, dejándolos a todos devastados y sin ganas de continuar. Por fortuna, el baterista Keith Strickland pasó a cubrir su lugar como guitarrista, y continuaron para sacar un enorme disco como “Cosmic Thing” en 1989, del cual salen sus híper conocidos temas “Love Shack”, “Channel Z”, y “Roam”. La fiesta tenía que seguir: “Chicos en bikini, chicas en tablas de surf. Todos están rockeando, todos se están retorciendo alrededor del fuego. Divirtiéndose, cociendo patatas, cocinándolas con el sol”.


“Ponte tu protector de nariz, ponte el salvavidas; y alcánzame el bronceador”. Esta invitación a pasar un día en la playa termina por convertirse en una lírica demencial, que no pretende más que plasmar una tras otra imagen surrealista donde un supuesto fondo del mar se mueve al ritmo de un caos alucinógeno: “Aquí viene una raya, allí va una mantarraya; acaba de llegar una medusa. Allí va un pez perro, perseguido por un pez gato. Entró volando un pez gorrión. ¡Cuidado con esa piraña! Allí va el narval… ¡Y aquí viene la ballena en bikini!”. Las voces femeninas que dan vida a los imposibles animales marinos de esta canción están inspiradas –según la misma banda reconoció- en los gritos supuestamente artísticos de Yoko Ono, y curiosamente cuando este tema se editó fue escuchado por John Lennon, quien reconoció la influencia de su esposa y encontró en la canción la inspiración que necesitaba para volver a un estudio de grabación luego de cinco años de inactividad. ¡Feliz Deprimartes!

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