Deprimartes descorazonado:
La vida me ha sorprendido últimamente al reencontrarme con
una antigua amiga a quien no veía desde hacía décadas. En muy poco tiempo vimos
horrorizados cómo nos asaltaba la idea de que estábamos enamorados del otro. Así
que ahora puedo entender mejor todo aquello que se dice del amor, porque esta
sensación tan increíblemente genuina y avasallante está a años luz de distancia
de todo aquello que sentí en las ocasiones en que creí haberme enamorado. Qué
equivocado que estaba: “El mundo estaba en llamas y
nadie podía salvarme excepto tú. Es extraño lo que el deseo obliga a hacer a la
gente tonta”. Mi mundo era bastante lúgubre cuando este tema comenzó a
escucharse. Yo sólo contaba con dieciséis años y una timidez galopante que me
fagocitaba por dentro. Sólo podía imaginarme cómo se sentiría abrazar a una
chica mientras se escuchaba esta dulce melodía de fondo. Y es que la mezcla de timidez
e introspección no suele dejarle mucho margen a la búsqueda del amor: “Nunca soñé que encontraría a alguien como tú. Y nunca
soñé que terminaría perdiendo a alguien como tú”.
Esa pulsión por buscar la otredad nos obliga a salir de la
seguridad de nuestras madrigueras y nos convierte en algo que no somos, y lo
mismo ocurre con todo lo que nos rodea y que ya no nos resulta familiar; ahora
todo tiene un aire bastante tétrico e irreal… Para un tímido, la búsqueda del
amor es incomprensible. Es como una película de David Lynch: “No, no quiero enamorarme de ti. Este mundo sólo va a
romper tu corazón”. Aunque siempre nos quede el consuelo de encontrar
belleza aún en las cosas tristes, nada termina por cobrar un sentido; ya que la
existencia es un torbellino de caos donde las cosas no tienen razón de ser. O
sea, no se entiende nada; como en una película de David Lynch, en las que
también suele subyacer una filosofía pesimista, más digna del Libro del Eclesiastés,
como la que se resume en este corto verso de la letra: “Nadie
ama a nadie”. Chris Isaak es un cantante de
voz potente y melosa que no lograba llegar al éxito, probablemente porque
parecía estar encaprichado en querer verse como Elvis. Todo lo que hacía tenía
una guitarra con trémolo pretendiendo sonar como si estuviese grabada en los
años ’50, e incluso gracias a su timbre de voz llegó a ser considerado como “el
Roy Orbison de los años ’90”. Pero su carrera estaba atascada en un pasado que
ya sonaba demasiado anticuado; de hecho cuando la presente canción se estrenó
pasó desapercibida para el gran público. La suerte cambiaría un año más tarde,
cuando este tema fue utilizado en la banda de sonido del filme “Corazón
Salvaje” del controvertido director mencionado ut-supra; y allí todo cambió. La canción
comenzó a ser escuchada por un público más amplio, y entonces el suceso de
“Wicked Game” fue tan grande que al día de hoy es el mayor éxito del cantante;
quien además llegó a contar en los rankings con otras hermosas canciones suyas
como “Blue Hotel” y “Baby Did A Bad Bad Thing”. El mismo David Lynch se enteró
del éxito tardío de la canción, así que como anécdota invitó a Isaak a tener
una pequeña participación en el mítico universo de su aclamada serie “Twin
Peaks”, al darle un pequeño papel en la película de “Twin Peaks: Fire Walk with
Me”.
“Qué juego tan perverso es este que juegas,
en el que me haces sentir de esta manera. Qué cosas tan perversas haces, que
logras que yo sueñe contigo. Qué cosas tan perversas dices, tú nunca te
sentiste así. Qué cosas tan perversas haces, que me obligas a soñar contigo”. Mi encono hacia David Lynch
viene de hace varios años. Recuerdo una tarde en la que quedé con unos amigos
para ver una película en casa de uno de ellos, y yo acepté con la condición de
ser yo mismo quien pasaba por el videoclub para elegir el filme (sí, la
anécdota es tan vieja que transcurrió en un videoclub). Al llegar al
establecimiento en cuestión llamé a mis amistades para comentarles las
películas disponibles, y alguien del grupo preguntó a los gritos si había
alguna de David Lynch… Y la había. Pregunté al muchacho que atendía el local
qué opinaba sobre ese director, ya que nunca había visto ninguna de sus obras,
y me dijo: “Si te la recomiendo tal vez te parezca genial. O tal vez quieras
volver y partirme la cara. O las dos cosas”… Aún estoy queriendo encontrar a
ese tipejo nuevamente, para partirle el alma a patadas… Esa película se llamaba
“Mullholand Drive”, y creo que fueron las dos horas peor desperdiciadas de toda
mi vida… Alguien debe decirlo: nadie entiende a David Lynch. La gente que dice
que lo entiende, miente sólo para parecer inteligente. He dicho. ¡Feliz Deprimartes!
https://www.youtube.com/watch?v=4vKsSGyQf-M&t=7s
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