martes, 27 de diciembre de 2022

"Blood Sugar Sex Deprimartes"

Bien, hasta aquí he llegado con estas “tomas que quedaron fuera del corte”. Si se me permite la analogía discográfica, veo a estas entradas como a esas canciones inéditas que suelen aparecer en las reediciones de álbumes históricos. Allí uno tal vez se da cuenta de por qué justamente no aparecieron en las ediciones originales... Los cuatro textos que incluí aquí a modo de bonus track me fueron solicitados oportunamente como una colaboración para el blog español Musicae Memorandum entre los años 2015 y 2018, labor a la que me dediqué con una extraña mezcla de honor e incredulidad. Resultaron ser un pequeño ejercicio para escribir con un poco más de libertad e informalidad, y así poder bucear en el costado más humano de cada artista. Me parecía apropiado que esos textos también aparecieran aquí, en mi propio blog.

¡Pero qué lejano que hoy se me hace aquello de buscarle el costado triste al Rock y a la vida misma! Todo ha cambiado tanto... Escribo desde Mi Buenos Aires, tierra florida donde mi vida terminaré, un martes 27 de diciembre de 2022. Aquí las cosas siguen su curso usual: hay crisis económica y somos campeones del mundo. Lo mismo de siempre, bah. Pero mi realidad ya hace dos años que ha cambiado profundamente, como bien lo saben quienes me conocen y a la vez me desconocen. No pueden creer lo cambiado que estoy. Y es que aún continúo de novio con el amor de mi vida, y cada día que pasa nuestra relación es mejor. Para una persona que ha sufrido durante décadas de infelicidad crónica, tanta felicidad junta me genera desconfianza; pero hoy me es muy difícil ver el vaso medio vacío. Y eso me genera dudas a la hora de escribir sobre el lado depresivo de la música moderna... Así que veremos si finalmente me animo a escribir una séptima temporada... Veremos, veremos; después lo sabremos...  

Y como aún no se ha desvanecido del todo el espíritu navideño, a modo de presente de Santa Claus les obsequio la playlist de Spotify de la última temporada. Allí ya saben que se encuentran las playlist de todas las temporadas publicadas:

Sexta temporada (Capítulos Nº251 a Nº300)

Y vaya también como regalo esta actualización  de la playlist completa del blog, con la última temporada incorporada:

DEPRIMARTES (Todos los capítulos)

Eso ha sido todo por este breve reencuentro. Ahora me voy a seguir disfrutando de mi nueva vida feliz. Pero espero pronto volver a visitar mi costado melancólico para seguir hablando acerca de la maravillosa Cultura Rock. 


¡Hasta cualquier momento, amigos!




martes, 20 de diciembre de 2022

Outtake Nº4: “Celluloid Heroes”. The Kinks. (1972)

 



Cómo ser todo lo que soñaste y convertir así tu vida en un infierno.

 

El afamado comediante Jim Carrey comentó no hace mucho: "Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron, para que se den cuenta de que esa no es la respuesta". No podría estar más de acuerdo: "Todos en el mundo son soñadores, y todos quieren ser una estrella. Y todos están en las películas, no tiene importancia quién seas en realidad. Hay estrellas en cada ciudad, en cada casa, en cada calle; y si das un paseo por el Boulevard de Hollywood, verás sus nombre plasmados en la acera". Por estas pampas solemos decir que “la fama es puro cuento”, y no creo que la frase sea desacertada. El reconocimiento popular es algo tan etéreo que muchos creen que pueden apropiarse de él de manera indefinida; sólo para darse cuenta de que cuando esa fama se va, se encuentran con la devastadora realidad de una vida vacía.

 

Adónde nos lleva esa necesidad de reconocimiento originada en nuestra carencia innata de afecto. Queremos caer en esa hoguera de vanidades que es la fama como para lograr la admiración de todo el mundo; pero esa misma fama sólo nos colma de amistades falsas, extraños que se nos acercan en la calle para saludarnos como si fueran nuestros parientes, gente que nos rodea en círculos tal como lo haría un tiburón curioso, y que nos acosan intentando sacar alguna tajada de la popularidad que representamos en su imaginación. No es tan extraño entonces imaginar por qué más de uno que logra el éxito luego busca alejarse de ese submundo tan enfermo: "No pises a Greta Garbo cuando camines por el Boulevard; ella se ve tan débil y tan frágil, es por eso que se esforzó por ser dura. Entonces ellos la convirtieron en una princesa, y la sentaron en un trono. Pero ella terminó por darle la espalda al estrellato, simplemente porque quería estar sola”. Greta Garbo, con su rostro que no necesitaba sonreír, fue el gran ejemplo de lo avasalladora que puede ser la fama y cómo manejarla. La suya fue una solución drástica, “quiero estar sola” dijo en una de sus últimas películas, y esta frase decidió vivirla en carne propia al poco tiempo, cuando dejó el cine para siempre en el pináculo del suceso y a la temprana edad de 36 años. Jamás se la volvió a ver… Seguramente fue mucho más feliz en el anonimato.

 

Sentimos como seres esa obligación intrínseca por perdurar. Batallamos contra las evidencias que el paso del tiempo deja en nuestra apariencia, y somos capaces de hacer casi cualquier cosa para que nos recuerden las generaciones por venir. Pero todo esto tiene el sinsabor de una lucha perdida de antemano. Y es que estamos destinados a ser olvidados. Si probablemente ni siquiera nuestros biznietos lloren frente a nuestra lápida, ¿a cuánta gente podrá importarle en uno o dos siglos que nuestro nombre figure en una baldosa?: "Puedes ver todas las estrellas mientras caminas por el Boulevard de Hollywood. A algunas las reconocerás, de algunas otras difícilmente hayas oído hablar. Gente que trabajó y sufrió y se esforzó por alcanzar la fama. Algunos lo consiguieron, y otros tantos sufrieron en vano".

 

Quienes cantan acerca de esta vanidad de vanidades son nada más ni nada menos que The Kinks. El genial Ray Davies estuvo al mando de este grupo, y gracias a sus geniales composiciones –y particularmente a sus letras tan descriptivas de todo lo cotidiano- supo ganarse un lugar entre los grandes músicos del siglo pasado. Pocos como él han sabido usar la ironía en el Rock & Roll, y como muestra de ello vaya este pequeño fragmento donde deja abierta la famosa pregunta acerca de la sexualidad de uno de los símbolos masculinos de los primeros años de Hollywood: "Rodolfo Valentino se ve realmente vivo, y desde el suelo ve los vestidos de las chicas; mientras ellas tristemente lo ignoran al pasar. Y evita pisar a Bela Lugosi, porque es probable que se dé la vuelta y te muerda, pero párate cerca de Bette Davis, porque la suya fue una vida demasiado solitaria”. En estos versos se desnuda la verdadera debilidad de nuestros ídolos. Por mucho que brillaran en la Pantalla Plateada, ellos realmente tenían pies de barro. Acarreaban tantas miserias humanas como cualquiera de nosotros, y sufrían mucho más porque su vida siempre estaba a la vista de todos. Los mencionados en esta canción son nombres ilústres, próceres de la actuación e íconos de la cultura popular, como es el caso de Greta Garbo, de Rodolfo Valentino, de Marilyn Monroe. Todos ellos debieron calzarse los guantes y luchar contra sus propios fantasmas, los mismos que hicieron morir en soledad a más de uno de ellos. Hoy, gracias a su trabajo en el cine, nos quedan sus sonrisas marcadas a fuego en nuestra memoria; pero la realidad de su día a día lejos estuvo de las entregas de premios y las fiestas fastuosas de Hollywood: "Si lo cubres con basura, George Sanders todavía tendría estilo; y si le das un pisotón a Mickey Rooney, aún así él te devolvería una sonrisa. Pero por favor no pases sobre la queridísima Marilyn, porque ella no es muy fuerte. Tendría que haber estado hecha de hierro y acero, pero ella tan sólo era de carne y hueso".

 

Y para aquellas almas llenas de sueños que finalmente acceden al éxito, resta aún vérselas con la paranoia que empieza a anidar en sus corazones; ya que muchos viven con el terror de perder su fama: "Todos en el mundo son soñadores, y todos quieren ser una estrella. Y todos están en el negocio del espectáculo, no tiene importancia quiénes sean en realidad. Y a aquellos que tienen éxito les digo que más les vale no bajar nunca la guardia, porque el éxito y el fracaso caminan de la mano a lo largo del Boulevard de Hollywood". Y no todos han sabido aprender las lecciones que deja un fracaso. Más de una estrella del cine ha vivido el fracaso como una derrota personal, que terminó marcándoles el carácter y la vida... La fama es insalubre.

 

Pero para esos astros del Séptimo Arte es verdad aquello de que siempre habrá una chance de volver del olvido más profundo cuando su rostro aparezca proyectado en una pantalla. Algo le dirá al mundo que esa persona estuvo aquí antes de nosotros, y que fue buena en lo que amaba hacer. Al menos, se han ganado una oportunidad de ser inmortales, a su propia manera: "Desearía que mi vida fuera una película de Hollywood que no terminase nunca. Un mundo de fantasía con villanos y héroes de celuloide. Porque los héroes de celuloide nunca sienten ninguna pena. Y los héroes de celuloide nunca mueren realmente". ¡Feliz Deprimartes!

 

 https://www.youtube.com/watch?v=rSKXUlVwqm8&ab_channel=TheKinks







martes, 13 de diciembre de 2022

Outtake Nº3: “I Just Wasn’t Made For These Times”. The Beach Boys. (1966)

 



O la balada de un hombre parado en la cima de una montaña.

 

En la música moderna, hemos oído hablar en más de una ocasión de un "antes" y un "después" de determinados artistas. Merecimientos aparte, por lo general se trata de enmarcar cierto suceso; algo o alguien que no dejó el mundo de la misma manera en que lo encontró. Pues bien, no sería para nada aventurado decir que el mundo en el que vivía Brian Wilson en 1966 no era el mismo que habitaba el resto de sus congéneres humanos, y que decididamente tampoco sería el mismo para nadie de allí en adelante. Si bien desde hacía al menos un año y medio venía amagando con hacer algo distinto, recién ese año el genio escondido dentro de la lámpara de una banda de Surf Rock –un género absolutamente pasatista, y por lo tanto bastante menor dentro del panorama musical de los primeros años sesenta- finalmente salió a la luz y nos concedió a todos el deseo de convertir el Rock mismo en una forma de arte. En ese momento, al mando de su banda The Beach Boys, Brian Wilson miraba al resto de los mortales desde la cima de una montaña…

 

Pero todo tiene un precio, porque en el punto más alto sólo hay lugar para uno. Porque ser el genio dentro de la lámpara significa ser alguien lleno de magia, pero naturalmente aislado del resto del universo: “Sigo buscando un lugar en el cual pueda encajar, donde pueda decir libremente lo que pienso. He estado mucho tiempo intentando encontrar gente a la cual yo no termine por dejar atrás. Me dicen que tengo una forma de pensar especial, pero con eso no me hacen ningún bien. Desearía que no fuera así”. Decirle a alguien que es especial no necesariamente es un cumplido. Así lo sentía Brian Wilson con respecto a los desplantes que por aquella época le hacían sus compañeros de The Beach Boys, que nunca lograron entender la profundidad y la altura a las que este gran compositor quería llevarlos. Y es que ser especial es ser un adelantado, un incomprendido… Es estar solo.

 

Ni siquiera dos personalidades especiales pueden hacerse una compañía justa, ya que cada persona es especial a su única e irrepetible manera, apuntalando su particularidad en una serie de vivencias que sólo ese ser humano, y nadie más, ha atravesado. Darse cuenta de que uno es realmente único conlleva un nivel de soledad digno de una novela de Mary Shelley: “Cada vez que las cosas comienzan a pasar nuevamente, pienso que algo bueno finalmente me está sucediendo, pero de repente algo termina saliendo mal. A veces me siento muy triste… A veces me siento muy triste, no encuentro nada a qué dedicar todo mi corazón y mi alma. Supongo que simplemente no fui hecho para estos tiempos”.

 

En el otro extremo, podría asegurarse que todos queremos ser iguales a los demás. Todos deseamos encajar, ser aceptados. Y para lograr esto, somos capaces de casi cualquier cosa. Queda entonces flotando la idea de que todos nacemos como alguien especial, y que dejar de serlo es una labor ciclópea a la que le dedicamos un gran esfuerzo y mucho de nuestro tiempo. Tan fuerte es nuestra necesidad de escaparle a la soledad de la existencia, que muchos renuncian a ser quienes son y prefieren ponerse un disfraz para ser aquello que los demás quieren ver: “Cada vez que consigo la inspiración para cambiar las cosas a mi alrededor, nadie quiere ayudarme a buscar esos lugares en los que pudiera encontrar cosas nuevas. ¿Adónde puedo ir cuando todos mis interesados amigos terminan huyendo de mí? ¿Qué significa todo esto?”. Brian Wilson en Pet Sounds, su obra suprema, se dio el lujo de escribir sobre sí mismo; sobre una persona embargada por una tristeza absoluta al ver que todos los que le rodeaban no lograban comprenderlo. Al igual que cuando John Lennon gritaba "¡Socorro!" y el mundo bailaba al ritmo de su llanto; Brian se sentía malinterpretado por la humanidad entera, y de allí en más refugiaría su dolor y su decepción en un peligroso cóctel de ácido lisérgico y traumas familiares. Su genio sólo volvería en cuentagotas, y únicamente el paso del tiempo lo terminaría transformando en el verdadero prócer musical que es hoy.

 

Mientras tanto, fue sólo un hombre parado en la cima de una montaña… Nada más, ni nada menos.

 

 https://www.youtube.com/watch?v=iZGv_P-7rRM&ab_channel=TheBeachBoysVEVO




martes, 6 de diciembre de 2022

Outtake Nº2: “So Cruel”. U2. (1991)

 



O cómo sonaría una puñalada en el corazón hecha canción.

 

¿Cómo y cuándo exactamente empieza a destruirse una pareja? Nadie lo sabe a ciencia cierta: “¿Quién cruzó la línea? ¿Quién empujó a quién? Tal vez a ti no te importe, pero a mí sí. Estamos a la deriva, pero lo nuestro aún se mantiene a flote. Aunque sólo parece que estoy esperando ver cómo te hundes, mi amor”. Crónica de un amor que se autodestruye, y de ese miserable y a la vez sublime sentimiento que representa el voyerismo de ver derrumbarse algo que amamos, y no hacer nada para detener la caída.

En lo personal, aún recuerdo la primera vez que escuché a U2. Y fue con éste disco, nada menos. Achtung Baby!, probablemente su mejor producción. En 1993 un amigo mío quería a toda costa hacerme escuchar a esta banda, y yo estaba un poco reluctante, más por ignorancia que por otra cosa. Hicimos un viaje en ómnibus con un grupo de conocidos, y mi amigo llevó su walkman con éste álbum listo para ser escuchado. Antes de pasármelo, un súbito ataque de autoindulgencia lo llevó deleitarse con alguna de las canciones del cassette, mientras que su cara felicidad se volvía tan evidente que un compañero de grupo le preguntó qué era lo que estaba escuchando. “U2” fue su respuesta, y acto seguido le pasó los auriculares a él; y este muchacho comenzó a apreciar tema tras temas mientras exclamaba “¡Esto es lo mejor que oí en mi vida!”, lo cual llamó la atención de una chica, quien le preguntó qué estaba escuchando, y le pidió el walkman para repetir la ceremonia. Luego apareció otra persona más y la escena se reiteró una y otra vez, con gente exclamando a gritos lo feliz que estaba por escuchar algo tan soberbio, y conmigo mirando el walkman ir de una cabeza a la otra sin que yo pudiera acceder a esa música supuestamente tan fabulosa. Finalmente llegamos a destino, y esa noche, a la orilla de un fogón, pude completar el ritual. Sin embargo, no fue sino hasta que llegué a este tema que empecé a comprender el embrujo de U2: “Yo desaparecí en ti, tú desapareciste de mi vida. Te di todo lo que siempre quisiste, y resultó que eso no era lo que querías”.

Este hermoso tema comienza y mantiene su cadencia con unos punzantes ataques de piano, que le dan paso a una pared de cuerdas, conformando a lo largo de toda la canción una atmósfera profunda, sentida, y atormentada. El cantante Bono Vox gime dolorosamente al alcanzar sus agudos, como un dragón moribundo que desparrama su fuego como último acto de vida. Suena como lo hace esa puñalada que adorna cada corazón: “Oh... Dices que en el amor no hay reglas. Oh, dulce amor, eres tan cruel”. Y justo luego de este cortísimo y tan verídico estribillo, se hace evidente la genialidad del productor del álbum, el renombrado Daniel Lanois; quien le suma a la canción un último detalle con un vibrante eco electrónico que sonará como trasfondo hasta el final del tema. Ese eco borroso y distante siempre me ha dejado pensando… ¿Se tratará de la alegoría de un corazón que trepida de desesperación? ¿Es la alusión a una respiración enérgica ante la inminente falta del amor correspondido? ¿Es una imagen de reminiscencia de los pensamientos arremolinados y atropellados por la impotencia?... ¿O tal vez es todo eso junto?

“La desesperación es una tierna trampa en la que siempre caemos. Pones tus labios contra los suyos, sólo para detener la mentira. Su piel es blanca como el Espíritu Santo, y tú gritas como un ángel por su amor. Entonces ella se eleva y hace que la contemples desde su altura. Y la necesitas como si se tratara de una droga”. El tema está plagado de esas hermosas metáforas, que son un claro ejemplo de la capacidad metafórica de Bono para escribir sus letras. El frontman de la banda más importante de la última época del Rock no sólo está muy comprometido con innumerables causas sociales, sino también con la estructura poética de los versos de sus canciones: “Ella usa mi amor como si fuera un vestido transparente, sus labios dicen algo, pero sus movimientos dicen otra cosa. El amor es el grito de una flor que se está muriendo”.

“Oh, amor, tengo que estar loco para estar contigo. Dulce corazón, eres tan cruel”. A lo largo de la letra, nos encontramos con una mujer objeto del deseo que tropieza en su propio laberinto de sentimientos: “Odias a todos los hombres que te amaron, pasaron a través de tu vida como lo hace un fantasma. Ellos te buscan, pero tu espíritu está en el aire. Nena, no estás en ninguna parte”. Y por otro lado tenemos al alma tortuosa del hombre que no puede, no quiere y siente que no debe dejar de amar: “No sabes si es miedo o deseo, el peligro de esta droga que te eleva tan alto. Tienes la cabeza en el Cielo, y los dedos hundidos en el fango. Su corazón está corriéndote una carrera y no puedes mantenerle el paso. La noche está sangrando como un corte profundo. Al final todos terminamos siendo aplastados bajo las pisadas de los caballos del amor y la lujuria”. Con una enorme carga poética, bien pareciera que esta canción podría aplicar a distintos momentos de la vida de cada uno de nosotros. Brindo entonces por la maestría que siempre ha sabido tener el Rock para plasmar nuestra existencia en el espejo de la música. ¡Que así sea por siempre!

 

 https://www.youtube.com/watch?v=OaFwK5yqDas&ab_channel=U2-Topic