martes, 15 de junio de 2021

Capítulo 279: “Wicked Game”. Chris Isaak. (1989)



Deprimartes descorazonado:

 

La vida me ha sorprendido últimamente al reencontrarme con una antigua amiga a quien no veía desde hacía décadas. En muy poco tiempo vimos horrorizados cómo nos asaltaba la idea de que estábamos enamorados del otro. Así que ahora puedo entender mejor todo aquello que se dice del amor, porque esta sensación tan increíblemente genuina y avasallante está a años luz de distancia de todo aquello que sentí en las ocasiones en que creí haberme enamorado. Qué equivocado que estaba: “El mundo estaba en llamas y nadie podía salvarme excepto tú. Es extraño lo que el deseo obliga a hacer a la gente tonta”. Mi mundo era bastante lúgubre cuando este tema comenzó a escucharse. Yo sólo contaba con dieciséis años y una timidez galopante que me fagocitaba por dentro. Sólo podía imaginarme cómo se sentiría abrazar a una chica mientras se escuchaba esta dulce melodía de fondo. Y es que la mezcla de timidez e introspección no suele dejarle mucho margen a la búsqueda del amor: “Nunca soñé que encontraría a alguien como tú. Y nunca soñé que terminaría perdiendo a alguien como tú”.

 

Esa pulsión por buscar la otredad nos obliga a salir de la seguridad de nuestras madrigueras y nos convierte en algo que no somos, y lo mismo ocurre con todo lo que nos rodea y que ya no nos resulta familiar; ahora todo tiene un aire bastante tétrico e irreal… Para un tímido, la búsqueda del amor es incomprensible. Es como una película de David Lynch: “No, no quiero enamorarme de ti. Este mundo sólo va a romper tu corazón”. Aunque siempre nos quede el consuelo de encontrar belleza aún en las cosas tristes, nada termina por cobrar un sentido; ya que la existencia es un torbellino de caos donde las cosas no tienen razón de ser. O sea, no se entiende nada; como en una película de David Lynch, en las que también suele subyacer una filosofía pesimista, más digna del Libro del Eclesiastés, como la que se resume en este corto verso de la letra: “Nadie ama a nadie”. Chris Isaak es un cantante de voz potente y melosa que no lograba llegar al éxito, probablemente porque parecía estar encaprichado en querer verse como Elvis. Todo lo que hacía tenía una guitarra con trémolo pretendiendo sonar como si estuviese grabada en los años ’50, e incluso gracias a su timbre de voz llegó a ser considerado como “el Roy Orbison de los años ’90”. Pero su carrera estaba atascada en un pasado que ya sonaba demasiado anticuado; de hecho cuando la presente canción se estrenó pasó desapercibida para el gran público. La suerte cambiaría un año más tarde, cuando este tema fue utilizado en la banda de sonido del filme “Corazón Salvaje” del controvertido director mencionado ut-supra; y allí todo cambió. La canción comenzó a ser escuchada por un público más amplio, y entonces el suceso de “Wicked Game” fue tan grande que al día de hoy es el mayor éxito del cantante; quien además llegó a contar en los rankings con otras hermosas canciones suyas como “Blue Hotel” y “Baby Did A Bad Bad Thing”. El mismo David Lynch se enteró del éxito tardío de la canción, así que como anécdota invitó a Isaak a tener una pequeña participación en el mítico universo de su aclamada serie “Twin Peaks”, al darle un pequeño papel en la película de “Twin Peaks: Fire Walk with Me”.

 

“Qué juego tan perverso es este que juegas, en el que me haces sentir de esta manera. Qué cosas tan perversas haces, que logras que yo sueñe contigo. Qué cosas tan perversas dices, tú nunca te sentiste así. Qué cosas tan perversas haces, que me obligas a soñar contigo”. Mi encono hacia David Lynch viene de hace varios años. Recuerdo una tarde en la que quedé con unos amigos para ver una película en casa de uno de ellos, y yo acepté con la condición de ser yo mismo quien pasaba por el videoclub para elegir el filme (sí, la anécdota es tan vieja que transcurrió en un videoclub). Al llegar al establecimiento en cuestión llamé a mis amistades para comentarles las películas disponibles, y alguien del grupo preguntó a los gritos si había alguna de David Lynch… Y la había. Pregunté al muchacho que atendía el local qué opinaba sobre ese director, ya que nunca había visto ninguna de sus obras, y me dijo: “Si te la recomiendo tal vez te parezca genial. O tal vez quieras volver y partirme la cara. O las dos cosas”… Aún estoy queriendo encontrar a ese tipejo nuevamente, para partirle el alma a patadas… Esa película se llamaba “Mullholand Drive”, y creo que fueron las dos horas peor desperdiciadas de toda mi vida… Alguien debe decirlo: nadie entiende a David Lynch. La gente que dice que lo entiende, miente sólo para parecer inteligente. He dicho. ¡Feliz Deprimartes!



https://www.youtube.com/watch?v=4vKsSGyQf-M&t=7s





 

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