Deprimartes maternal:
Bien, partamos de una base. Para intentar ser éste un blog
que analiza el costado melancólico del Rock, esta es una canción muy alegre.
Tal vez demasiado. Pero desde hacía un tiempo quería hablar de los Scissors
Sisters, porque una canción de este grupo me permitió llegar a una triste
conclusión: En lo que a mí respecta el Rock & Roll se puede declarar
oficialmente muerto cuando en 2006 esta banda editó su mega éxito “I Don’t Feel
Like Dancing”. No es algo subrepticio, por ese mismo tiempo también salieron las
canciones “Crazy” de Gnarls Barkley y “Hey Ya!” de OutKast, todas ellas sonando
como sospechosas antiguallas y teniendo un fenomenal éxito. Más allá del
interesante homenaje que estas nuevas canciones le rendían a esos sonidos
setentosos, estábamos ante una pasmosa realidad: El Rock se había quedado sin ideas.
Ya no había ingredientes para nuevas recetas, ni nuevas maneras de mezclar esos
ingredientes. Todo estaba dicho ya. Al Rock sólo le quedaba morderse la cola.
Así que creo que hizo lo mejor que podía hacer: despedirse riéndose de sí
mismo. Recordar sus mejores años con
temas como éste, donde uno puede imaginarse un imposible dueto entre la
Electric Light Orchestra y los Bee Gees. Y si bien he terminado por elegir esta
otra canción para reflexionar sobre la misma, ha sido más que nada por la
temática de su letra. Aún siendo desfachatada en su actitud, describe bastante
bien un período de la vida con el que todos nos sentiremos familiarizados: ese
emocionante momento en que dejamos de ser niños y pasamos a ser esas bolsas de
hormonas conocidas como “adolescentes”. Por estas pampas se la conoce como “la
edad del pavo”, en la que básicamente nos sentimos perdidos, torpes y estúpidos
ante todo lo nuevo que nos ocurre y que no comprendemos en lo absoluto: “A medida que crezcas pórtate como un buen chico y así tu
mamá se sentirá orgullosa de su hijo. Pero entonces irás notando que hay algo
diferente, de repente le gustas a todas las chicas; porque eres apuesto y
parece que sabes conversar y divertirte. Y ahora tu chica te extraña y en tu
casa tu cama está vacía. Todos se preguntan si habrá casamiento, y no van a
escuchar tus explicaciones”.
Crecer duele, y mucho. Y para colmo está siempre presente
la mirada de los padres, y especialmente de la madre, que se niegan a ver cómo
su pequeño bebito se va convirtiéndo en un hombre bajo sus propias narices. El
muchacho en cuestión tal vez desarrolle una gran masa muscular, pero su mamita
siempre estará allí para acercarle un pulóver para que no salga desabrigado a
la calle: “Es una lucha portarse como un buen chico
en el verano, mientras miras a todas esas chicas pasar. Cuando tu mamá oyó las
cosas que le decías a esas chicas, intenté advertírtelo, ella lo único que quiso
fue echarse a llorar”. Es interesante que en la letra de esta canción parece
que se describiera la vida de una comunidad conservadora de un pueblito
agrícola, muy típico de los “rednecks” del centro de Estados Unidos, donde todo
lo que hace la juventud para divertirse está mal y atenta contra las buenas
costumbres establecidas: “Ahora terminamos por
tomar el largo camino a casa, demasiado arreglados y con litros de colonia
barata encima. Es tan difícil encontrar la ruta en este pueblo con tantas
calles de tierra, habiendo perdido tus anteojos y cuando a tu coche se lo llevó
la grúa”. Recordemos que toda la región central de Norteamérica aparece
en el imaginario popular de ese país como una zona llena de de campesinos, de
gente con acentos pronunciados y de “hillbillies” rústicos. Se trata en
realidad de una enorme planicie postergada ante las necesidades de la gran
capital del Este, Nueva York, y de la dorada zona de Los Ángeles en el Oeste.
Hay una crítica social aquí con respecto a que divertirse está mal, y que la
mejor opción siempre es mantener orgullosa a nuestra Señora Madre. Y si es
necesario para que ella siga pensando que aún somos sus adorables y pequeños
niños, pues habrá que salir con ella para resarcirla del hecho de estar
convirtiéndonos en hombres que pronto deberían abandonar el nido materno: “Yo diría que saquemos a tu mamá a pasear toda la noche.
Sí, vamos a enseñarle de qué se trata esto. Vamos a emborracharla con champán
barato y dejemos que el buen rato dure lo que tenga que durar. Y si la música
no es buena, ¡pues qué lástima!, vamos a seguir cantando sin importarnos nada.
Porque a los bailarines en Nueva Orleáns no les importa cómo bailes siempre y
cuando les des propina”.
Toda la obra de esta banda tiene un desenfado arrollador,
sus letras suelen incurrir en más de una referencia sexual carente de
metáforas. El propio nombre del grupo es una clara apología lésbica. Estando
conformada mayormente por músicos homosexuales, ellos mismos le restan
cualquier tipo de importancia a esta particularidad. El vocalista Jake Shears se
ha pronunciado con sabias palabras al respecto al decir: “El hecho de que algunos de
nosotros seamos gays afecta a nuestra música de la misma manera en que la
música de Blondie se ve afectada porque algunos de sus miembros son
heterosexuales”. Aún así, y a pesar de haber escrito canciones que podrán sonar
por años como trasfondo en cualquier boliche de la comunidad gay como “Any Wich
Way”, “Filthy/Gorgeous” y especialmente “Let’s Have A Kiki”, también han sido
una banda que supo ponerse reflexiva con temas como “Mary” o “Land Of A
Thousand Words”. Pero serán por siempre recordados como los fiesteros que
supieron rescatar y mezclar con muy buen gusto el sonido del Glam y de la
música Disco para que el Rock pudiera dar su canto del cisne apenas
empezado el nuevo siglo: “¡Hagámoslo! Salgamos con
tu mamá toda la noche y haremos que no le queden dudas de que estamos poniendo
nuestro mejor esfuerzo. Vamos a hacerlo. Salgamos con tu mamá toda la noche. A
fin de cuentas puedes acostarte tarde porque ya estás hecho todo un hombre”. ¡Feliz
Deprimartes!