Deprimartes angelical:
El
final de una aventura nocturna se presenta con la sensación de que ese amor furtivo
ya sabe que se acerca la hora de la despedida. El sol de la mañana trepa
lentamente por el horizonte con un cuchillo entre los dientes para apuñalar
cualquier rastro de ardor, así que sólo nos quedará el orgullo de lucir
escondida a la vista de todo el mundo esa medalla secreta que es el amor clandestino.
¿Pero qué sería de esa pasión tumultuosa si la intentáramos mantener encendida
por siempre? ¿Una luminaria que nos guíe en la vida o un incendio que lo reduzca
todo a un cúmulo de cenizas? Supongo que para averiguarlo habrá que arriesgarse,
tal como hace esta hermosa mujer: “No habrá cuerdas
que aten tus manos si es que mi amor puede atar tu corazón. No es necesario que
te pongas a la defensiva ya que fui yo quien comenzó todo esto. No creo que sea
necesario que me lleves a casa, soy lo suficientemente adulta como para
enfrentarme al amanecer”. Quien canta sobre todo esto es Juice Newton,
una de las más exitosas cantantes de la historia cuyos orígenes se encuentran
en el Country. No sólo ha interpretado sino que ha escrito canciones para otros
artistas con un enorme suceso, y ha llegado a colocar seis canciones en el Nº1,
nada menos. Es una representante más de un extraño acontecimiento que se da de
tanto en tanto, que es lo que ocurre cuando una estrella de este género musical
intenta salir de ese mundillo tan hermético. Por lo general a este tipo de
vocalistas femeninas el éxito suele esperarlas en la vereda del Pop, y como
casos testigo puedo presentar los nombres de Dolly Parton, Shania Twain, Miley
Cirus y Taylor Swift.
Volviendo
al tema de la pasión, cuando una mujer toma la iniciativa en el amor
sencillamente no hay nada que la detenga. Su corazón y su mente hacen foco para
convertir a ese ser angelical en una fuerza arrolladora capaz de hacerse digna
del alma de la persona que ha elegido. Sabe mejor que nadie que la vida del ser
querido estará entre sus brazos mejor que en ninguna otra parte, y atesorará
por siempre ese cariño en el cofre de recuerdos en el que guarda todo lo que
alguna vez amó; aunque ya esos instantes eternos se hayan desvanecido hace
mucho: “Sólo llámame ángel de la mañana, tu ángel. Tan
sólo toca mi mejilla antes de que me abandones, mi amor. Y entonces aléjate
lentamente de mí”.
“Tal vez la claridad del sol disminuya y aún así no tendría
importancia. Si el eco de la mañana nos recuerda que hemos pecado, eso era
justo lo que yo quería que pasara. Y si sólo fuimos víctimas de la noche,
entonces no me dejaré cegar por la luz del día”. Joaquín Sabina nos cantó un verso que
dice: “Y la besé otra vez, pero ya no era ayer sino mañana”, y con mucha
pericia poética graficó cómo los pecados de una noche pueden convertirse en el
remordimiento del día siguiente. La pasión es fuego, y como tal no obedece
reglas. Sólo quedamos nosotros para hacer frente a aquello que el incendio dejó
tras de sí. Por lo tanto es sabio caminar lentamente hacia atrás, como quien se
aleja de un emperador chino, para dejar que esas flamas nocturnas lentamente se
conviertan en un hermoso recuerdo. Porque la otra opción que tenemos a mano es continuar
el juego corriendo el riesgo de dejar que un amor efervescente se transforme en
una cárcel de llanto y aburrimiento. Sería como ver una vieja piedra renegrida y
tratar de recordar que alguna vez fue lava ardiente en nuestro corazón. Eso
justamente es lo que no va a permitirse Juice Newton en esta canción: “Y entonces aléjate lentamente, yo no voy a rogarte que
te quedes conmigo a través de las lágrimas y de los años”. ¡Feliz
Deprimartes!
https://www.youtube.com/watch?v=HTzGMEfbnAw
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