martes, 29 de diciembre de 2020

Capítulo 255: “Grace Kelly”. Mika. (2007)

 



Deprimartes libanés:

 

“Quiero hablar con Usted. Señor Smith, la última vez que hablamos Usted me redujo a lágrimas. Le prometo que eso no volverá a ocurrir”. Nos encontramos de frente y sin previo aviso con una conversación difícil, y lo primero que escuchamos es lo que nos promete con una seguridad pasmosa una pequeña niña que remeda un diálogo de la película “Country Girl”. La protagonista de ese filme era Grace Kelly, y esa actuación le valió un Oscar de la Academia en 1955. Luego sí, comienza la canción: “¿Te atraigo? ¿Te repugno con mi sonrisa extraña? ¿Soy demasiado indecente? ¿Soy demasiado coqueto? ¿Me gusta lo que a ti te gusta? Podría ser íntegro o podría ser asqueroso, pero supongo que soy un poco tímido. ¿Por qué no te gusto? ¿Por qué no te gusto sin que me hagas esforzarme?”. Hay momentos en que un ser humano hará literalmente cualquier cosa con tal de agradar a los demás. Y eso es especialmente cierto en la etapa más corta y vertiginosa de la vida: la adolescencia. La necesidad biológica de encontrar seguridad en el número convierte en prioridad el encajar en ese grupo a como dé lugar. No importa si lo que tengamos que afrontar sean años de sacrificio por cumplir con un estereotipo esperable, el hecho de tener que llevar adelante como una bandera una estética que no nos pertenece, o soportar sin chistar que la sociedad nos obligue a frecuentar lugares y costumbres con las que nunca estaremos del todo cómodos: “Intenté ser como Grace Kelly pero siempre se ve demasiado triste, así que intenté ser un poco como Freddie Mercury. Sufro una alocada crisis de identidad”.

 

“Podría ser marrón, podría ser azul, podría ser violeta como el cielo, podría ser hiriente, podría ser púrpura, podría ser cualquier cosa que tú quisieras”. Esa mecánica de mimetizarse con el otro suele estar potenciada en los artistas que pretenden alcanzar el éxito comercial. Es increíble la cantidad de cambios por los que atraviesa el aspecto y el sonido de ciertos músicos sólo por estar a la moda. A la mayoría de ellos se les nota a simple vista lo forzado de la situación. Y es que siempre que elegimos ser algo, por decisión propia o porque queremos intentar agradar, existe una miríada de cosas que renunciamos a ser. No se puede serlo todo. Ni a la vez, ni cambiando vertiginosamente; todos deseamos ser algo específico y ser recordados por ello. El problema es que nunca sabemos exactamente qué deberíamos ser: “Tengo que ser celoso, tengo que ser malvado, tengo que ser de todo y un poco más. ¿Por qué no te gusto? ¿Por qué no te gusto? ¡Por qué ya no te largas de aquí!”.

 

La protagonista de la canción, Grace Kelly fue un estrella de Hollywood por derecho propio y una inconfundible figura de la moda en los años ’50. Brilló en su tiempo, siendo el centro de las miradas de todo el mundo. Terminó por convertirse en actriz fetiche de Alfred Hitchcock en obras maestras como “Crimen perfecto”, “La ventana indiscreta” y “Atrapa a un ladrón”. Pero su importancia en el imaginario popular aún es mayor porque cumplió el sueño de cualquier mujer de su época: convertirse en princesa. Abandonaría su carrera en el cine para contraer nupcias con el Príncipe Raniero III de Mónaco y se convertiría así en Su Alteza Serenísima, la Princesa Grace. La muerte la sorprendió de forma muy temprana a sus 52 años, luego de que su vehículo se desbarrancara por una pendiente: “¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Cómo puedo hacer para que cambies de manera de pensar? Hola cariño, hola cariño, estoy poniendo mi vida al borde del precipicio”. Y en cuanto a la voz cantante de este tema tan pegadizo, tenemos aquí otra extraña mezcla que nos trae el Rock: Mika es un cantante nacido en la ciudad de Beirut, en el Líbano, y criado en Londres, donde estudió canto operístico. Ha llegado a ser tan bueno vocalmente que es imposible no compararlo con Freddie Mercury. Tuvo un puñado más que respetable de éxitos a nivel mundial, pero donde más suceso ha tenido es en la Europa continental, especialmente en Francia y sobre todo en Itaila, donde incluso tuvo su propio programa de TV. Se nota que ha tenido una vida feliz, y no por nada la crítica especializada lo llama “El rey de las canciones felices”.

 

“¿Por qué no te gustas a ti mismo? ¿Debería parecer más maduro para que me tengas en cuenta?”. Aquí está la clave. Cambiamos tanto para gustarle a los demás que en realidad terminamos por no gustarnos a nosotros mismos. Nos hemos resignado a ser una argamasa informe de opiniones dispares y contradictorias, sólo porque en el fondo no son nuestras opiniones. Somos un compendio de lo que los demás quieren que seamos para aceptarnos en su manada: “Digo lo que quieres para satisfacerte, pero tú solo quieres lo que los demás te dicen que deberías querer”. Ojalá podamos darnos cuenta a tiempo de que vivimos en una mentira. ¡Feliz Deprimartes!


https://www.youtube.com/watch?v=0CGVgAYJyjk




martes, 22 de diciembre de 2020

Capítulo 254: “Wind Of Change”. Scorpions. (1990)

 



Deprimartes divisivo:

 

“Siguiendo el Río Moscova hacia el Parque Gorki, escucho soplar el viento de cambio. Una noche de verano de agosto, los soldados van pasando mientras escuchan soplar el viento de cambio. El mundo se está acercando, ¿alguna vez pensaste que podríamos estar tan juntos, como si fuéramos hermanos? El futuro está flotando en el aire, puedo sentirlo en todas partes, soplando en el viento de cambio”. El 9 de noviembre de 1989 tenía lugar un acontecimiento que significó el comienzo del final de la llamada Guerra Fría, que mantuvo durante más de cuarenta años al mundo al borde de un enfrentamiento militar con armas nucleares. Ese día se producía el “Mauerfall”, la caída del Muro de Berlín; Alemania comenzaba su proceso de unificación, y el comunismo dejaba de ser una opción obligatoria para la mitad del mundo. Como un efecto dominó, los países que integraban el Bloque del Este y cuyos gobiernos eran simples satélites de Moscú empezaron a reclamar su independencia política, y así fue que en poco más de dos años hasta la mismísima Unión Soviética había dejado de existir. Traducción: el mundo ya no viviría más con el corazón en la boca ante un posible invierno atómico desatado por las desaveniencias constantes entre rusos y norteamericanos, y la esperanza utópica de un mundo en paz aparecía alcanzable en la imaginación de todos: “Llévame a la magia del momento de una noche de gloria, donde los niños del mañana puedan soñar y dejarse llevar por el viento de cambio”.

“Caminando por las calles noto que hay recuerdos distantes enterrados para siempre en el pasado”. El silbido tan característico con el que arranca esta canción viene de parte de Klaus Meine, vocalista y frontman de la banda alemana más exitosa de todos los tiempos: Scorpions. Con una carrera ininterrumpida que arranca a mediados de la década del ’60, hoy son dueños de más de treinta y cinco discos de platino y un centenar de discos de oro. Y no sólo se hicieron fuertes en su país sino que tuvieron el buen tino de saber conquistar EE.UU. con temas como “Send Me An Angel” y especialmente la súper exitosa power ballad “Still Loving You”. Pero fue con esta canción que le pusieron letra y música a los tiempos de cambios profundos que el fin de siglo le traía a la humanidad. Frente a la angustia de un futuro amplio y desconocido, estos escorpiones prefirieron inyectarle un poco de esperanza a la situación y soñar los mismos sueños que los niños libres ahora podían tener: “Donde los niños del mañana compartan sus sueños contigo y conmigo”.

El muro se ha caído, pero… ¿Qué mundo es el que nos quedó después de todos estos años? Las imágenes del videoclip de este tema nos muestran entrelazados algunos hechos que preconfiguraron el mundo que se nos vendría encima. Así, se suceden rápidamente acontecimientos buenos y no tan buenos, dependiendo de quién los mire; como el desastre del Exxon Valdez, la liberación de Nelson Mandela, las protestas de la Plaza de Tiananmén, el encuentro entre el líder soviético Mijalil Gorvachov y el Papa Juan Pablo II, el conflicto de israelí-palestino, etc. Los cambios llegaron, y han sido cada vez más vertiginosos desde entonces; pero me reservo mis dudas respecto de si el mundo se ha transformado es un lugar donde hoy en día valga la pena vivir: “El viento de cambio sopla directo en la cara del tiempo, como un torbellino que hará sonar la campana de la libertad en nombre de la tranquilidad. Deja que tu balalaika cante aquello que mi guitarra intenta decir”. Tal vez no sea tan mala idea abrazar la visión ingenua y optimista de Meine y su banda. Después de todo, son alemanes, ¿quiénes mejores que ellos para cantar sobre la caída del muro? ¡Feliz Deprimartes!


https://www.youtube.com/watch?v=n4RjJKxsamQ 



martes, 15 de diciembre de 2020

Capítulo 253: “Angel Of The Morning”. Juice Newton. (1981)

 


Deprimartes angelical:

 

El final de una aventura nocturna se presenta con la sensación de que ese amor furtivo ya sabe que se acerca la hora de la despedida. El sol de la mañana trepa lentamente por el horizonte con un cuchillo entre los dientes para apuñalar cualquier rastro de ardor, así que sólo nos quedará el orgullo de lucir escondida a la vista de todo el mundo esa medalla secreta que es el amor clandestino. ¿Pero qué sería de esa pasión tumultuosa si la intentáramos mantener encendida por siempre? ¿Una luminaria que nos guíe en la vida o un incendio que lo reduzca todo a un cúmulo de cenizas? Supongo que para averiguarlo habrá que arriesgarse, tal como hace esta hermosa mujer: “No habrá cuerdas que aten tus manos si es que mi amor puede atar tu corazón. No es necesario que te pongas a la defensiva ya que fui yo quien comenzó todo esto. No creo que sea necesario que me lleves a casa, soy lo suficientemente adulta como para enfrentarme al amanecer”. Quien canta sobre todo esto es Juice Newton, una de las más exitosas cantantes de la historia cuyos orígenes se encuentran en el Country. No sólo ha interpretado sino que ha escrito canciones para otros artistas con un enorme suceso, y ha llegado a colocar seis canciones en el Nº1, nada menos. Es una representante más de un extraño acontecimiento que se da de tanto en tanto, que es lo que ocurre cuando una estrella de este género musical intenta salir de ese mundillo tan hermético. Por lo general a este tipo de vocalistas femeninas el éxito suele esperarlas en la vereda del Pop, y como casos testigo puedo presentar los nombres de Dolly Parton, Shania Twain, Miley Cirus y Taylor Swift.

 

Volviendo al tema de la pasión, cuando una mujer toma la iniciativa en el amor sencillamente no hay nada que la detenga. Su corazón y su mente hacen foco para convertir a ese ser angelical en una fuerza arrolladora capaz de hacerse digna del alma de la persona que ha elegido. Sabe mejor que nadie que la vida del ser querido estará entre sus brazos mejor que en ninguna otra parte, y atesorará por siempre ese cariño en el cofre de recuerdos en el que guarda todo lo que alguna vez amó; aunque ya esos instantes eternos se hayan desvanecido hace mucho: “Sólo llámame ángel de la mañana, tu ángel. Tan sólo toca mi mejilla antes de que me abandones, mi amor. Y entonces aléjate lentamente de mí”.

 

“Tal vez la claridad del sol disminuya y aún así no tendría importancia. Si el eco de la mañana nos recuerda que hemos pecado, eso era justo lo que yo quería que pasara. Y si sólo fuimos víctimas de la noche, entonces no me dejaré cegar por la luz del día”. Joaquín Sabina nos cantó un verso que dice: “Y la besé otra vez, pero ya no era ayer sino mañana”, y con mucha pericia poética graficó cómo los pecados de una noche pueden convertirse en el remordimiento del día siguiente. La pasión es fuego, y como tal no obedece reglas. Sólo quedamos nosotros para hacer frente a aquello que el incendio dejó tras de sí. Por lo tanto es sabio caminar lentamente hacia atrás, como quien se aleja de un emperador chino, para dejar que esas flamas nocturnas lentamente se conviertan en un hermoso recuerdo. Porque la otra opción que tenemos a mano es continuar el juego corriendo el riesgo de dejar que un amor efervescente se transforme en una cárcel de llanto y aburrimiento. Sería como ver una vieja piedra renegrida y tratar de recordar que alguna vez fue lava ardiente en nuestro corazón. Eso justamente es lo que no va a permitirse Juice Newton en esta canción: “Y entonces aléjate lentamente, yo no voy a rogarte que te quedes conmigo a través de las lágrimas y de los años”. ¡Feliz Deprimartes!


https://www.youtube.com/watch?v=HTzGMEfbnAw




martes, 8 de diciembre de 2020

Capítulo 252: “Stuck In The Middle With You”. Stealers Wheel. (1973)

 


Deprimartes asustado:

 

Lo poco que durante los años ’70 pudiera ser considerado Rock y que no abrevara en ninguna de las corrientes predominantes de esa época (ya fuese Progresivo, Sinfónico, Punk, Música Disco, New Wave, etc.), era sin dudas Rock de tan buena calidad sonora que podía llegar a convertirse sin mucho esfuerzo en un clásico atemporal. Es cierto que los ejemplos son escasos, pero temas como “Sultans Of Swing” de Dire Straits y “Hotel California” de Eagles bastan para ilustrar a cualquier desprevenido. Y he aquí a la banda Stealers Wheel trayéndonos otra canción de esa época y con una estirpe bien rockera que aún hoy puede disfrutarse sin que se le aprecie el menor rastro de óxido: “Bueno, no sé muy bien para qué vine aquí esta noche; tengo la sensación de que algo no está bien. Me tiene aterrado la idea de caerme de mi silla, y a decir verdad me estoy preguntando cómo haré para bajar las escaleras. Hay payasos a mi izquierda y bufones a mi derecha, y aquí estoy, atrapado contigo en el medio de todo esto”.

 

Esta muy pegadiza canción nos habla en su letra de una persona que parece encontrarse rodeado de extraños en un entorno social que no conoce bien, y por lo tanto no sabe cómo debería reaccionar. Básicamente está hablando de mí en cualquier reunión social: “Sí, estoy atrapado contigo en el medio de todo esto, y me estoy preguntando qué es lo que debería hacer. Es tan difícil mantener esta sonrisa en mi cara, estoy perdiendo el control y ya estoy hecho un desastre”. Aquellos que nos regodeamos en nuestra condición de antisociales sufrimos horrores al tener que asistir a cualquier compromiso en el que tengamos que enfrentarnos a una muchedumbre. La sensación de no pertenencia se convierte en un generador constante de angustia, y el gasto de energía que le presupone a una persona introvertida tener que interactuar con un grupo de gente que desconoce es abismal.

 

Y a pesar de esto, quienes hemos sabido cultivar un mundo interno vasto y complejo, podemos reconocernos como conquistadores de nuestros propios miedos y caminar por la vida con el regocijo que nos da el saber que llegamos a ser quienes somos gracias a una fuerza de voluntad que sería la envidia de Sísifo mismo. Sabemos quiénes somos, y en eso no tenemos nada que envidiarle a ninguna otra persona: “Bueno, empezaste de la nada misma y estás orgulloso de haberte convertido en un hombre por tu propia cuenta. Ahora tus amigos vienen arrastrándose, te palmean la espalda y te piden que por favor los ayudes”.

 

Esta banda escocesa de cortísima carrera estaba liderada por Gerry Rafferty, quien luego de la separación del grupo se dedicó de lleno a una exitosa carrera solista. De su discografía se desprenden éxitos como “Right Down The Line” y muy especialmente “Baker Street”, canción que cuenta con el que probablemente sea el riff de saxofón más conocido de la historia. En cuanto al tema que hoy nos ocupa, es de un agradable aire folk; lo cual contrasta profundamente con el uso que hiciera de esta canción Quentin Tarantino para una escena muy sangrienta de su primera película “Reservoir Dogs”. Tal vez el bueno de Quentin haya elegido esta canción para esa escena en particular no sólo por el contraste logrado entre música y acción, sino también porque la letra apela al hecho de que por más que el espectador intente encontrar un sentido a lo que ve, probablemente nada tenga significado; como la vida misma: “Estoy tratando de encontrarle un sentido a todo esto, pero me doy cuenta de que no lo tiene en absoluto. ¿Está bien si me quedo dormido en el piso? Porque la verdad es que no creo que pueda soportarlo más”. ¡Feliz Deprimartes!


https://www.youtube.com/watch?v=OMAIsqvTh7g




martes, 1 de diciembre de 2020

Capítulo 251: “You Never Can Tell”. Chuck Berry. (1964)

 



Deprimartes afrancesado:

 

“Era un casamiento de unos jovencitos y los viejos parientes les deseaban mucha suerte. Podías darte cuenta de que Pierre realmente amaba a esa ‘mademoiselle’. Y ahora los recientes ‘monsieur’ y ‘madame’ han hecho que suene la campana de la capilla”. Chuck Berry, el gran creador de “Johnny B. Goode” (tal vez la intro de guitarra más reconocible de toda la historia del Rock), nos canta en esta canción una historia que puede sonarnos tal vez demasiado común; como la de cualquier vecino del barrio. Es el cuento de la parejita feliz que acaba de casarse –por la cantidad de galicismos de la letra ya podemos adivinar que estamos en Louisiana– y que comienza el camino para ir progresando poco a poco en la vida. Alerta de espoiler: la historia ni siquiera tiene un final amargo, sino todo lo contrario… Por lo tanto la única pregunta que me ha quedado flotando en el aire es la siguiente: ¿es esta la famosa felicidad de la que tanto nos han hablado? ¿Tan simple ha ser nuestra vida como para no pretender aspirar a nada más?

 

Y es que salvo algunas anécdotas mínimamente pintorescas, y que no aportan nada a la historia, no ocurre en la letra nada digno de mención. Ningún contratiempo. Ninguna peripecia. Ninguna desventura. Esto quiebra un principio básico de cualquier narrativa: si nada ocurre, nada se puede contar; y la canción parece ir alegremente y campo traviesa a dárselas de frente contra la dinámica misma de cualquier crónica. Nos encontramos entonces con un reduccionismo casi budista sobre la vida misma en el cual se nos reafirma que no va a pasar nada fuera de lugar: “Decoraron su departamento con muebles baratos enviados por correspondencia. Tenían la heladera llena de cenas congeladas y de cervezas, pero cuando Pierre encontró trabajo las cosas empezaron a mejorar de a poco”. El núcleo del mensaje aquí parece ser que si nos parapetamos inteligentemente frente a la vida, todo irá mejorando. Lo importante es mantenerse en movimiento aunque sólo sea mediante pasitos de bebé. De manera tranquila pero constante, la tortuga siempre le ganará terreno a la liebre dormilona.

 

Tal vez ese sea el sentido último de la vida: que no tenga un sentido en sí misma. Que no busquemos un fin mayor que necesite ser alcanzado, sino que simplemente aprendamos a disfrutar del viaje; porque no estaremos vivos otra vez: “Tenían un tocadiscos de alta fidelidad, y vaya que lo hacían sonar a todo volumen. Setecientos discos simples, todos de Rock, Rythm & Blues y Jazz, pero cuando el sol bajaba el ritmo de la música también lo hacía”. Es casi imposible mensurar la importancia de Chuck Berry en la historia del Rock. Es principalmente a él a quien le debemos la instauración de la figura del guitarrista como estrella de una banda, porque este buen señor descollaba sacando a relucir novedosos riffs cuando el primer Rockabilly no era más que un trabajo de equipo coronado por el sonido de un piano. En manos de Chuck, el Rock y la guitarra entendieron que estaban hechos el uno para el otro, tal como Pierre y su “mademoiselle” en su hit de medidados de los ’60; que hasta supo tener su momento de gloria en el cine: “Compraron un coche modificado, era un modelo ’53 color cereza, y lo condujeron por Nueva Orleans para celebrar su aniversario. Allí fue donde Pierre se casó con la hermosa ‘mademoiselle’. ‘C'est la vie’, decían los viejos, y con eso queda demostrado que nunca se sabe lo que va a pasar”. “C'est la vie”, así es la vida. Nunca se sabe lo que va a pasar… ¡Feliz Deprimartes!