Deprimartes parlanchín:
Hace un cierto tiempo inventé un juego. Consiste en anotar
una palabra cualquiera en un papel, luego visitar la portada de Wikipedia, y dar
click en la opción “Página aleatoria”. Desde ese resultado se irá clickeando
solamente en los enlaces hasta lograr dar con la palabra anotada previamente.
Quien logra conectar la página aleatoria con la palabra elegida usando la menor
cantidad de enlaces, gana… Ok, les juro por todas las deidades que es bastante más
divertido de lo que suena; y ocurre que este juego (al que llamé humildemente
el “Magistral Murray”) utiliza una mecánica muy similar a la que sostiene la
idea de los seis grados de separación. Según esta teoría, todas las personas
del mundo estamos interconectadas por no más de cinco o seis conocidos en
común; y es conocida en su versión más popular: aquella que sostiene que todos
los actores estamos a tan sólo seis grados de Kevin Bacon. Puedo demostrarlo
con mi propia persona: yo, que soy actor, conozco a mi buena amiga la artista
Johanna Dragone, quien me llevó a un taller de meditación en el que también
estaba su amiga la cantante Militta Bora, quien fue pareja del actor
norteamericano John Cusack, que trabajó en la película “Being John Malkovich” con
Sean Penn, quien finalmente actuó en el filme “Mystic River” con… ¡TA-DAH!
Kevin Bacon. Así es, casi que somos familia con Kevin. Pero, ¿y por qué estoy
hablando de eso? Ocurre que hay un músico que por alguna extraña razón está
relacionado con las más grandes leyendas del Rock. Todos se conectan de una u
otra manera con Harry Nilsson, un gran vocalista con una voz de tres octavas y
media que le permitía sonar como un ángel; pero en este caso es un ángel que no
le da importancia a quienes le rodean: “Todo el
mundo me está hablando y yo no escucho ni una palabra de lo que dicen, tan sólo
oigo los ecos de mi propia mente. La gente se detiene a mirarme pero yo no
puedo ver sus rostros, tan sólo veo las sombras de sus ojos”.
Es increíble que un cantante tan exitoso como lo fue Harry
Nilsson prácticamente no haya hecho presentaciones en vivo, pero él se sentía
mucho más a gusto en el estudio de grabación, componiendo melodías para programas
infantiles o para otros artistas. Esporádicamente grababa bajo el seudónimo de “Nilsson”,
a secas, y eso hacía que muchos creyeran que se trataba de un grupo. El éxito
le llegó cuando la presente canción fue incluida en la película de culto “Midnight
Cowboy” con Dustin Hoffman y Jon Voight. Allí su nombre comenzó a ser
reconocido, y de hecho cuando a los mismísimos Beatles les preguntaron cuál era
su banda norteamericana preferida respondieron que era Nilsson. Esto hizo que
rápidamente Harry se convirtiera en un gran amigo de ellos, lo cual lo llevó a
formar parte del infame club “Hollywood Vampires”, una grupo fraternal de súper
estrellas del Rock en el que tan solo se reunían a ver quién bebía más alcohol
en toda la noche. Y allí los lazos del buen Harry se volvieron exponenciales,
porque se la pasaba de borrachera en borrachera con nombres como Alice Cooper,
el baterista Keith Moon de The Who, Mickey Dolenz de The Monkees, y los Beatles
Ringo Starr y John Lennon; quien llegó a considerarlo uno de sus mejores amigos
y hasta le produjo un álbum. No era raro cruzarse en este club de alcohólicos con
gente como Keith Emerson, Brian Wilson, Marc Bolan o Iggy Pop. Harry, entre
todos ellos, supo cosechar grandes amistades que sabían que él era un tipo frontal
y agradable: “Voy adonde el sol siga brillando a
través de la lluvia, voy allí donde el clima haga juego con mi ropa”.
Para terminar de ilustrar este curioso círculo en el que todo el mundo parece relacionarse con Nilsson vale esta conocida anécdota. Harry tenía un departamente en Londres, y como él pasaba mucho tiempo en norteamérica era muy común que en su ausencia se lo prestara a músicos amigos para pasar una noche. Éste fue el mismo departamento en el que fallecieron dos leyendas del Rock, con tan sólo cuatro años de diferencia. La líder de The Mamas And The Papas, Cass Elliot, falleció a los 32 años de un paro cardíaco en la cama en la que solía dormir Harry. Y esa misma edad era la que tenía Keith Moon cuando murió de una sobredosis en el mismo dormitorio. ¿Casualidad?... La muerte siguió afectando a Harry, ya que él quedaría devastado debido a la muerte de su gran amigo John Lennon, con quien habían pasado tantas noches de parranda durante el famoso “Fin de semana perdido” de John. Luego de su asesinato, Nilsson se dedicó fervientemente a hacer campañas sobre el control de armas en Estados Unidos: “Aprovecho los vientos del nordeste, navego sobre la brisa veraniega. Voy saltando como una piedra que se lanza sobre el agua”. Habiendo vivido una juventud plena, llena de amigos entrañables y de eternas aventuras nocturnas, un infarto lo sorprendió y la muerte se lo llevó muy joven, a los 52 años. Su corazón no soportó tantas noches de parranda y finalmente le pasó factura. Como una última broma del destino, falleció el mismo día en que concluyó de grabar las voces del que sería su álbum póstumo. En él puede notarse que aún en sus últimos días conservó su voz de ruiseñor: “No dejaré que te olvides de mi amor. No te dejaré partir”. ¡Feliz Deprimartes!
https://www.youtube.com/watch?v=agMPGvcPQzg