martes, 20 de diciembre de 2022

Outtake Nº4: “Celluloid Heroes”. The Kinks. (1972)

 



Cómo ser todo lo que soñaste y convertir así tu vida en un infierno.

 

El afamado comediante Jim Carrey comentó no hace mucho: "Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron, para que se den cuenta de que esa no es la respuesta". No podría estar más de acuerdo: "Todos en el mundo son soñadores, y todos quieren ser una estrella. Y todos están en las películas, no tiene importancia quién seas en realidad. Hay estrellas en cada ciudad, en cada casa, en cada calle; y si das un paseo por el Boulevard de Hollywood, verás sus nombre plasmados en la acera". Por estas pampas solemos decir que “la fama es puro cuento”, y no creo que la frase sea desacertada. El reconocimiento popular es algo tan etéreo que muchos creen que pueden apropiarse de él de manera indefinida; sólo para darse cuenta de que cuando esa fama se va, se encuentran con la devastadora realidad de una vida vacía.

 

Adónde nos lleva esa necesidad de reconocimiento originada en nuestra carencia innata de afecto. Queremos caer en esa hoguera de vanidades que es la fama como para lograr la admiración de todo el mundo; pero esa misma fama sólo nos colma de amistades falsas, extraños que se nos acercan en la calle para saludarnos como si fueran nuestros parientes, gente que nos rodea en círculos tal como lo haría un tiburón curioso, y que nos acosan intentando sacar alguna tajada de la popularidad que representamos en su imaginación. No es tan extraño entonces imaginar por qué más de uno que logra el éxito luego busca alejarse de ese submundo tan enfermo: "No pises a Greta Garbo cuando camines por el Boulevard; ella se ve tan débil y tan frágil, es por eso que se esforzó por ser dura. Entonces ellos la convirtieron en una princesa, y la sentaron en un trono. Pero ella terminó por darle la espalda al estrellato, simplemente porque quería estar sola”. Greta Garbo, con su rostro que no necesitaba sonreír, fue el gran ejemplo de lo avasalladora que puede ser la fama y cómo manejarla. La suya fue una solución drástica, “quiero estar sola” dijo en una de sus últimas películas, y esta frase decidió vivirla en carne propia al poco tiempo, cuando dejó el cine para siempre en el pináculo del suceso y a la temprana edad de 36 años. Jamás se la volvió a ver… Seguramente fue mucho más feliz en el anonimato.

 

Sentimos como seres esa obligación intrínseca por perdurar. Batallamos contra las evidencias que el paso del tiempo deja en nuestra apariencia, y somos capaces de hacer casi cualquier cosa para que nos recuerden las generaciones por venir. Pero todo esto tiene el sinsabor de una lucha perdida de antemano. Y es que estamos destinados a ser olvidados. Si probablemente ni siquiera nuestros biznietos lloren frente a nuestra lápida, ¿a cuánta gente podrá importarle en uno o dos siglos que nuestro nombre figure en una baldosa?: "Puedes ver todas las estrellas mientras caminas por el Boulevard de Hollywood. A algunas las reconocerás, de algunas otras difícilmente hayas oído hablar. Gente que trabajó y sufrió y se esforzó por alcanzar la fama. Algunos lo consiguieron, y otros tantos sufrieron en vano".

 

Quienes cantan acerca de esta vanidad de vanidades son nada más ni nada menos que The Kinks. El genial Ray Davies estuvo al mando de este grupo, y gracias a sus geniales composiciones –y particularmente a sus letras tan descriptivas de todo lo cotidiano- supo ganarse un lugar entre los grandes músicos del siglo pasado. Pocos como él han sabido usar la ironía en el Rock & Roll, y como muestra de ello vaya este pequeño fragmento donde deja abierta la famosa pregunta acerca de la sexualidad de uno de los símbolos masculinos de los primeros años de Hollywood: "Rodolfo Valentino se ve realmente vivo, y desde el suelo ve los vestidos de las chicas; mientras ellas tristemente lo ignoran al pasar. Y evita pisar a Bela Lugosi, porque es probable que se dé la vuelta y te muerda, pero párate cerca de Bette Davis, porque la suya fue una vida demasiado solitaria”. En estos versos se desnuda la verdadera debilidad de nuestros ídolos. Por mucho que brillaran en la Pantalla Plateada, ellos realmente tenían pies de barro. Acarreaban tantas miserias humanas como cualquiera de nosotros, y sufrían mucho más porque su vida siempre estaba a la vista de todos. Los mencionados en esta canción son nombres ilústres, próceres de la actuación e íconos de la cultura popular, como es el caso de Greta Garbo, de Rodolfo Valentino, de Marilyn Monroe. Todos ellos debieron calzarse los guantes y luchar contra sus propios fantasmas, los mismos que hicieron morir en soledad a más de uno de ellos. Hoy, gracias a su trabajo en el cine, nos quedan sus sonrisas marcadas a fuego en nuestra memoria; pero la realidad de su día a día lejos estuvo de las entregas de premios y las fiestas fastuosas de Hollywood: "Si lo cubres con basura, George Sanders todavía tendría estilo; y si le das un pisotón a Mickey Rooney, aún así él te devolvería una sonrisa. Pero por favor no pases sobre la queridísima Marilyn, porque ella no es muy fuerte. Tendría que haber estado hecha de hierro y acero, pero ella tan sólo era de carne y hueso".

 

Y para aquellas almas llenas de sueños que finalmente acceden al éxito, resta aún vérselas con la paranoia que empieza a anidar en sus corazones; ya que muchos viven con el terror de perder su fama: "Todos en el mundo son soñadores, y todos quieren ser una estrella. Y todos están en el negocio del espectáculo, no tiene importancia quiénes sean en realidad. Y a aquellos que tienen éxito les digo que más les vale no bajar nunca la guardia, porque el éxito y el fracaso caminan de la mano a lo largo del Boulevard de Hollywood". Y no todos han sabido aprender las lecciones que deja un fracaso. Más de una estrella del cine ha vivido el fracaso como una derrota personal, que terminó marcándoles el carácter y la vida... La fama es insalubre.

 

Pero para esos astros del Séptimo Arte es verdad aquello de que siempre habrá una chance de volver del olvido más profundo cuando su rostro aparezca proyectado en una pantalla. Algo le dirá al mundo que esa persona estuvo aquí antes de nosotros, y que fue buena en lo que amaba hacer. Al menos, se han ganado una oportunidad de ser inmortales, a su propia manera: "Desearía que mi vida fuera una película de Hollywood que no terminase nunca. Un mundo de fantasía con villanos y héroes de celuloide. Porque los héroes de celuloide nunca sienten ninguna pena. Y los héroes de celuloide nunca mueren realmente". ¡Feliz Deprimartes!

 

 https://www.youtube.com/watch?v=rSKXUlVwqm8&ab_channel=TheKinks







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