Deprimartes climatológico:
Aquí les presento el relato de
cómo se planea un robo que finalmente se concreta mal y a las apuradas, contado
con la ayuda de abundantes tomas cinematográficas al mejor estilo de Alfred
Hitchcock. Todo esto en un videoclip increíblemente desconectado de lo que dice
la letra de la canción: “Algún día, mi llanto se
terminará. Voy a caminar bajo el sol con una sonrisa. Porque si bien seguiré
siendo un tonto, hasta que llegue ese día no voy a dejar que me veas
quejándome”. Es casi incomprensible cómo pudo utilizarse un video con
una trama totalmente policial para ilustrar un tema musical tan claramente
romántico y emotivo… El tema en cuestión es un clásico de The Everly Brothers,
esos dos hermanitos norteamericanos que le enseñaron a las siguientes generaciones
de estrellas rockeras, cómo se hacen armonías vocales.
“Nunca
dejaré que veas de qué manera mi corazón roto me está lastimando. Tengo mi
orgullo y sé cómo ocultar mi pena y mi dolor”. Desde la gélida y extraña
noruega llegó A-HA. Este trío de vikingos ochentosos, con un pop potente y la
voz melosa de su líder, Morten Harket, vino para recordarnos que no se
necesitan muchas clases de actuación para esconder la tristeza que nos deja un
amor que se fue: “Si espero a que llegue la tormenta,
no podrás diferenciar la lluvia de las lágrimas, y así nunca sabrás que aún te
amo tanto y que el corazón todavía me duele. Lloraré en la lluvia”.
Ese tipo de dolor, oculto o
explícito, con o sin espectadores, sigue siendo dolor. Y duele como mil
demonios: “Estas gotas de lluvia que caen desde el
cielo, no se pueden llevar toda mi miseria. Desde que no estamos juntos, rezo
porque llegue la tormenta, para que esconda estas lágrimas que espero que nunca
veas”. Con orgullo, pidamos que llueva entonces... Y aprovechemos para
llorar. Que llueva, que llueva... La vieja está en la cueva. ¡Feliz Deprimartes!