Deprimartes escocés:
“Cuando me despierto, bueno, sé que un día seré
el hombre que se despierte a tu lado. Y cada vez que salgo sé que terminaré siendo
el hombre que camine a tu lado. Y si me emborracho sé que un día seré el hombre
que termine emborrachándose contigo. Y si actúo nervioso sé que seré el hombre
que se pone nervioso por tu culpa”. Mi historia con esta melodía es un tanto particular. Pocas
veces me ocurrió que una canción se me pegoteara de una forma tan persistente. En
plena búsqueda de material para este humilde blog me topé de manera aleatoria
con este tema. Lo escuché una sola vez y no le presté demasiada atención, y el
único detalle que recordé fue el hecho de que estuviera interpretada por dos
gemelos con una tremenda pinta de nerds. Pero hete aquí que en los siguientes
días me la pasé canturreando la melodía del estribillo sin que pudiera
determinar a qué artista pertenecía. Tenía la sospecha de que se trataba de
estos chicos, pero no podía recordar el nombre de la banda; así que me la pasé
tratando de encontrar a dos hermanos idénticos y con un importante grado de miopía.
No tuve suerte en mi búsqueda y terminé por olvidarme de todo esto, hasta que un
buen día la fortuna me sonrió y nuevamente aparecieron ante mi The Proclaimers con
este juramento: “Pero caminaría quinientas millas,
y luego caminaría otras quinientas más sólo para ser el hombre que caminó mil
millas para caer de rodillas ante tu puerta”. Me inundó la alegría al
reconocer que la tonada que me perseguía era la de los hermanos Charlie y Craig
Reid, dos escoceses de pura cepa muy comprometidos con todas las causas de su
pueblo. Y también encontré que contaban
con más de una melodía pegadiza; como “Letter From America”, y especialmente “I’m
On My Way”.
Esta canción ha terminado por convertirse en una suerte de
himno no oficial de Escocia, esa porción de tierra ubicada bien al norte del
Reino Unido que cada tanto recuerda que odia a los ingleses y se quiere separar
del resto de Gran Bretaña. Y ha terminado por funcionar como una marca de
identidad nacional, porque donde sea que suene este tema se puede saber si hay
escoceses presentes entre el auditorio porque se ponen a saltar como locos al
escuchar promesas como éstas: “Cuando estoy
trabajando sé que seré el hombre que termine trabajando para ti. Y cuando
empiece a ganar dinero por mi trabajo te pasaré casi cada centavo que gane a
ti”. No es de extrañar que hayan llegado al éxito con esta canción, pues
tiene ese tipo de ritmo marcado y percusivo tan propio de los artistas de las
Tierras Altas; el mismo ritmo que han traído hasta nuestros días bandas escocesas
como Travis o Franz Ferdinand.
Si bien la canción fue un éxito el año en que se estrenó, tuvo
su momento de gloria cuando fue incluida en la banda de sonido de la película
de 1993 “Benny & Joon”, protagonizada por Aidan Quinn, Mary Stuart
Masterson y un muy joven Johnny Depp (que aún no tenía una carrera fílmica tan
extensa como para tirarla por la borda, lo cual hizo un par de décadas más
tarde). Trata sobre el amor entre personas que sufren de algun tipo de enfermedad
mental. Pero al ver sus escenas, la manera en que está rodada y la fotografía
del filme, no dejan de acudir a mi mente imágenes de esa época; y me inunda la
melancolía por lo hermoso que fueron los primeros años de la década del ’90.
Fueron un tiempo mucho más sano y luminoso, donde no había que tener ojos en la
nuca para ver si alguien te seguía en la calle ni tenías miedo de volver tarde
por las noches. Yo tenía veinte años y sentía que todo valía la pena. Fueron
los mejores días de mi vida, una época despreocupada en la cual el futuro aún
no había llegado con su carga de sueños incumplidos que hoy son el yunque sobre
el cual la vida martilla lo poco que me queda de alma. Yo también sentía que
podía hacer promesas de amor eterno como éstas: “Cuando
vuelvo a casa sé bien que un día seré el hombre que vuelva a casa para verte a
ti. Y si envejezco sé que seré el hombre que envejezca al lado tuyo. Cuando me
sienta solo, sé que seré el hombre que se sienta solo porque tú no estás. Y
cuando esté soñando, sé bien que estaré soñando con el tiempo en que estuve
contigo”. En definitiva: fui feliz en esos años… Y prácticamente no me
di cuenta. Hoy los añoro con el corazón hecho astillas y las lágrimas se me
quieren escapar cada vez que los recuerdo. ¡Feliz Deprimartes!