martes, 29 de junio de 2021

Capítulo 280: “Incense And Peppermint”. Strawberry Alarm Clock. (1967)

 



Deprimartes lisérgico:

 

A veces me sorprendo asegurando a los cuatro vientos que 1967 fue el mejor año de la historia de la humanidad. Si esta afirmación suena grandilocuente es porque de seguro tiene un buen grado de pedantería, pero no creo estar exagerando demasiado; al menos no desde la óptica de un melómano apasionado por la historia del Rock. En este año empezó a resultar inocultable la tremenda carga experimental y artística de las grabaciones que desde hacía ya unos meses venían editando los músicos populares. Y por supuesto que en todo esto hay un culpable, y ese culpable se llama LSD: “La sensatez y la inocencia están arruinando a la humanidad. Reyes muertos, muchas cosas que no puedo describir. Ocasiones y persuasiones que confunden tu mente. Incienso y menta, el color del tiempo”. El Flower Power con sus colores estridentes, sus pancartas de amor y paz, y sus ganas de expandir la mente tomaba por asalto la cultura occidental. Ahora todos los músicos de nuestro querido Rock estaban haciendo cosas interesantes en esa época que hoy se conoce como “el Verano del Amor”. Y así, mientras Cream editaba su obra maestra “Disraeli Gears”, The Moody Blues creaba el Rock Sinfónico, Jimmi Hendrix empezaba a suplantar a Dios, The Doors y Pink Floyd se anunciaban al mundo con un disco debut, The Rolling Stones daban un paso en falso en eso de imitar a The Beatles, y los cuatro de Liverpool le regalaban al mundo su glorioso “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”; la obra que consagró de manera innegable al Rock como una forma de arte.

                   

En medio de toda esta revolución pacífica es que vio la luz el grupo californiano Strawberry Alarm Clock, una banda cuya imagen ha quedado asociada para siempre con el hippismo. Y para muestra basta con ver el video de esta canción, que parece una incandescente alegoría a los fulgurantes matices de la psicodelia: “¿A quién le importa qué juegos elegimos jugar? Hay poco para ganar, pero nada que perder”. Las vestimentas que se pueden apreciar en el videoclip hablan por sí solas, son la expresión misma del descubrimiento de los colores del alma. Las tonalidades parecen estar vivas al mostrarnos todo un espectro tornasolado característico de las experiencias lisérgicas. Pero esa estética también es una declaración de principios. Es una orgullosa ruptura con la monotonía en blanco y negro del pasado reciente, una invitación a dejar volar la imaginación y los sentidos… Ojalá la gente aún se vistiese como los hippies lo hacían en 1967…

 

“Incienso y menta, sustantivos sin sentido. Enciéndete y sintonízate, has que tus ojos giren y mírate a ti mismo. ¡Sí!”. Esta frase es un claro homenaje al lema “Turn on, tune in, drop out” con el que el psicólogo Timothy Leary, el gurú del ácido lisérgirco, quería convencer a todo el mundo de que tomara LSD: “Enciéndete, sintonízate y déjate llevar”. El mismo maravilloso año de 1967 dijo esto en el Festival “Human Be-in” en San Francisco, y así dio inicio el reinado de los hippies. Tan convencido estaba Leary de que la expansión de la mente habría de cambiar la sociedad en la que vivimos, que el mismo sistema comenzó a verlo como a un enemigo y lo mandó a reformarse durante un par de años a la cárcel. Ya supo advertirnos de esto oportunamente John Lennon, cuando nos cantó sobre aquello de que en realidad todos queremos cambiar el mundo, sólo que todos queremos tener un mundo distinto. La canción termina con una estrofa que es otro galimatías imaginativo: “Para dividir este mundo bizco en dos debes arrojar tu orgullo a un lado. Es lo menos que puedes hacer. Beatniks y políticos, no hay nada nuevo. El criterio de los lunáticos es tan sólo un punto de vista”. Así es, todos tenemos un punto de vista. El mío es bastante multicolor… ¡Feliz Deprimartes!

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=4rw1_FNdy-Y




martes, 15 de junio de 2021

Capítulo 279: “Wicked Game”. Chris Isaak. (1989)



Deprimartes descorazonado:

 

La vida me ha sorprendido últimamente al reencontrarme con una antigua amiga a quien no veía desde hacía décadas. En muy poco tiempo vimos horrorizados cómo nos asaltaba la idea de que estábamos enamorados del otro. Así que ahora puedo entender mejor todo aquello que se dice del amor, porque esta sensación tan increíblemente genuina y avasallante está a años luz de distancia de todo aquello que sentí en las ocasiones en que creí haberme enamorado. Qué equivocado que estaba: “El mundo estaba en llamas y nadie podía salvarme excepto tú. Es extraño lo que el deseo obliga a hacer a la gente tonta”. Mi mundo era bastante lúgubre cuando este tema comenzó a escucharse. Yo sólo contaba con dieciséis años y una timidez galopante que me fagocitaba por dentro. Sólo podía imaginarme cómo se sentiría abrazar a una chica mientras se escuchaba esta dulce melodía de fondo. Y es que la mezcla de timidez e introspección no suele dejarle mucho margen a la búsqueda del amor: “Nunca soñé que encontraría a alguien como tú. Y nunca soñé que terminaría perdiendo a alguien como tú”.

 

Esa pulsión por buscar la otredad nos obliga a salir de la seguridad de nuestras madrigueras y nos convierte en algo que no somos, y lo mismo ocurre con todo lo que nos rodea y que ya no nos resulta familiar; ahora todo tiene un aire bastante tétrico e irreal… Para un tímido, la búsqueda del amor es incomprensible. Es como una película de David Lynch: “No, no quiero enamorarme de ti. Este mundo sólo va a romper tu corazón”. Aunque siempre nos quede el consuelo de encontrar belleza aún en las cosas tristes, nada termina por cobrar un sentido; ya que la existencia es un torbellino de caos donde las cosas no tienen razón de ser. O sea, no se entiende nada; como en una película de David Lynch, en las que también suele subyacer una filosofía pesimista, más digna del Libro del Eclesiastés, como la que se resume en este corto verso de la letra: “Nadie ama a nadie”. Chris Isaak es un cantante de voz potente y melosa que no lograba llegar al éxito, probablemente porque parecía estar encaprichado en querer verse como Elvis. Todo lo que hacía tenía una guitarra con trémolo pretendiendo sonar como si estuviese grabada en los años ’50, e incluso gracias a su timbre de voz llegó a ser considerado como “el Roy Orbison de los años ’90”. Pero su carrera estaba atascada en un pasado que ya sonaba demasiado anticuado; de hecho cuando la presente canción se estrenó pasó desapercibida para el gran público. La suerte cambiaría un año más tarde, cuando este tema fue utilizado en la banda de sonido del filme “Corazón Salvaje” del controvertido director mencionado ut-supra; y allí todo cambió. La canción comenzó a ser escuchada por un público más amplio, y entonces el suceso de “Wicked Game” fue tan grande que al día de hoy es el mayor éxito del cantante; quien además llegó a contar en los rankings con otras hermosas canciones suyas como “Blue Hotel” y “Baby Did A Bad Bad Thing”. El mismo David Lynch se enteró del éxito tardío de la canción, así que como anécdota invitó a Isaak a tener una pequeña participación en el mítico universo de su aclamada serie “Twin Peaks”, al darle un pequeño papel en la película de “Twin Peaks: Fire Walk with Me”.

 

“Qué juego tan perverso es este que juegas, en el que me haces sentir de esta manera. Qué cosas tan perversas haces, que logras que yo sueñe contigo. Qué cosas tan perversas dices, tú nunca te sentiste así. Qué cosas tan perversas haces, que me obligas a soñar contigo”. Mi encono hacia David Lynch viene de hace varios años. Recuerdo una tarde en la que quedé con unos amigos para ver una película en casa de uno de ellos, y yo acepté con la condición de ser yo mismo quien pasaba por el videoclub para elegir el filme (sí, la anécdota es tan vieja que transcurrió en un videoclub). Al llegar al establecimiento en cuestión llamé a mis amistades para comentarles las películas disponibles, y alguien del grupo preguntó a los gritos si había alguna de David Lynch… Y la había. Pregunté al muchacho que atendía el local qué opinaba sobre ese director, ya que nunca había visto ninguna de sus obras, y me dijo: “Si te la recomiendo tal vez te parezca genial. O tal vez quieras volver y partirme la cara. O las dos cosas”… Aún estoy queriendo encontrar a ese tipejo nuevamente, para partirle el alma a patadas… Esa película se llamaba “Mullholand Drive”, y creo que fueron las dos horas peor desperdiciadas de toda mi vida… Alguien debe decirlo: nadie entiende a David Lynch. La gente que dice que lo entiende, miente sólo para parecer inteligente. He dicho. ¡Feliz Deprimartes!



https://www.youtube.com/watch?v=4vKsSGyQf-M&t=7s





 

martes, 8 de junio de 2021

Capítulo 278: “Govinda”. Kula Shaker. (1996)

 



Deprimartes védico:

 

El trabajo que me demanda este humilde blog sobre Rock incluye traducir al castellano las letras de todas las canciones. La gran mayoría provienen de la lengua inglesa, pero en un par de oportunidades incluí temas cantados en alemán; y allí la cosa se me puso difícil ya que mi nivel de ese idioma es bastante básico. Pero en esta ocasión me compliqué las cosas más de la cuenta, porque tuve que traducir una letra que está en sánscrito. Contaba con una ventaja, ya que en varias ocasiones me había topado con este idioma antiguo proveniente de la India; y más aún si se trababa de un texto religioso que dijera algo como ésto: “Toda la gloria al Supremo Señor, toda la gloria al Supremo Pastor de Vacas”. Ocurre que ya conocía la mayoría de las palabras debido a que tengo una cierta debilidad por la cultura de la India. La culpa de este afecto hacia todo lo que lejanamente pareciera hindú habría que echársela a The Beatles, y a los años de mi adolescencia en que los conocí. Pero me siento obligado a aclarar que yo también hice mi parte y siempre me he puesto a investigar curiosamente cuanta cosa oriental se me cruzara en el camino.

 

Aquí tenemos un mantra tradicional sobre Sri Krishna, el octavo avatar del dios creador Vishnú, aunque algunos credos lo consideran la escencia misma de ese dios. Esto lo sé porque en mi afán por descubrir más sobre esta cultura tan colorida, terminé por visitar la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krisna, más conocida como el movimiento Hare Krishna. Sólo fui a un par de reuniones, no tenía ánimos de raparme el cabello ni de vestirme con una sábana naranja, pero allí mismo conocí el texto sagrado del Bhagavad-gītā y su escritura devanagari del sánscrito original; la cual está plagada de alabanzas como ésta: “Toda la gloria a Radha, Señor Krishna, aquel que se lleva todas las ataduras materiales de sus devotos”.

 

“La india es un acelerador de procesos espirituales”, decía el escritor jesuita Carlos González Vallés. Y vaya que tenía razón… Los británicos de Kula Shaker, liderados por el rubio Crispian Mills, tuvieron un suceso bastante respetable a mediados de los años ’90, en pleno Britpop. Pero ellos le sumaban una vuelta de tuerca interesante a la música de esa época, ya que su líder había realizado un viaje a la India y allí sintió cómo todo su mundo interior cambió. Ahora toda su música sonaba oriental, e incluso en sus letras incluía fragmentos de himnos védicos: “Toda la gloria a Krishna Cabeza de León, aquel que protege a sus devotos de los demonios”. Unos años más tarde su estrella se fue apagando luego de que Mills protagonizara una polémica al hablar de las virtudes de la cruz esvástica como símbolo de buenaventura. Olvidó que eso es muy cierto en la cultura hindú, pero por estas partes del globo ese símbolo se ha tornado siniestro. Debió pedir disculpas públicamente por el malentendido.

 

“Sri Chaitanya Mahāprabu, el Supremo Señor Dorado”. El himno no escatima a la hora de mencionar avatares sagrados como el del santo del Siglo XV Chaitanya Mahāprabhu, y también hace mención literal de: “Su Divina Gracia Abhay Charan Bhaktivedānta Swami Prabhupāda”, el sabio fundador del movimiento Hare Krishna. Fue este mismo el primer religioso indio de renombre que viajó a Estados Unidos, a finales de 1965, y quien impactó fuertemente en el naciente movimiento Hippie a través del cual se darían tantas influencias de la música de la India en el Rock Psicodélico. ¡Feliz Deprimartes!



https://www.youtube.com/watch?v=9QZOHzWLF9w








martes, 1 de junio de 2021

Capítulo 277: “Heart Of Gold”. Neil Young. (1972)

 



Deprimartes aurífero:

 

“Quiero vivir, quiero darlo todo, porque siempre he sido un minero en busca de un corazón de oro”. Yo también he querido vivir disfrutando cada paso que di en la vida, yo también he querido dar todo de mí y poner mi espada a disposición de lo que fuere menester; pero para mi desgracia mi corazón está tan sólo hecho de carne. Y está muy lastimado desde que tengo uso de razón. Logré mirar detrás de la cortina, pero no tuve la suerte de encontrar a ningún Mago de Oz que pudiera darme un corazón nuevo, por lo tanto tuve que arreglármelas con el que ya tenía, que al igual que yo, cada día se va poniendo más viejo. Y sentir cómo pesa el paso del tiempo en el pecho nos hace decir cosas como las que una vez dijo Bilbo Bolsón: "Estoy viejo, Gandalf, no lo parezco, pero estoy comenzando a sentirlo en las raíces del corazón”. Todo se debía a que se sentía estirado, “como un trocito de mantequilla extendido sobre demasiado pan". Un sentimiento parecido me asalta de vez en cuando.

 

Todo esto nos transmite esta canción tan agridulce, salida de la pluma de Neil Young; quizás el músico canadiense más influyente y respetado de todos los tiempos. Aquí Neil nos revela el que tal vez sea el gran secreto que tenemos todos los introvertidos cuando debemos confesar cuál es nuestra motivación en la vida. Preferimos no decir nada, y justo en eso reside nuestra fortaleza: “Todo aquello que no digo es lo que me mantiene buscando un corazón de oro. Y ya me estoy poniendo muy viejo”. Pero inmediatamente después de alabar el valor del silencio, en esta letra se nos revela que ese secreto tiene un costo. Un costo de años llamado vida, y que nos convierte en ancianos de espíritu buscando un lugar en el que hallar un poco de tranquilidad. Un buen día, somos viejos. ¿Y saben qué? No está tan mal. Es un descanso que nos hemos ganado después de tanta lucha.

 

“He estado en Hollywood, he estado en Redwood, crucé el océano buscando un corazón de oro”. Neil Young es una de las personas más auténticas dentro del Rock. Ha tenido una prolífica carrera como solista, además de integrar de manera intermitente ese súper grupo llamado Crosby, Stills & Nash, al que cada vez que él se sumaba se lo renombraba como Crosby, Stills, Nash & Young. Su carrera está principalmente volcada hacia el Rock y el Folk, pero también vivió un período bastante reconocido de experimentación allá por los años ’80. Hoy en día es considerado como una leyenda de la música, y su actitud de tipo ensimismado y problemático junto con una estética bastante descuidada lo ha llevado a ser considerado como una influencia importantísima para los músicos del Grunge de los años ’90; quienes lo tenían como un prócer. Allí donde fue, sólo se preocupó por serle fiel a sí mismo. Y tal vez todo se trate de eso. Preocuparse por agradarnos sólo a nosotros mismos: “He estado en mi mente, y he visto lo delgado que es el hilo que me mantiene buscando un corazón de oro. Y ya me estoy poniendo muy viejo”. ¡Feliz Deprimartes!


 

 https://www.youtube.com/watch?v=MkGOrIBCcg4