martes, 28 de julio de 2015

Capítulo 129: “Total Eclipse”. Klaus Nomi. (1981)





Deprimartes under:



“Eclipse total, es un eclipse total del sol. No puedo entender este eclipse total, tan sólo un resbalón por tus labios, y todo habrá terminado”. De esto se trata el arte: de conmover, de movilizar, de incomodar al espectador para causar una emoción en él. Así que el fin del arte es emocionar. Y si bien no siempre se logra, al menos vale la pena el intento…



La escena under de cualquier metrópoli está plagada de intentos de arte. Y he aquí uno, con un brillo de gloria en tono oscuro, venido de la Alemania misma: Klaus Nomi. Este contratenor germano posiblemente tuvo la voz más prodigiosa de todos aquellos que alguna vez intentaron abordar al menos oblicuamente la cultura Rock –lo cual puede apreciarse en el estribillo de esta canción-, pero su temprana muerte lo obligó a permanecer en el escenario under; y si el destino no se lo hubiera llevado, sus sorpresas hubieran sido muchas, dado el calibre de lo que presentaba en escena. A saber: Klaus aparecía como un extraterrestre venido de una galaxia lejana, copiando burdamente el vestuario y el maquillaje de los terrícolas, y venía a mezclarse entre nosotros intentando imitar nuestra música, fusionando estrambóticamente la Ópera con el Rock y agregándole bailarines afro. Éste era el resultado: “Grandes problemas. Hay discusiones por cualquier cosa, haciendo que el planeta se vuelva más caliente; tan caliente como un holocausto. Todo estallará, todo va a volar por los aires, incluso si tú no te dignas a aparecer vistiendo tu camisa de marca”.



Este prometedor artista murió a mediados de 1983 de una enfermedad prácticamente desconocida en ese entonces. Los médicos empezaban a llamar SIDA a esta afección, y su primera víctima famosa -el actor Rock Hudson- pondría esta enfermedad en el mapa recién dos años después. Así que el pobre Klaus se fue consumiendo de a poco y dolorosamente, sin encontrar respuestas en la medicina, y siendo abandonado por casi todos sus amigos al ver la forma tan terrible e incomprensible en que se iba deteriorando su figura. Y el extraterrestre, finalmente, se vio obligado a volver a su planeta: “Todo se derrumba, nadie siquiera puede arrastrarse para salvarse. Si alguien llama, todos estamos afuera, convirtiéndonos en papas fritas. Éste es el último baile, dejemos que todo el elenco haga la danza del desmembramiento, mientras todos morimos atomizados”. Ojalá algún día nos vuelvan a invadir desde la galaxia de Klaus… ¡Feliz Deprimartes!

martes, 21 de julio de 2015

Capítulo 128: “One Of Us”. Joan Osborn. (1995)





Deprimartes anhelante:



En una rambla veraniega, la gente se agolpa frente a las atracciones de un parque de diversiones. Una de ellas, muy curiosamente, invita a sacarse fotos personificando a Dios. Por sacrílega que nos parezca la idea, este videoclip nos invita a pensar que Dios puede ser cualquiera de nosotros. Pero he allí lo malo de la cuestión, porque al igual que cuando todos tenemos la culpa de algo; si Dios somos todos, entonces nadie lo es: “Si Dios tuviera un nombre, ¿cuál sería? ¿Y tú lo pronunciarías en su propia cara si estuvieras frente a Él en toda su gloria? ¿Qué le preguntarías si tuvieras sólo una pregunta para hacerle?”. Qué interesante… ¿Qué le preguntaríamos a Dios si tan sólo nos fuera permitida una única pregunta?…



Joan Osborn nos canta: “Y sí, Dios es grande. Sí, Dios es bueno. Sí, sí…”. No tenía razones para pensar distinto, ya que la vida le sonreía con este éxito. Esta cantante norteamericana cuenta con una voz de buena presencia, ideal para una canción testimonial como ésta. Y a pesar de su buena apariencia, y de esta canción de éxito, esta vocalista es otra de los tantísimos artistas del Rock que pueden enmarcarse en el fenómeno llamado “One Hit Wonder”; músicos que tuvieron un único suceso comercial –por lo general arrollador-, y que luego no volvieron a tener repercusión; abandonando así el mainstream musical. Algunos por decisión propia, y otros muy a su propio pesar.



“¿Qué pasaría si Dios fuese uno de nosotros? Sólo un vago más, como cualquiera de nosotros. Sólo un extraño en el autobús, tratando de volver a su casa”. En serio… ¿Qué pasaría si Dios fuera uno de nosotros? Viajando a nuestro lado en el autobús… ¿Qué pasaría si nos encontráramos con Él, en una situación totalmente rutinaria? Yo prefiero imaginármelo encorvado de cansancio, los ojos vidriosos y la mirada perdida. Tal vez, mordiéndose tristemente una uña, con el pensamiento en cualquier parte; sin lograr encontrar la respuesta a preguntas cómo: “¿Qué fue lo que hice?”, o más bien: “¿Dónde fue que me equivoqué?”... “¿Por qué creé a esta sarta de imbéciles que no saben amar?”: “Si Dios tuviera una cara, ¿a quién se parecería? ¿Y querrías verlo, si eso significase que tendrías que creer en cosas como el cielo, en Jesús, en los santos y en todos los profetas?”.



Personalmente, siempre he deseado con todo mi corazón que Dios exista. Así, cuando me lo encontrara, podría molerlo a golpes por todo el tiempo que me hizo perder… En fin… Por el momento, dejemos tranquila a esa idea abstracta, mientras intenta regresar a su hogar: “Está tratando de volver a su casa, se lo ve como un sagrado pordiosero. Subiendo de vuelta al cielo sin nadie que lo acompañe. Nadie nunca lo llama por teléfono, excepto tal vez el Papa desde Roma”. Este tema presenta un muy prominente solo de guitarra, que aquí suena como un elemento puro del Rock & Roll. Promediaban los años ’90 y el Rock, a través del Grunge y del Indie volvía a gobernar al mundo. Al oír esa guitarra me imagino a más de uno preguntándole “¿Adónde estuviste?”, y la guitarra respondiendo: “Nunca me fui, estúpido, tú estabas muy ocupado escuchando sintetizadores”… ¡Feliz Deprimartes!


martes, 14 de julio de 2015

Capítulo 127: “Eye In The Sky”. Alan Parson’s Proyect. (1982)





Deprimartes sónico:



Cuidado, porque parece que alguien nos vigila desde lo alto: “No pienses que pedir perdón es algo tan sencillo. No trates de dar vuelta las cosas. Tuviste muchas oportunidades, pero ya no voy a darte ninguna otra. No pidas más, así es como son las cosas; porque internamente sé bien lo que piensas”. Dentro del Rock, Alan Parsons es la definición misma de “ingeniero de sonido”, ese profesional que se encarga de manera arquitectónica de mejorar tanto las técnicas de grabación como la depuración de todo aquello que se plasma en un tema musical. Y aún funcionando como tal, tuvo la genial idea de encargarse de armar su propia banda, y todas sus producciones siempre fueron cuidadísimas desde el punto de vista melódico y armónico. Pergaminos no le faltan: además de haber estado a cargo del sonido de éxitos de The Hollies, de Wings, y de Steve Harley; ha estado detrás de la consola en álbumes como Abbey Road de The Beatles, y de The Dark Side Of The Moon de Pink Floyd. Casi nada, eh…  



“No digas palabras de las que luego vayas a arrepentirte. No dejes que la ira se te suba a la cabeza. He escuchado tu acusación antes, y ya no voy a soportarla más; créeme. El brillo en tus ojos hace que uno piense que vale la pena creer algunas de tus mentiras”. Ya desde su título, este tema tiene una clara vertiente orwelliana. La novela 1984 y su Big Brother que lo vigila todo, asfixiándonos. Aquí habla ese Ojo que lo ve todo, y no parece tener nada de autocrítica: “Soy el ojo en el cielo que te está mirando, yo puedo leer tu mente. Soy quien hace las reglas, y tengo que lidiar con tontos todo el tiempo; pero yo puedo engañarte aún con mis ojos cerrados. Y ya no necesito ver más para saber que puedo leer tu mente”. Que cada uno interprete cuál es ese gran ojo omnipotente que nos está juzgando desde lo alto. Y que, obviamente, no tiene ni una gota de humildad para ejercer juicios sobre aquellos que observa.



Cada vez que nos topamos con un cartel que dice: “Sonría, lo estamos filmando”, sospechamos que en realidad no hay nadie mirándonos –tal vez ni siquiera haya una cámara grabando-. Y así, la última estrofa de este tema bien podría estar puesta en labios de alguna de esas almas observadas y juzgadas, que parece haber espiado detrás de la cortina y no haber descubierto ningún observador omnisciente allí arriba: “No vayas dejando falsas ilusiones. No llores, porque eso no hará que yo cambie de parecer. Así que encuéntrate otro tonto como lo hiciste antes, porque yo no voy a seguir creyendo tus mentiras; mientras que el engaño se vuelve cada vez más evidente”. Parece que no siempre hay un dios allí arriba, mirándonos. ¡Feliz Deprimartes!

martes, 7 de julio de 2015

Capítulo 126: “Too Much Information”. Duran Duran. (1993)





Deprimartes saturado:


“Este video fue hecho con amor para ti”.
Toda una declaración, si se toma en cuenta que quienes dicen esto fueron los que mejor uso hicieron a principios de los años ’80 de ese nuevo vehículo artístico llamado videoclip. Resulta todo un metamensaje que en este tema los británicos de Duran Duran estén quejándose de la MTV, ya que ellos, aparte de Michael Jackson, fueron de los primeros en utilizar directores de cine para dirigir sus videos promocionales: “Destruido por la MTV, odio morder la mano que me alimenta con tanta información. En la pantalla hay presión para venderte cosas que no necesitas. Es demasiada información para mí”.



El hipnótico mundo de los videoclips… En este claro exponente, casi no hay toma que dure más de un segundo. Es por eso que se erigió como un vehículo nuevo para contar una historia breve. Pero, claro, con su mutación constante y neurótica de fotogramas, nos invitaba a entrar en convulsiones epilépticas. Por momentos vemos al vocalista Simon Le Bon amarrado a una silla y sometido a las imágenes que emanan de la televisión, cual si fuera una víctima más de la Terapia de Ludovico: “¡Hey, hijo de la TV, mírame a los ojos! Intervengo para obtener tu atención. El tipo que aparece en las publicidades, con su traje y corbata, sólo quiere usarte; y tú no puedes sacártelo de encima. Todo esto se bombea a través del cable, como nunca antes se ha visto. Una marca de condones está patrocinando la guerra. Aquí llegan las noticias, con amor, de mí para ti”. Con un televisor en cada hogar, ya la alienación con que mi generación creció era indiscutible. Era difícil no pasarse horas esperando a que aparecieran los videos que se estrenaban esa semana, además de las animaciones de Bill Plympton. O visitar los canales de venta que nos ofrecían el nuevo Abdominazer System: “Enciendes el tubo catódico, y te golpea el ritmo. Música de comerciales diciéndote que quieren que elijas algo. Sólo ves sonrisas con dientes blancos ultra brillantes”. Pero toda la televisión estaba (y está) infestada de estiércol. No por nada en otros versos esta canción también menciona a otras cadenas televisivas, como cuando dice: “Destruido por la ABC", e incluso: “Destruido por la BBC”.



Claros exponentes de la New Wave, y potenciados hasta al hartazgo gracias a su relación simbiótica con la cadena MTV, su ascenso a la cima gracias a este proceso les valió también el quedar encasillados como símbolos de una década. Una gran banda, que curiosamente, fue eclipsada por sí misma. La estética de sus videos terminó por convertirse en tanto o más importante que los muy buenos temas musicales que han ido editando a lo largo de los años: “Esta banda se ve perfecta, aunque no se te vaya a ocurrir mirar por debajo del maquillaje, porque las cámaras de vigilancia cubren todos los ángulos. Sólo póngannos en la portada, vamos a aparecer sonriendo, pase lo que pase”.

 
“Expande tu mente”.
Finalmente, y a pesar de tanta advertencia para que nos despertemos de la apatía que nos genera la caja boba, y para que iluminemos nuestra cabeza; nos encontramos con que ellos también querían dominar nuestras mentes: “Tienes que dármelo, tienes que escucharme. Tienes que rendirte ante mí, ahora soy yo el que está al habla”. De fondo como un coro, suena apagada la voz que dice: “Lo intento… Sí, lo intento”… ¿Será nuestra voz?... En fin… ¡Feliz Deprimartes!