Lo mejor es
acompañar al amor con una rutina que nos permita, cada tanto, romper la ídem; o
podemos terminar como la supuesta parejita ideal de la canción: “Te sorprendí sacándome dinero a escondidas, diste un
golpe en la puerta, y terminamos peleamos con cuchillos y con tenedores. Finalmente
me vestiste con ropa de mujer, nos divertimos con eso del cambio de género; me
pintaste los ojos y me dijiste que yo estaba linda”.
Como ya he dicho -y sostengo a
rajatabla-, el amor no sirve para nada. No tiene aplicación práctica. Podemos
disfrutarlo siempre que lo tengamos, pero en cuanto se va nos deja sumidos en
la agonía, y necesitados de ayuda profesional: “Mi
analista dice que ya no debo verte más, dice que eres como una enfermedad sin
cura. Dice que estoy tan obsesionado que me estoy volviendo un tipo aburrido. Y
tú te creés tan linda”. Hace un tiempo tuve una noviecita que tenía un
serio problema de celos enfermizos, el cual estaba arruinando nuestra relación.
Le recomendé que hiciera terapia, y luego de varias sesiones logró solucionar
su problema: cortó conmigo. Ruego que esa chica nunca se resfríe, porque sería
capaz de solucionarlo pegándose un tiro… Como he dicho, el amor no sirve para
nada. Ni siquiera una buena terapia lo cura.
Les termina por pasar todo tipo de
calamidades a quienes cultivan el romance en el mundo real. Así es la historia
de muchas parejas que se han jurado amor eterno, y cuya relación se termina
volviendo tan necesaria y disfuncional como la vida misma lo es: “Abandoné nuestra casa, pero tú te mudaste justo al lado.
Te cerré la puerta en la cara, pero hiciste un agujero en la pared para entrar.
Te encuentro durmiendo al lado mío cuando creía que estaba sólo. ¡Me estás
volviendo loco!... ¿Cuándo vuelves a casa?”. El video está muy
sobriamente ambientado, con los músicos de la banda psicoanalizándose mientras
se ponen en el lugar de sus mujeres; criaturas hermosas a quienes con una
simple promesa de fidelidad hemos condenado a vagar junto a sus sueños rotos por
un pequeño mono ambiente, que oficia de cocina, lavadero y comedor. Muy
interesantes las frases que aparecen sobreimpresas, típicos clichés que uno
puede escuchar en cualquier antro en el que se adora al dios Freud, donde un
paciente desgrana sobre un sofá: “¿Tengo que hablar solamente yo?”, “Realmente
necesito sacarme este peso de encima”, “Ese tema siempre fue un problema”,
“Creo que mi madre quería tener una niña”, “Nunca había hecho esto antes”, “Así
soy yo, definitivamente”, “Estoy atravesando una fase”, “Nos separamos”, “No
podía ser realmente quien soy”, “Fue en buenos términos”, “No sentía que yo
fuera muy exigente”, “Ella es la rara”, “Sí, tuve una infancia feliz”, “Me
olvidé la pregunta”, “No tengo nada más que decir”, “Me gustaría ser cantante”,
“No quiero hablar de eso”, “Podría haber sido profesional”, “Y… ¿Usted qué
opina?”, “No se puede confiar en las apariencias”, “Pienso mucho cuando estoy a
solas”.
Al final, nos queda cómo válida la
última gran pregunta: “¿Cuánto me está costando todo esto?” Feliz Deprimartes,
tontuelos enamorados.
Admito, con venda en los ojos esperando un Nuria te queremos, que no la había escuchado nunca. Eso me encanta porque me ofrece la oportunidad de sumergirme el la web a chusmear, me ha gustado y promete lo que pueda encontrar.
ResponderBorrarYo, que no estoy enamorada y gozo de un gran equilibrio emocional muy reciente que hace que desee una temporadita de esta guisa, admito que me encanta el amor, lo adoro, eso sí, tal y como yo lo concibo. Adoro el amor que prima intensidad a concepto temporal, que ve como un éxito cualquier instante compartido con el amado aunque acabe de finalizar con el con el corazón hecho trizas. Quizás peque de infantil, pero adoro el amor que nos hace sentir jóvenes, tontos y enérgicos a cualquier edad...para crear rutinas no es imprescindible compañía.
Feliz día de... :)
Esta vez el commentario no es para el autor del blog, si no para Nuria (quien no sé si después de tantos años seguirá por acá). Hace tiempo vengo leyendo esos comentarios que para mi se han convertido en una parte infaltable en este blog.
BorrarHasta ahora no me había decidido a hablarle, a pesar de compartir algunas opiniones... Pero está vez no me quedaré callada, esta vez la muchacha enamorada del amor ha tocado algo dentro mío y esta vez, que la entiendo más que nunca antes, quiero que lo sepa.
Un abrazo desde Argentina para aquella que está dispuesta a sumirse en los abismos de la desesperación a cambio de tocar el cielo un ratito.
A no desmayar, Nuria, que por estos lados se te quiere. Me alegro de que te haya gustado la canción como oyente primeriza, y encima gracias a mí. Yo recién salgo de algo, y así estamos. Buscando el equilibrio emocional. Digamos que el amor no es lo mío. Realmente me deja como un tipo muy desequilibrado. Igualmente: ¡Feliz San Calentin!... ¡Digo, Valentín!
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