martes, 27 de diciembre de 2022

"Blood Sugar Sex Deprimartes"

Bien, hasta aquí he llegado con estas “tomas que quedaron fuera del corte”. Si se me permite la analogía discográfica, veo a estas entradas como a esas canciones inéditas que suelen aparecer en las reediciones de álbumes históricos. Allí uno tal vez se da cuenta de por qué justamente no aparecieron en las ediciones originales... Los cuatro textos que incluí aquí a modo de bonus track me fueron solicitados oportunamente como una colaboración para el blog español Musicae Memorandum entre los años 2015 y 2018, labor a la que me dediqué con una extraña mezcla de honor e incredulidad. Resultaron ser un pequeño ejercicio para escribir con un poco más de libertad e informalidad, y así poder bucear en el costado más humano de cada artista. Me parecía apropiado que esos textos también aparecieran aquí, en mi propio blog.

¡Pero qué lejano que hoy se me hace aquello de buscarle el costado triste al Rock y a la vida misma! Todo ha cambiado tanto... Escribo desde Mi Buenos Aires, tierra florida donde mi vida terminaré, un martes 27 de diciembre de 2022. Aquí las cosas siguen su curso usual: hay crisis económica y somos campeones del mundo. Lo mismo de siempre, bah. Pero mi realidad ya hace dos años que ha cambiado profundamente, como bien lo saben quienes me conocen y a la vez me desconocen. No pueden creer lo cambiado que estoy. Y es que aún continúo de novio con el amor de mi vida, y cada día que pasa nuestra relación es mejor. Para una persona que ha sufrido durante décadas de infelicidad crónica, tanta felicidad junta me genera desconfianza; pero hoy me es muy difícil ver el vaso medio vacío. Y eso me genera dudas a la hora de escribir sobre el lado depresivo de la música moderna... Así que veremos si finalmente me animo a escribir una séptima temporada... Veremos, veremos; después lo sabremos...  

Y como aún no se ha desvanecido del todo el espíritu navideño, a modo de presente de Santa Claus les obsequio la playlist de Spotify de la última temporada. Allí ya saben que se encuentran las playlist de todas las temporadas publicadas:

Sexta temporada (Capítulos Nº251 a Nº300)

Y vaya también como regalo esta actualización  de la playlist completa del blog, con la última temporada incorporada:

DEPRIMARTES (Todos los capítulos)

Eso ha sido todo por este breve reencuentro. Ahora me voy a seguir disfrutando de mi nueva vida feliz. Pero espero pronto volver a visitar mi costado melancólico para seguir hablando acerca de la maravillosa Cultura Rock. 


¡Hasta cualquier momento, amigos!




martes, 20 de diciembre de 2022

Outtake Nº4: “Celluloid Heroes”. The Kinks. (1972)

 



Cómo ser todo lo que soñaste y convertir así tu vida en un infierno.

 

El afamado comediante Jim Carrey comentó no hace mucho: "Espero que todos puedan volverse ricos y famosos y tener todo lo que soñaron, para que se den cuenta de que esa no es la respuesta". No podría estar más de acuerdo: "Todos en el mundo son soñadores, y todos quieren ser una estrella. Y todos están en las películas, no tiene importancia quién seas en realidad. Hay estrellas en cada ciudad, en cada casa, en cada calle; y si das un paseo por el Boulevard de Hollywood, verás sus nombre plasmados en la acera". Por estas pampas solemos decir que “la fama es puro cuento”, y no creo que la frase sea desacertada. El reconocimiento popular es algo tan etéreo que muchos creen que pueden apropiarse de él de manera indefinida; sólo para darse cuenta de que cuando esa fama se va, se encuentran con la devastadora realidad de una vida vacía.

 

Adónde nos lleva esa necesidad de reconocimiento originada en nuestra carencia innata de afecto. Queremos caer en esa hoguera de vanidades que es la fama como para lograr la admiración de todo el mundo; pero esa misma fama sólo nos colma de amistades falsas, extraños que se nos acercan en la calle para saludarnos como si fueran nuestros parientes, gente que nos rodea en círculos tal como lo haría un tiburón curioso, y que nos acosan intentando sacar alguna tajada de la popularidad que representamos en su imaginación. No es tan extraño entonces imaginar por qué más de uno que logra el éxito luego busca alejarse de ese submundo tan enfermo: "No pises a Greta Garbo cuando camines por el Boulevard; ella se ve tan débil y tan frágil, es por eso que se esforzó por ser dura. Entonces ellos la convirtieron en una princesa, y la sentaron en un trono. Pero ella terminó por darle la espalda al estrellato, simplemente porque quería estar sola”. Greta Garbo, con su rostro que no necesitaba sonreír, fue el gran ejemplo de lo avasalladora que puede ser la fama y cómo manejarla. La suya fue una solución drástica, “quiero estar sola” dijo en una de sus últimas películas, y esta frase decidió vivirla en carne propia al poco tiempo, cuando dejó el cine para siempre en el pináculo del suceso y a la temprana edad de 36 años. Jamás se la volvió a ver… Seguramente fue mucho más feliz en el anonimato.

 

Sentimos como seres esa obligación intrínseca por perdurar. Batallamos contra las evidencias que el paso del tiempo deja en nuestra apariencia, y somos capaces de hacer casi cualquier cosa para que nos recuerden las generaciones por venir. Pero todo esto tiene el sinsabor de una lucha perdida de antemano. Y es que estamos destinados a ser olvidados. Si probablemente ni siquiera nuestros biznietos lloren frente a nuestra lápida, ¿a cuánta gente podrá importarle en uno o dos siglos que nuestro nombre figure en una baldosa?: "Puedes ver todas las estrellas mientras caminas por el Boulevard de Hollywood. A algunas las reconocerás, de algunas otras difícilmente hayas oído hablar. Gente que trabajó y sufrió y se esforzó por alcanzar la fama. Algunos lo consiguieron, y otros tantos sufrieron en vano".

 

Quienes cantan acerca de esta vanidad de vanidades son nada más ni nada menos que The Kinks. El genial Ray Davies estuvo al mando de este grupo, y gracias a sus geniales composiciones –y particularmente a sus letras tan descriptivas de todo lo cotidiano- supo ganarse un lugar entre los grandes músicos del siglo pasado. Pocos como él han sabido usar la ironía en el Rock & Roll, y como muestra de ello vaya este pequeño fragmento donde deja abierta la famosa pregunta acerca de la sexualidad de uno de los símbolos masculinos de los primeros años de Hollywood: "Rodolfo Valentino se ve realmente vivo, y desde el suelo ve los vestidos de las chicas; mientras ellas tristemente lo ignoran al pasar. Y evita pisar a Bela Lugosi, porque es probable que se dé la vuelta y te muerda, pero párate cerca de Bette Davis, porque la suya fue una vida demasiado solitaria”. En estos versos se desnuda la verdadera debilidad de nuestros ídolos. Por mucho que brillaran en la Pantalla Plateada, ellos realmente tenían pies de barro. Acarreaban tantas miserias humanas como cualquiera de nosotros, y sufrían mucho más porque su vida siempre estaba a la vista de todos. Los mencionados en esta canción son nombres ilústres, próceres de la actuación e íconos de la cultura popular, como es el caso de Greta Garbo, de Rodolfo Valentino, de Marilyn Monroe. Todos ellos debieron calzarse los guantes y luchar contra sus propios fantasmas, los mismos que hicieron morir en soledad a más de uno de ellos. Hoy, gracias a su trabajo en el cine, nos quedan sus sonrisas marcadas a fuego en nuestra memoria; pero la realidad de su día a día lejos estuvo de las entregas de premios y las fiestas fastuosas de Hollywood: "Si lo cubres con basura, George Sanders todavía tendría estilo; y si le das un pisotón a Mickey Rooney, aún así él te devolvería una sonrisa. Pero por favor no pases sobre la queridísima Marilyn, porque ella no es muy fuerte. Tendría que haber estado hecha de hierro y acero, pero ella tan sólo era de carne y hueso".

 

Y para aquellas almas llenas de sueños que finalmente acceden al éxito, resta aún vérselas con la paranoia que empieza a anidar en sus corazones; ya que muchos viven con el terror de perder su fama: "Todos en el mundo son soñadores, y todos quieren ser una estrella. Y todos están en el negocio del espectáculo, no tiene importancia quiénes sean en realidad. Y a aquellos que tienen éxito les digo que más les vale no bajar nunca la guardia, porque el éxito y el fracaso caminan de la mano a lo largo del Boulevard de Hollywood". Y no todos han sabido aprender las lecciones que deja un fracaso. Más de una estrella del cine ha vivido el fracaso como una derrota personal, que terminó marcándoles el carácter y la vida... La fama es insalubre.

 

Pero para esos astros del Séptimo Arte es verdad aquello de que siempre habrá una chance de volver del olvido más profundo cuando su rostro aparezca proyectado en una pantalla. Algo le dirá al mundo que esa persona estuvo aquí antes de nosotros, y que fue buena en lo que amaba hacer. Al menos, se han ganado una oportunidad de ser inmortales, a su propia manera: "Desearía que mi vida fuera una película de Hollywood que no terminase nunca. Un mundo de fantasía con villanos y héroes de celuloide. Porque los héroes de celuloide nunca sienten ninguna pena. Y los héroes de celuloide nunca mueren realmente". ¡Feliz Deprimartes!

 

 https://www.youtube.com/watch?v=rSKXUlVwqm8&ab_channel=TheKinks







martes, 13 de diciembre de 2022

Outtake Nº3: “I Just Wasn’t Made For These Times”. The Beach Boys. (1966)

 



O la balada de un hombre parado en la cima de una montaña.

 

En la música moderna, hemos oído hablar en más de una ocasión de un "antes" y un "después" de determinados artistas. Merecimientos aparte, por lo general se trata de enmarcar cierto suceso; algo o alguien que no dejó el mundo de la misma manera en que lo encontró. Pues bien, no sería para nada aventurado decir que el mundo en el que vivía Brian Wilson en 1966 no era el mismo que habitaba el resto de sus congéneres humanos, y que decididamente tampoco sería el mismo para nadie de allí en adelante. Si bien desde hacía al menos un año y medio venía amagando con hacer algo distinto, recién ese año el genio escondido dentro de la lámpara de una banda de Surf Rock –un género absolutamente pasatista, y por lo tanto bastante menor dentro del panorama musical de los primeros años sesenta- finalmente salió a la luz y nos concedió a todos el deseo de convertir el Rock mismo en una forma de arte. En ese momento, al mando de su banda The Beach Boys, Brian Wilson miraba al resto de los mortales desde la cima de una montaña…

 

Pero todo tiene un precio, porque en el punto más alto sólo hay lugar para uno. Porque ser el genio dentro de la lámpara significa ser alguien lleno de magia, pero naturalmente aislado del resto del universo: “Sigo buscando un lugar en el cual pueda encajar, donde pueda decir libremente lo que pienso. He estado mucho tiempo intentando encontrar gente a la cual yo no termine por dejar atrás. Me dicen que tengo una forma de pensar especial, pero con eso no me hacen ningún bien. Desearía que no fuera así”. Decirle a alguien que es especial no necesariamente es un cumplido. Así lo sentía Brian Wilson con respecto a los desplantes que por aquella época le hacían sus compañeros de The Beach Boys, que nunca lograron entender la profundidad y la altura a las que este gran compositor quería llevarlos. Y es que ser especial es ser un adelantado, un incomprendido… Es estar solo.

 

Ni siquiera dos personalidades especiales pueden hacerse una compañía justa, ya que cada persona es especial a su única e irrepetible manera, apuntalando su particularidad en una serie de vivencias que sólo ese ser humano, y nadie más, ha atravesado. Darse cuenta de que uno es realmente único conlleva un nivel de soledad digno de una novela de Mary Shelley: “Cada vez que las cosas comienzan a pasar nuevamente, pienso que algo bueno finalmente me está sucediendo, pero de repente algo termina saliendo mal. A veces me siento muy triste… A veces me siento muy triste, no encuentro nada a qué dedicar todo mi corazón y mi alma. Supongo que simplemente no fui hecho para estos tiempos”.

 

En el otro extremo, podría asegurarse que todos queremos ser iguales a los demás. Todos deseamos encajar, ser aceptados. Y para lograr esto, somos capaces de casi cualquier cosa. Queda entonces flotando la idea de que todos nacemos como alguien especial, y que dejar de serlo es una labor ciclópea a la que le dedicamos un gran esfuerzo y mucho de nuestro tiempo. Tan fuerte es nuestra necesidad de escaparle a la soledad de la existencia, que muchos renuncian a ser quienes son y prefieren ponerse un disfraz para ser aquello que los demás quieren ver: “Cada vez que consigo la inspiración para cambiar las cosas a mi alrededor, nadie quiere ayudarme a buscar esos lugares en los que pudiera encontrar cosas nuevas. ¿Adónde puedo ir cuando todos mis interesados amigos terminan huyendo de mí? ¿Qué significa todo esto?”. Brian Wilson en Pet Sounds, su obra suprema, se dio el lujo de escribir sobre sí mismo; sobre una persona embargada por una tristeza absoluta al ver que todos los que le rodeaban no lograban comprenderlo. Al igual que cuando John Lennon gritaba "¡Socorro!" y el mundo bailaba al ritmo de su llanto; Brian se sentía malinterpretado por la humanidad entera, y de allí en más refugiaría su dolor y su decepción en un peligroso cóctel de ácido lisérgico y traumas familiares. Su genio sólo volvería en cuentagotas, y únicamente el paso del tiempo lo terminaría transformando en el verdadero prócer musical que es hoy.

 

Mientras tanto, fue sólo un hombre parado en la cima de una montaña… Nada más, ni nada menos.

 

 https://www.youtube.com/watch?v=iZGv_P-7rRM&ab_channel=TheBeachBoysVEVO




martes, 6 de diciembre de 2022

Outtake Nº2: “So Cruel”. U2. (1991)

 



O cómo sonaría una puñalada en el corazón hecha canción.

 

¿Cómo y cuándo exactamente empieza a destruirse una pareja? Nadie lo sabe a ciencia cierta: “¿Quién cruzó la línea? ¿Quién empujó a quién? Tal vez a ti no te importe, pero a mí sí. Estamos a la deriva, pero lo nuestro aún se mantiene a flote. Aunque sólo parece que estoy esperando ver cómo te hundes, mi amor”. Crónica de un amor que se autodestruye, y de ese miserable y a la vez sublime sentimiento que representa el voyerismo de ver derrumbarse algo que amamos, y no hacer nada para detener la caída.

En lo personal, aún recuerdo la primera vez que escuché a U2. Y fue con éste disco, nada menos. Achtung Baby!, probablemente su mejor producción. En 1993 un amigo mío quería a toda costa hacerme escuchar a esta banda, y yo estaba un poco reluctante, más por ignorancia que por otra cosa. Hicimos un viaje en ómnibus con un grupo de conocidos, y mi amigo llevó su walkman con éste álbum listo para ser escuchado. Antes de pasármelo, un súbito ataque de autoindulgencia lo llevó deleitarse con alguna de las canciones del cassette, mientras que su cara felicidad se volvía tan evidente que un compañero de grupo le preguntó qué era lo que estaba escuchando. “U2” fue su respuesta, y acto seguido le pasó los auriculares a él; y este muchacho comenzó a apreciar tema tras temas mientras exclamaba “¡Esto es lo mejor que oí en mi vida!”, lo cual llamó la atención de una chica, quien le preguntó qué estaba escuchando, y le pidió el walkman para repetir la ceremonia. Luego apareció otra persona más y la escena se reiteró una y otra vez, con gente exclamando a gritos lo feliz que estaba por escuchar algo tan soberbio, y conmigo mirando el walkman ir de una cabeza a la otra sin que yo pudiera acceder a esa música supuestamente tan fabulosa. Finalmente llegamos a destino, y esa noche, a la orilla de un fogón, pude completar el ritual. Sin embargo, no fue sino hasta que llegué a este tema que empecé a comprender el embrujo de U2: “Yo desaparecí en ti, tú desapareciste de mi vida. Te di todo lo que siempre quisiste, y resultó que eso no era lo que querías”.

Este hermoso tema comienza y mantiene su cadencia con unos punzantes ataques de piano, que le dan paso a una pared de cuerdas, conformando a lo largo de toda la canción una atmósfera profunda, sentida, y atormentada. El cantante Bono Vox gime dolorosamente al alcanzar sus agudos, como un dragón moribundo que desparrama su fuego como último acto de vida. Suena como lo hace esa puñalada que adorna cada corazón: “Oh... Dices que en el amor no hay reglas. Oh, dulce amor, eres tan cruel”. Y justo luego de este cortísimo y tan verídico estribillo, se hace evidente la genialidad del productor del álbum, el renombrado Daniel Lanois; quien le suma a la canción un último detalle con un vibrante eco electrónico que sonará como trasfondo hasta el final del tema. Ese eco borroso y distante siempre me ha dejado pensando… ¿Se tratará de la alegoría de un corazón que trepida de desesperación? ¿Es la alusión a una respiración enérgica ante la inminente falta del amor correspondido? ¿Es una imagen de reminiscencia de los pensamientos arremolinados y atropellados por la impotencia?... ¿O tal vez es todo eso junto?

“La desesperación es una tierna trampa en la que siempre caemos. Pones tus labios contra los suyos, sólo para detener la mentira. Su piel es blanca como el Espíritu Santo, y tú gritas como un ángel por su amor. Entonces ella se eleva y hace que la contemples desde su altura. Y la necesitas como si se tratara de una droga”. El tema está plagado de esas hermosas metáforas, que son un claro ejemplo de la capacidad metafórica de Bono para escribir sus letras. El frontman de la banda más importante de la última época del Rock no sólo está muy comprometido con innumerables causas sociales, sino también con la estructura poética de los versos de sus canciones: “Ella usa mi amor como si fuera un vestido transparente, sus labios dicen algo, pero sus movimientos dicen otra cosa. El amor es el grito de una flor que se está muriendo”.

“Oh, amor, tengo que estar loco para estar contigo. Dulce corazón, eres tan cruel”. A lo largo de la letra, nos encontramos con una mujer objeto del deseo que tropieza en su propio laberinto de sentimientos: “Odias a todos los hombres que te amaron, pasaron a través de tu vida como lo hace un fantasma. Ellos te buscan, pero tu espíritu está en el aire. Nena, no estás en ninguna parte”. Y por otro lado tenemos al alma tortuosa del hombre que no puede, no quiere y siente que no debe dejar de amar: “No sabes si es miedo o deseo, el peligro de esta droga que te eleva tan alto. Tienes la cabeza en el Cielo, y los dedos hundidos en el fango. Su corazón está corriéndote una carrera y no puedes mantenerle el paso. La noche está sangrando como un corte profundo. Al final todos terminamos siendo aplastados bajo las pisadas de los caballos del amor y la lujuria”. Con una enorme carga poética, bien pareciera que esta canción podría aplicar a distintos momentos de la vida de cada uno de nosotros. Brindo entonces por la maestría que siempre ha sabido tener el Rock para plasmar nuestra existencia en el espejo de la música. ¡Que así sea por siempre!

 

 https://www.youtube.com/watch?v=OaFwK5yqDas&ab_channel=U2-Topic




martes, 29 de noviembre de 2022

Outtake Nº1: “Wot’s… Uh The Deal?”. Pink Floyd. (1972)

 



Si la vida es así de miserable... ¿Cuál es el trato?

 

Hace un tiempo, con mi guitarra al hombro, visité como cada tanto lo hacía a un gran amigo mío fanático de Pink Floyd. Si bien nos conocemos desde hace más de veinte años, recuerdo que ese día fue especial, porque él finalmente se hartó de escucharme tocar “Wish You Were Here”; y antes de quitarme mi instrumento y partírmelo en la cabeza, me pidió que aprendiera a tocar otro tema de la banda so pena de asesinarme lenta y dolorosamente. Tomándolo a broma, le planteé las dificultades que representa el hecho de poder interpretar temas de Pink Floyd en una guitarra acústica. La forma más o menos digna en que siempre tocaba para él “Comfortably Numb”, “Goodbye Blue Sky” y “High Hopes” escondiéndome tras lo poco que podía hacerse con una simple guitarra parecía ya no complacerle del todo; así que luego de unos instantes de titubeo me habló de este otro tema: “Wot’s… Uh The Deal?” del álbum “Obscured By Clouds”. Recuerdo que lo mencionó con un tono que me hizo pensar que mi vida dependía de ello, así que mientras tragaba saliva sonoramente, le pedí que tuviera a bien repetirme el nombre del tema. A pesar de que mi amigo habla un inglés perfecto, apenas comprendí lo críptico del título; pero no dejé que este detalle me desanimara, y puse mis barbas en remojo para aprender la canción, que dice más o menos esto: “El Cielo me envió la Tierra Prometida, y se ve muy bien desde donde estoy parado; porque soy el tipo que está afuera mirando. Estoy esperando en el peldaño, muéstrame adónde está escondida la llave; señálame por dónde ir, porque ya es tiempo de que me dejes entrar, necesito salir del frío. Convierte mi camino en oro, porque hay un viento helado soplando en mi alma, y creo que me estoy volviendo viejo”. Un instante de la vida de un vagabundo aparece retratada en esta letra. Un mendigo parado afuera de la ventana, observando con sana envidia todo aquello que hace de nuestra casa un hogar cálido y acogedor. Su mirada telegrafía un ruego hacia todas las almas, un último suspiro implorando que no le arrebaten lo poco de dignidad que le queda, suplicando en sus pensamientos que lo invitemos a pasar y le evitemos una muerte helada… Pero… ¿Alguien le abrirá la puerta? 

 

“Todo es un destello rojo. ¿Qué cuál es el trato? Es simple: tratar de llegar vivo a la próxima comida. Intentar mantener el ritmo mientras gira la rueda, milla tras milla, piedra tras piedra. Te das vuelta para hablar, y te das cuenta de que estás solo. A un millón de millas de tu casa, estás por tu cuenta”. Aún recuerdo a la perfección una noche, para la época en que me aprendía la canción y escuchaba este tema una y otra vez, sólo que en aquella velada yo me encontraba bajo los efectos de ciertas sustancias. Y en base a esa experiencia personal es que puedo asegurar que es verdad lo que dicen sobre la música de Pink Floyd: está ideada para ser disfrutada mediante un estado alterado de la consciencia… Fue una de las mejores noches de mi vida.

 

Volviendo a nuestro amigo vagabundo, parece que finalmente encontró la llave: “Ahora el fuego brilla en la luz de las velas, y ella está a mi lado. Y si ella así lo prefiere, nunca nos moveremos. Alguien me envió la Tierra Prometida, y yo supe tomarla con las dos manos; ahora soy el tipo que está adentro, mirando hacia afuera. Escúchenme gritando: ‘¡Vamos, entren! Cuéntenme qué noticias traen, y cómo han estado’. Porque ya no hay ningún viento soplando en mi alma, y finalmente me he vuelto viejo”. Así debería ser el epílogo de nuestra vida. Disfrutar de muy grata compañía a la luz de las velas, en el acogedor calor de un hogar. La escenografía ideal para descubrir que finalmente el diciembre de nuestra vida ha llegado y que ya no habrá ninguna tormenta luego de la última calma. Es un final soñado… Pero… ¿Y si es realmente sólo un sueño? ¿No será ésta sólamente una última visión de felicidad suprema, que nos invita a convidar a los demás? ¿El vagabundo no estará en realidad muriendo congelado en el peldaño de la puerta, mientras su mente le regala un broche final con aquello que ya no tiene?...

 

En lo personal, mientras yo disfruto de lo que me queda de vida luego de haber aprendido a tocar esta canción, planeo hacer todo lo posible para no confundir realidad con sueño, vigilia con utopía, verdad con mentira. Quiero que el día en que la muerte me encuentre yo sea el hombre que está adentro, mirando hacia afuera.



https://www.youtube.com/watch?v=aGPjfj69cXE&ab_channel=PinkFloyd




martes, 22 de noviembre de 2022

"Deprimartes: Outtakes”:

Es verdad, desaparecí sin despedirme al final de mi última temporada; y si bien alguien podría llegar a inferir que eso se debió a que me importa un rábano el resto de los mortales, debo decir que esto es cierto. Pero también hubo otros factores, y el principal de ellos ha sido que desde hace ya dos años estoy viviendo una historia de amor increíble, no sólo para mis propios estándares, sino para los del mundo entero. Volví a encontrarme luego de veinte años de ausencia con aquella chica de la cual me había enamorado realmente por única vez en mi vida… ¡Y aquí estamos, disfrutando de una relación de pareja! Este factor podría sin duda alguna desbalancear mi natural estado de melancolía –y con esto me vería yo privado de hacer cosas como seguir escribiendo para este humilde blog depresivo-, por lo que trabajé arduamente para conservar mi arista nostálgica y taciturna. Hoy se podría decir que soy un depresivo enamorado… Y vaya que se siente bien.

 

¿Y qué es de la vida de los Deprimartes?... ¡Pues no lo sé! La lista de nombres de grupos y artistas que aún no he abarcado se extiende año tras año, así que probablemente haya una séptima temporada con músicos cuyo repertorio aún no he visitado, pero habrá que esperar un poco más.

 

Y cómo ando un poco peleado con la inspiración, se me ocurrió poner en conocimiento de todo aquel que sigue este humilde blog una serie de entradas que me fueron requeridas por otros medios de este mundo virtual. Son un puñado de capítulos de mis Deprimartes que no lo son de manera oficial. En este caso se trata de algunos artistas cuya obra ya había visitado, pero el truco de estas participaciones consistió en basarme en canciones que no tuviesen un videoclip oficial. Reveamos entonces algunas canciones de bandas tan emblemáticas como variopintas dentro de la historia del Rock, como lo son Pink Floyd, U2, The Beach Boys, y The Kinks. Espero que les gusten estos “outtakes”, que no son más que unos Deprimartes fuera de registro. Al final de este bonus tal vez hasta les deje un pequeño regalo.

 

¡Un gusto estar de regreso –al menos por un rato-, y feliz Deprimartes para todos!



 

martes, 14 de diciembre de 2021

Capítulo 300: “Hurt”. Johnny Cash. (2003)

 


Capítulo 300: “Hurt”. Johnny Cash. (2003)

 

Deprimartes herido:

 

Para aquellos que no estuviesen al tanto de la categoría de la leyenda que ha sido Johnny Cash, siempre es bueno graficar su importancia mencionando que existe un álbum grabado por cuatro artistas legendarios que casualmente coincidieron en la mítica disquera Sun Records el mismo día de 1956. Uno era por supuesto el buen señor Cash, quien en esas grabaciones se codea con próceres como Jerry Lee Lewis, aquel loco que tocaba el piano en el hit “Grandes bolas de fuego”; también estaba Carl Perkins, el autor de numerosos éxitos de la década del ’50; y entre ellos una canción llamada “Zapatos de gamuza azul” que había llegado recientemente al Nº1 en la voz del cuarto participante de esta reunión: Elvis Presley, el Rey del Rock. Por si aún no he dejado en claro mi punto, Johnny Cash participó en el primer supergrupo de la historia, que fueron conocidos como “El Cuarteto del Millón de Dólares”. Pero aún así, esto no llega a darnos ni siquiera la más mínima idea de quién fue este portador de un alma buena, alguien que siempre se preocupó por los sectores más vulnerables de la sociedad, y que a medida que avanzaba en años se volvía más grande en altura moral a la vez que más profundo en su filosofía de vida: “Me he lastimado a propósito, para ver si aún puedo sentir algo. Me enfoco en el dolor, la única cosa que es real. La aguja hace un agujero dejándome una sensación que me es familiar. Trato de no sentir el dolor, pero no puedo dejar de recordarlo todo”. Es muy difícil explicarle a cualquier persona que no haya nacido en Norteamérica cuál ha sido la importancia artística de Johnny Cash. Si bien se trató primordialmente de un fenómeno vernáculo, como todo artista venido del Country, su impronta y su actitud desafiante lo llevaron a hacer de la incorrección política su bandera; lo cual le hizo ganar simpatías a lo largo de todo el globo. Se hacía notar por su incansable activismo a favor de las comunidades indígenas de su país, así como también por los famosos shows que daba en las prisiones. Siempre buscó que una buena parte de su público estuviese conformada por aquellas personas que suelen estar olvidadas por todos los demás. También supo ser incorrecto musicalmente hablando, y se abrió a colaborar con artistas de la más diversa índole. Incluso en sus días finales hacía versiones de canciones de géneros que le resultaban muy ajenos. Es el caso de esta obra de arte, un tema cuya versión original le pertenece a Trent Reznor; líder del afamado grupo de Rock Industrial Nine Inch Nails. Pero el señor Cash podía adueñarse de cualquier canción y transformarla completamente con su melancolía. Aquí logra algo tan hermoso, que el mismo Reznor al escucharla llegó a emocionarse y a declarar que la canción simplemente ya no le pertenecía.

 

Recuerdo que hace muchos años me contaron una historia acerca de un hombre que en su lecho de muerte pasaba sus últimos días apesadumbrado. En sus días de niñez, plenos de travesuras y felicidad, tuvo la inocente ocurrencia de cambiarle el sentido a una señal del camino cuya flecha indicaba el rumbo correcto. En el epílogo de su vida no lo dejaban en paz unos oscuros pensamientos acerca de cuántas personas se habrían perdido por culpa de su broma infantil… Y ese mismo remordimiento añejado durante décadas es el que atraviesa la letra de este tema: “¿En qué me he convertido, mi querido amigo? Todos aquellos a quienes conozco en el final también se irán”. Johnny Cash moriría apenas unos meses luego de editar esta canción. Lo curioso es que parece haber utilizado su hermoso videoclip para despedirse de nosotros, cantando como quien sabe a ciencia cierta que la vida se va como la brisa que roza nuestra cara mientras se escapa sin decirnos adónde se dirige. Y aquí lo vemos, sentado a la cabecera de un banquete digno un príncipe, recordando y renegando de todo aquello que conquistó; al igual que miles de años antes hizo aquel Rey que en el Eclesiastés aseguró que todo es vana ilusión, todo es como querer atrapar el viento: “Llevo puesta esta corona de espinas, la uso cuando me siento en mi trono de mentiroso, lleno de pensamientos rotos que no puedo reparar. Los sentimientos desaparecen bajo las manchas del tiempo. Tú eres otra persona, pero yo todavía sigo siendo el mismo”.

 

Moviliza presenciar la desazón de un anciano que se zambulle en sus recuerdos y vuelve con las manos vacías. La amargura de Johnny en este video nos deja como legado una tristeza en su más pura definición. Tristeza por considerar que la vida se le ha ido, y más tristeza aún porque recién ahora cae en la cuenta de que todo lo que ha hecho no tiene ningún sentido; quizás porque simplemente nunca lo tuvo: “Y pueden quedarse con todo mi imperio de polvo. Van a decepcionarse de mí, y terminarán por sentirse lastimados”. Pero no nos dejemos engañar. Johnny también tuvo una etapa de actor, y aquí es obvio que lo vemos actuar una última vez. Se da el lujo de jugarnos una broma final antes de que se lo lleve la muerte, personificando a un anciano cuya vida se ha ido por la alcantarilla. Y estoy seguro de que todo es una farsa, porque el señor Cash pasó por esta vida y dejó tras de sí un mundo mejor que el que encontró al nacer. Estoy dispuesto a batirme a duelo con todo aquel que niegue que Johnny Cash murió con una sonrisa… Sobre el final del video, el piano se cierra y la música termina. La historia de toda una vida ha concluido: “Si tan sólo pudiera empezar de nuevo, a un millón de millas de aquí, aún así encontraría la manera de continuar siendo yo mismo”. Tal vez algún día vuelva a decirles: ¡Feliz Deprimartes!

 

 

 https://www.youtube.com/watch?v=8AHCfZTRGiI

 



martes, 7 de diciembre de 2021

Capítulo 299: “Get Lucky”. Daft Punk. (2013)

 



Deprimartes afortunado:

 

“Como la leyenda del Ave Fénix, cada vez que terminamos volvemos a empezar”. Nos encontramos con una canción cuya letra se esfuerza en contrarrestar lo simplón de su argumento mediante el uso de cuanto recurso literario tenga a mano. Es claro que sólo nos está hablando de una salida de sábado por la noche, pero es un poco forzada la cantidad de poesía que utiliza para describir una conquista nocturna cualquiera en una pista de baile. Tan pedante se torna todo que resulta increíble que aquí se utilicen imágenes astronómicas para graficar algo tan banal como una noche de jarana. Tal vez el rapto poético se deba a que este tipo de salidas de fin de semana se suele vivir bajo los efectos de ciertas sustancias: “Aquello que hace que el planeta siga girando es la misma fuerza que le dio origen a todo”.

 

“Hemos llegado demasiado lejos como para dejar de ser quienes somos. Así que mantengamos altas nuestras expectativas y brindemos alzando nuestras copas a las estrellas”. Como buen introvertido que soy, he odiado desde siempre la sola idea de ir a bailar a un boliche. El común de la gente parece no comprender que existe toda una porción de la población que detesta ir a romperse los tímpanos mientras se expone al riesgo de tener un ataque epiléptico gracias a las luces estroboscópicas de este tipo de establecimientos. Y todo eso mientras intentamos descifrar el nombre que nos grita al oído la única chica a la cual nuestra timidez nos permitió preguntarle cómo se llama. Siempre me resultó curioso cómo es que la gente se relaciona en estos antros. Hasta el día de la fecha, excede mi comprensión. Para mí nada de eso es siquiera comparable al placer de compartir un café con una hermosa mujer que lee un libro. Bien, pues de nada de eso habla esta canción: “Ella se queda toda la noche despierta hasta que sale el sol, yo me quedo despierto para ver si consigo algo de diversión. Ella se queda despierta para pasarla bien, yo me quedo despierto para ver si tengo suerte”. ¿Quién diría que el último nombre rutilante de la Música Electrónica vendría de Francia? Pues así es. El trabajo de Daft Punk ha cosechado tal nivel de éxito mundial, que hoy es casi imposible cuantificar la influencia que este dúo francés ha tenido, no sólo en el ambiente de los sintetizadores, sino directamente en la cultura popular. Innovadores desde lo estético, jugaban con el misterio y detestaban la fama. Casi siempre se presentaban con sus rostros ocultos por unos cascos robóticos, los que terminaron por convertirse en su sello identitario. Sus álbumes apostaban siempre por lo artístico, y alguno de ellos hasta nos invitaba a participar de una aventura animada interestelar.

 

“Nos quedamos toda la noche despiertos hasta que salga el sol, para conseguir algo de diversión, para pasarla bien y para ver si tenemos suerte”. En esta canción participan dos grandes artistas norteamericanos. Uno de ellos es Pharrel Williams, y aunque lo que él  hace principalmente es Hip Hop y Rap, dos géneros que no son muy de mi agrado, nadie puede negar su talento y su versatilidad. Allá por 2013 parecía estar en todas partes: “El presente no sigue un ritmo predeterminado”. Pero la verdadera estrella de este video es el señor Nile Rodgers; el eximio guitarrista rítmico de la banda discosa Chic. Además de ser un músico renombrado, se volcó a la producción de otros artistas; y en años más recientes ha llegado hasta a producir la banda de sonido de videojuegos muy famosos. No me alcanzaría todo este texto para enumerar la cantidad increíble de nombres estelares del Rock que fueron producidos por este buen señor. Su éxito fue tal que fue nombrado como “mayor productor del mundo” por la revista Billboard, y hasta llegó a ser presidente del Salón de la Fama de los Compositores de su país. Ésta canción de Daft Punk volvió a poner su calidad como músico ante los ojos de una nueva generacion: “Sigo disfrutando de todo aquello que tú me regalas. ¿Qué es esto que estoy sintiendo? Si quieres que nos vayamos de aquí, sólo dímelo”. ¡Feliz Deprimartes!


 

 https://www.youtube.com/watch?v=CCHdMIEGaaM





martes, 23 de noviembre de 2021

Capítulo 298: “Something About You”. Level 42. (1985)

 



Deprimartes manés:

 

“¿Cómo? ¿Cómo puede ser que un amor tallado a partir del cariño, y al que le ha dado forma el destino mismo sufra tanto por unos juegos que jugamos demasiado seguido?”. Hay una pequeña isla en el Mar de Irlanda que nadie parece querer, y si bien pertenece a la Corona Británica, es tan sólo considerada como una pequeña dependencia. Es la Isla de Man, que ostenta una de las banderas más extrañas que haya visto el mundo. En este islote escondido nació Mark King, quien desde su temprana juventud desarrolló un gusto musical por el jazz. Esto lo llevó a soñar con convetirse en el más grande baterista de su época, y por eso viajó a Londres para formar su propia banda. Pero sus sueños iban a toparse con un problema… No lograba encontrar un solo bajista disponible. Así fue que el bueno de Mark se decidió a probar suerte en las cuatro cuerdas, y con el paso del tiempo y de las ironías de la vida, llegó a ser considerado por muchos como el mejor bajista de su época. Fundó la banda Level 42 y con ellos destacó en los años ’80 colocando varios éxitos en las listas de ventas, y a pesar de que sus canciones estaban apuntadas hacia el éxito comercial, aún así podía darle cierta profundidad a sus letras: “Pero cometer errores es parte de las imperfecciones que la vida va teniendo con el paso de los años. ¿O acaso está tan mal ser humanos, después de todo?”.

 

“Y atraídos por una corriente de ilusiones indefinidas, esos sueños hechos de diamante no pueden ocultar la verdad. Y es que hay algo acerca de ti, nena, que está tan bien. No podría ausentarme de tu lado esta noche”. Mark King, además de cantar, adorna melódicamente la canción con su bajo. Toca mientras mezcla en su ejecución algunas técnicas como el “slapping” y el “popping”. Estos arabescos enriquecen muchísimo la base rítmica, lo cual puede llamarnos la atención porque a la hora de escuchar música no solemos esperar que un bajo nos sorprenda. Y mucho menos su intérprete, alguien que con el paso de las eras se ha convertido tanto en un cliché como en un personaje incomprendido: el bajista. Por alguna extraña razón, la mayoría de los bajistas responden a ciertas señas particulares. Suelen ser la persona más callada del grupo, apenas sí se mueven en el escenario, es muy raro que hagan coros, y suelen irse solos después del concierto. Conozco a algunos, y puedo dar fe de que cumplen casi a rajatabla con estas condiciones. De hecho, yo he tocado el bajo en alguna que otra banda, y durante ese período me volví una persona bastante taciturna. En fin, como dice la leyenda: Nadie sabe para qué sirve un bajista… Hasta que falta al ensayo. Y ahí todos se dan cuenta de que algo falta.  

 

“Si nuestro amor permaneciera oculto, nadie podrá decir que nosotros no sentimos un millón de cosas, ni que no hayamos vivido una vida de ensueño. Y aunque ese amor ya se ha ido, tan frágil como libre, nosotros continuamos llevándonos bien. Ya no estamos tan enamorados, pero eso no está mal. Después de todo, tan sólo somos seres humanos”. En el muy interesante videoclip de esta canción tenemos a Mark personificando a un pasajero en un tren. Es un viajero aburrido cuyo pasatiempo consiste en ponerse a deducir cómo es la vida de cada uno de sus compañeros de viaje, según los detalles que observa. Y siempre que deja volar su imaginación en estas realidades ajenas inventadas se le aparece la misma misteriosa mujer. A cada uno de estos amores imaginarios los acecha un alter ego payasesco de nuestro viajero, que disfruta cada vez que la pareja tiene un desencuentro. De la misma manera, también se siente mal cuando reina entre ellos la concordia. Las maquinaciones son tan fuertes que al viajero cada vez se le hace más confuso el límite entre la realidad y el sueño, pero por suerte para él ahora el viaje ha terminado. Es la estación final del recorrido, y ha llegado la hora de bajarse del tren. Quien también se baja, siguiendo los pasos de nuestro viajero aburrido, es aquella fantasiosa caricatura de sí mismo; como un lúgubre recordatorio de que vayamos donde vayamos llevaremos a nuestros problemas como acompañantes: “Oh, todos esos años cambiantes hacen que todo se haga más confuso. Y tú necesitas saber el momento exacto en que se dijo la verdad. Y es que hay algo acerca de ti, nena, que está tan bien. Y yo ya no podría vivir sin ti”. Como sorpresa final, el sueño se vuelve realidad: quien finalmente está esperando en el andén es la mujer de nuestros sueños... Y nos resulta tan sólo otra cara desconocida entre la multitud… ¿El sueño se convirtió en realidad, o en pesadilla?... ¡Feliz Deprimartes!


 

 https://www.youtube.com/watch?v=zpdQQoc-gkk





martes, 16 de noviembre de 2021

Capítulo 297: “This is How It Feels”. Inspiral Carpets. (1990)

 




Deprimartes inspirador:

 

Ya hacia finales de la década del ’80 las bandas británicas estaban abrevando en la riquísima herencia dejada por aquellas agrupaciones que habían conquistado América en los años ’60. Esto se intensificaría media década más tarde con el Britpop, pero en sus principios el homenaje se iría diluyendo debido a dos factores. El primero era la fuerte presencia en la música de un costado electrónico, lo cual lo distanciaba de sus orígenes sesentosos. Y el segundo, quizá más importante, fue que en esa época el éxtasis tomó por asalto los salones bailables, dándole protoforma a lo que con el tiempo se convertiría en una “rave”; esas fiestas electrónicas que son imposibles de disfrutar si no se está drogado hasta el tuétano. Aquella primera escena fue llamada “Madchester”, o el sonido de Manchester, debido a que su epicentro se encontraba en esa ciudad del norte inglés. En este movimiento estaban bandas como Inspiral Carpets, quienes utilizaban en sus conciertos un órgano de la marca italiana Farfisa; el cual les daba un sonido característico y que los emparentaba con bandas clásicas como The Animals, The Zombies, y The Doors. En cuanto a las letras, la cuestión se ponía mucho más profunda y dolorosa: “El esposo no sabe qué ha hecho mal, los niños no saben qué le pasa a Mamá. Ella no lo dice y ellos no logran darse cuenta, entonces hacen de cuenta que tan sólo se trata de otro mal día. Papá no sabe qué ha hecho mal”.

 

Esta canción nos trae una postal de lo que suele ocurrir en más de un hogar. La idea del matrimonio indisoluble, junto con su descendencia, conforman la familia; una pequeña molécula que durante milenios dio sustento a conceptos mucho más amplios, como la sociedad y el estado. Pero esa concepción de familia se ha quedado en la memoria de muchos como algo casi siempre disfuncional. En la letra de este tema se nos trae el retrato de prácticamente cualquier núcleo familiar a lo largo de la historia de la humanidad. Un grupo minúsculo de gente que dicen amarse y entre quienes reina la incomunicación, y que permanecen juntas a pesar de que todo entre ellos esté mal. Bajo cada techo donde se presentan estas dinámicas tan tóxicas, crecen niños que luego se convertirán en adolescentes que gritarán algo como esto: “Así que esto es lo que se siente estar solo. Así es como se siente verse tan pequeño. Esto es lo que se siente cuando tu palabra no significa nada para nadie”.

 

La canción continúa hablándonos, pero esta vez nos cuenta otra historia de tristeza. Las imágenes pertenecen al funeral de un hombre que se ha suicidado, dejando tras de sí una nota misteriosa… ¿Puede alguien imaginarse algo más triste? Al evocar esa idea es probable que se nos venga a la mente un día lluvioso y pleno de paraguas oscuros abiertos como flores negras: “Un coche fúnebre atraviesa la ciudad, se trata de un hombre de una ciudad importante, que le dejó una nota a una chica de por aquí. Y murió a pesar de tener todo tan fácil”. Se nos habla de que este hombre tenía todo muy fácil, dándonos a entender que era una persona de recursos. Muy al pasar, nos queda flotando en el aire la ya tan consabida lección acerca de que el dinero no hace la felicidad. ¡Feliz Deprimartes!

 


 https://www.youtube.com/watch?v=J-fX0UbpZls








martes, 9 de noviembre de 2021

Capítulo 296: “Born To Be Wild”. Steppenwolf. (1968)

 



Deprimartes rutero:

 

En el año 1969 se estrenó el filme “Easy Rider”, por estas pampas conocido como “Busco mi destino”; y que desde hace mucho está muy justamente considerado como un clásico de culto. Su director, el actor Denis Hopper, quería filmar una película en la cual él y su amigo Peter Fonda se lanzan a viajar en motocicleta por las rutas norteamericanas, con la intención de alcanzar el festival de Mardi Gras, en Louisiana. Pero Denis tenía un pequeño inconveniente: no tenía un céntimo. Y cómo sabía que ningún estudio cinematográfico le prestaría ni una moneda, hizo algo que al parecer nunca antes se había hecho: llevaría adelante la filmación con dinero de su propio bolsillo. Y con ese emotivo acto quedó inventado el cine independiente: “Enciende tu motor y dirijámonos a la autopista. Vamos en busca de aventuras y de lo que sea que se cruce en nuestro camino”. Visto a la distancia, es increíble que esta road movie tan siquiera se haya estrenado. Es que la filmación fue un desastre desde el comienzo. Era la época dorada de los hippies, y las drogas corrían como la leche y la miel en la tierra prometida. Y Hopper, Fonda, y toda la gente que se embarcaría en este proyecto, se la pasarían drogados y borrachos todo el tiempo. Eso no solo retrasaba constantemente la agenda de filmación, sino que era muy difícil atenerse al libreto (cuando lo había). Para colmo entre el elenco se encontraba un muy joven Jack Nicholson, quien empezó a tener cada vez más peso a la hora de tomar decisiones, y parecía estar tanto o más loco que los demás… Pero una vez que se estrenó, fue un éxito que representó a la perfección a un nuevo tiempo en el que una persona ya no estaba aprisionada por las convenciones y podía elegir su propio destino.

 

El tema musical emblemático de esta película estuvo a cargo de la banda Steppenwolf, y como la importancia del filme en la contracultura fue tan grande la banda quedó para siempre atrapada en el éxito de una canción tan representativa. Su líder, John Kay, llegaría a declarar que cada generación cree que nació para ser salvaje, y por tanto toman esta canción como su himno. Steppenwolf era una banda que venía de hacer un Folk acústico, hasta que un productor discográfico los fichó con la condición de que tuvieran un sonido más duro. Así que comenzaron a hacer un excelente Hard Rock con el que nos regalaron un puñado de canciones que hoy son parte de la banda de sonido del Hippismo: “Sí, cariño, haremos que las cosas sucedan. Tomaremos el mundo en un abrazo lleno de amor. Dispara todas tus armas a la vez y explotemos hacia el expacio exterior”. Los antiguos mitos del Rock dicen que debido a la potencia de esta canción, un naciente movimiento musical tomaría su nombre de uno de sus versos. De ahora en más la música pesada se llamaría Heavy Metal: “Me gusta el humo y el relámpago, mi moto es suena como un trueno de heavy metal. Jugándole carreras al viento, y tratando de que esto que siento no termine nunca”.

 

¿Quién no ha soñado con dejar atrás la rutina y lanzarse a la aventura en una moto?... Pues yo. Mi relación con las motocicletas es como esas relaciones que mezclan amor y odio, pero sin el amor. Pocas cosas me producen tanto rechazo como esos vehículos que necesitan de la inercia de la velocidad para no terminar tumbados en el piso. En mi imaginación se me han aparecido como una oda al accidente seguro. Las poquísimas veces que en mi vida me he visto forzado a tener que estar sobre dos ruedas me invadio siempre una espantosa sensación de inseguridad, aún viajando como acompañante. Al menos quien maneja cuenta con el manillar para sujetarse, pero en el asiento trasero uno apenas encuentra de dónde aferrarse para no salir despedido. Supongo que se trata de otra de las tantas cosas que la mayoría del mundo disfruta, y que a mí me resultan incomprensibles por mi calidad de introvertido. Para mí, tal vez lo mejor sea esperar hasta que las motocicletas vuelen. Entonces nada me detendrá y saldré a volar para buscar mi destino: “Como verdaderos hijos de la naturaleza hemos nacido para ser salvajes. Podemos trepar tan alto que siento que no quisiera morir jamás”. ¡Feliz Deprimartes!

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=s6KdGo4B8Sc






martes, 2 de noviembre de 2021

Capítulo 295: “The Wild One”. Suzi Quatro. (1974)

 



Deprimartes empoderado:

 

La norteamericana Susan Quattrocchi siempre supo que quería ser alguien dentro del ambiente musical, así que lo primero que hizo fue acortar su apellido con evidentes raíces italianas para sonar lo más original posible, y luego eligió dedicarse a tocar un instrumento muy infrecuentemente ejecutado por una mujer en el Rock, el bajo eléctrico: “Toda la vida quise ser alguien y aquí estoy. Sé lo que tengo y nadie va a quitarme mi oportunidad. Así que déjenme decirles quién soy: soy una zorra al rojo vivo que puede aguantar lo que sea que me tiren. Soy un castigo del infierno, querido, ¿es que no te diste cuenta?”. Si alguien con un buen ojo clínico la descubría –cosa que finalmente pasó-, sin duda alguna Suzi sería una estrella. Más allá de su talento, que por cierto era mucho, su calidad de original le valdría el éxito. Porque a principios de los años ‘70 ¿con cuánta frecuencia podríamos encontrar a una joven y hermosa mujer tocando el bajo y cantando en una banda de Rock?

 

Rápidamente firmó un contrato con una discográfica que decidió lanzarla como solista en Europa, y muy pronto comenzó a enhebrar un rosario de éxitos. Tuvo la muy buena suerte de erigirse como la gran figura femenina Glam Rock británico, un movimiento musical en el que los artistas masculinos jugaban con la idea de tener una sexualidad ambigua y una imagen andrógina. Los nombres imperantes en esta corriente eran los de David Bowie, Gary Glitter, Elton John, y Marc Bolan; y en medio de todos esos hombres vestidos con calzas y lentejuelas brillaba esta diminuta chica portando un bajo enorme, enfundada en su traje de cuero y con una actitud muy combativa: “Soy una chica rara con la cabeza retocada que tiene una racha de suerte, voy a ser la dueña de esta ciudad y tú no puedes detenerme. Porque soy una salvaje. Sí, soy la salvaje”. A pesar de la popularidad que tenía en el Viejo Mundo, a Suzi el éxito le era esquivo en su tierra natal. Terminó triunfando en Norteamérica gracias a su faceta de actriz, alcanzando curiosamente la masividad gracias a su labor en la clásica comedia “Happy Days”, aquella del mítico Fonzie: “No tiene sentido, suéltame ya. Más y más, ya no puedo llevar la cuenta”.

 

Dentro de una banda, es común que una mujer ocupe el rol de vocalista principal. Pero cuando no es así en el mundillo del Rock por lo general la mujer suele ocupar tristemente los dos mismos lugares: o bien es corista o bien es groupie, casi un elemento decorativo. Ese no era el caso de Suzi. Con su mínimo 1,52 mts. de altura, ella se calzaba al hombro un instrumento que la hacía ver insignificante. Pero era consciente de todo el talento que tenía: “No he perdido la cabeza a pesar de que ya quedaron atrás esos años en que tú no me dejabas crecer y me arrastrabas a todos lados”. Aprendan, amigas feministas. Así se rompen moldes y se empodera una verdadera mujer. Por propia personalidad y por sola presencia, el de Suzi era un verdadero empoderamiento; hasta se podría decir que era feminismo puro puesto en práctica. Si alguien tiene alguna duda, no basta más que con ver algún video de sus presentaciones, donde arrasaba el escenario con una personalidad avasallante. Nunca jugó el papel de víctima, siempre fue la dueña de su propio camino: “Soy una perra de ojos azules que quiere ser rica. Así que quítate de mi camino, porque llegué para quedarme”. ¡Feliz Deprimartes!

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=IgKyXghZShE





martes, 19 de octubre de 2021

Capítulo 294: “Young Folks” Peter Bjorn and John. (2006)

 


Deprimartes juvenil:

 

Un chico y una chica que se gustan aprovecharán cualquier excusa para comenzar un diálogo; esta es una historia que se repite a diario en todo el mundo. El muchacho le enseña a silbar una canción, y al parecer ese único truco le es suficiente para que la niña acceda a ir a casa del creativo seductor, mientras tiene lugar el siguiente diálogo: “Si te contara todas las cosas que hacía antes, si te contara cómo solía ser, ¿querrías estar con alguien como yo? Si conocieras cada detalle de mi historia y tuvieras todo el panorama de mi vida, ¿querrías estar con alguien como yo?”. La franqueza de la pregunta invita a una respuesta de igual calidad por parte de la señorita: “Ya hice eso antes y me di cuenta de que no me llevó a ningún lugar. Y aún así estaría con alguien como tú. No me importa qué hayas hecho o con quién hayas estado”. Este juego de cortejo subyacente continúa mientras se reúnen con sus compañeros de banda y graban la canción del silbido. Todo marcha tan bien que deciden invitar a más amigos para hacer una fiesta y estrenar su nuevo éxito. A lo largo de todo este videoclip animado reinan las tonalidades de color pastel, y los personajes que aparecen en él bien podrían haberse escapado de una postal naïf. Y es que así se siente la vida cuando tienes 20 años. Recordamos esos días como un período luminoso, donde todo era sanamente ingenuo. Sin embargo lo que estos chicos dicen en su diálogo parece traslucir un cierto grado de madurez: “Generalmente cuando he llegado a este punto, la gente con la que estoy tiende a desaparecer. Creo que ya nadie me sorprendería, a menos que seas tú quien lo haga”.

 

“Puedo asegurar que algo está pasando, porque las horas se pasan volando. Todos a tu alrededor se van, pero yo sigo aquí a tu lado”. Bjorn, Peter y John son tres jóvenes amigos de Estocolmo que decidieron armar una pequeña banda de Indie Rock. Invitaron a la vocalista Victoria Bergsman para registrar su primer single, una canción que sonara cercana al Lo-fi, por lo que buscaban grabar con una baja calidad de sonido. El público que consume este tipo de música no suele ser másivo, y fue por eso que el éxito de esta canción tomó a los tres amigos absolutamente por sorpresa. Este tema arrasó en los charts mundiales a mediados de la primera década de este siglo, con una melodía que contenía una letra tan despreocupada como veinteañera: “Y no nos importa la gente joven hablando sobre sus modas pasajeras. Y tampoco nos preocupan la gente vieja hablando sobre cómo eran las cosas antes. No nos importa lo equivocados que están cuando hablan acerca de nosotros, lo único que nos importa es esta conversación. Hablar sólo contigo”. Este trío tan peculiar sólo logró este único éxito comercial hasta la fecha, ya que luego se dedicarían a una apuesta musical más local y afín a sus orígenes nórdicos. Su nombre queda en la historia del Rock como otra perla en el rosario que es esa constante contribución de Suecia a la música popular moderna, con nombres emblemáticos como los de ABBA, Europe, The Cardigans, The Hives, Ace Of Base, y Roxette; entre muchos otros.

 

Si hay algo que ha hecho que todos nos acordemos de esta canción, es el abuso de un recurso tan mundano que en el Rock suele aparecer mucho menos de lo que podría suponerse. Estoy hablando del silbido. Probablemente tenga que ver con que silbar es un arte que no sólo está al alcance de todos (excepto de la mujer que amo, quien por algún extraño motivo cuando silba parece que sólo puede usar una única nota), sino que está relacionado con una actitud más bien campirana y despreocupada de la vida. Quien silba no está pensando en sus problemas. Y tal vez por eso mismo es que es difícil relacionar este tipo de sonidos con alguno de los géneros más pesados del Rock. Por eso es que lo primero que se nos viene a la mente al hablar de silbidos son canciones más bien melódicas y agradables como “Patience” de Guns N’ Roses, “Jealous Guy” de John Lennon, o “Don’t Worry Be Happy” de Bobby McFerrin. En cualquier canción donde haya un apacible silbido también podrían escucharse palabras en un tono calmo, como las siguientes: “No nos importa qué haya hecho o con quién haya estado el otro, aún así podríamos pasar el rato juntos y ver qué ocurre en la noche”. ¡Feliz Deprimartes!

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=iArXv64tCJA







martes, 12 de octubre de 2021

Capítulo 293: “Joe Le Taxi”. Vanessa Paradis. (1988)

 



Deprimartes taxista:

 

Siempre se discute sobre si el mejor riff de saxo de la música moderna se encuentra en la canción de Wham! “Careless Whisper”, o en “Baker Street” de Gerry Rafferty. Pero yo sostengo que no habría que dejar fuera de la contienda a este tema, que con sus saxofones cautivantes recrea el clima justo para hablar sobre un hombre llamado Joe y su oficio de taxista; y de qué se trata la extraña experiencia de ser un chofer nocturno: “Joe el taxista no va a todas partes, pero sí va corriendo a comprarse una soda. Su taxi suena como un saxófono amarillo. Su corazón conoce cada calle, todos los pequeños bares y todos los rincones oscuros. Y el río Sena con sus puentes brillantes”. Mi padre durante muchos años ha sido taxista y no era raro que cumpliera con su turno durante la noche. De sus anécdotas siempre me ha quedado claro que manejar de madrugada tiene una especie de magia. La gente que pulula por las trasnoches poco se parece a los seres diurnos. Están llenos de historias interesantes, y un taxista, con su filosofía mundana a cuestas, siempre es un buen catalizador para una charla profunda.  

 

Salvo tal vez por la figura de Johnny Hallyday, el Elvis de La Galia, la escena Rock francesa parece guardar el mismo carácter hermético y sectarista que tienen los habitantes de Francia y que les hace parecer tan altaneros y soberbios frente a los extranjeros. Y yo lo sé por dos motivos. El primero de ellos es que he estado en Francia y pude chequear de primera mano algunos destellos de la amarga personalidad de los francos; y el segundo motivo es que nadie sabe más de soberbia y altanería que un nacido en la Ciudad de Buenos Aires, como yo. Por estas pampas lo poco que ha llegado de la música moderna francófona suele estar más asociado al sonido Pop de los años ’80, con encantadoras voces femeninas llevando adelante canciones como “Voyage, Voyage” de Desireless, “C'est la Ouate” de Caroline Loeb, o “Ella, Elle L’a” de France Gall. Y aquí tenemos un ejemplo de esa misma época, una pequeñuela que con el paso del tiempo llegaría a convertirse en una supermodelo casada con el actor Johnny Depp: “La música que lleva Joe en su coche es la Rumba, el Rock clásico y el Mambo. Así es la vida de Joe el taxista. Su mambo sabe a ron cuando está en medio de un embotellamiento. Así son las cosas, ron y Mambo”. Vanessa Paradis grabó esta canción contando con tan solo catorce años de edad. En el video se la ve bailando de manera aniñada e inocente, y con una vestimenta absolutamente casual. Al contemplar esto y ver cómo han transcurrido los años me es imposible no notar lo mucho que han cambiado las cosas en esta era digital. Hoy en cuanto medio frecuentemos desgraciadamente es bastante común toparse con una imagen hípersexualizada de cualquier adolescente. Se han corrido hacia atrás los límites de la niñez, y es horrendo pensar que tal vez esto no se deba a una simple casualidad… Ojalá esté equivocado: “En su coche la música que resuena es la Rumba, y tal vez un poco de viejo Rock y hasta un Mambo. ¡Vamos, Joe! Que la noche te lleve hasta la Amazonia”.

 

Joe sigue desandando las horas que preceden al alba, y en su derrotero lo acompaña la música de artistas con los que ha llegado a construir una relación casi fraternal. Para amenizar la aventura nocturna Joe puede estar escuchando tanto la obra de un director de orquesta catalán como una melodía entonada por una cantante lírica peruana: “Joe el taxista y Xavier Cugat. Joe el taxista e Yma Sumac”. Mientras navega el empedrado parisino, la música de su saxofón amarillo va deshaciendo el conjuro de silencio que gobierna en la noche oscura. Va confiado porque sabe que tiene por escudero a una melodía que lo transporta al lugar en el que sigue siendo feliz: “Joe el taxista y los mariachis. Joe el taxista y el Cha-cha-chá.” ¡Feliz Deprimartes!



https://www.youtube.com/watch?v=Ulay2FvUEd8





martes, 5 de octubre de 2021

Capítulo 292: “Let Forever Be”. The Chemical Brothers. (1999)

 



Deprimartes onírico:

 

“¿Y cómo se siente despertarse bajo la luz del sol?”. Según esta letra, alguien recobra el conocimiento sin saber dónde está, pero parece que se encuentra en medio de algún tipo de viaje psicodélico. A su mente la invaden preguntas sin sentido frente a un mundo que mira y que ya no es suyo, puesto que no lo comprende: “¿Y cómo se siente brillar sobre todos los demás?”. Aunque lo que en realidad ocurre es que tal vez la persona aún no se haya despertado. Verán, a veces nuestro cerebro nos juega trucos. Recuerdo que más de una vez he sido víctima de un mecanismo que utiliza nuestra mente cuando suena el despertador a la mañana, pero nuestro cerebro quiere seguir descansando. Así, apagamos el despertador, nos levantamos de la cama, nos aseamos, desayunamos, nos preparamos para ir a nuestra escuela y/o trabajo… Pero todo es un sueño. Es una diabólica maquinación de nuestro subconsciente con el fin de ganarle unos minutos más a la rutina; y para ello soñamos con la rutina misma. Hacemos dormidos lo que haríamos despiertos, pero por la misma naturaleza del sueño, todo se vuelve difuso e incoherente. La acción va hacia atrás y hacia delante de manera aleatoria, con un ritmo cansino, y con personajes y situaciones que tienen la lógica de un caleidoscopio.

 

Algo así le está ocurriendo a la protagonista de este legendario videoclip. Llega la hora de levantarse y el reloj despertador suena como un redoble de batería. Uno que hipnóticamente invita a la niña a seguir durmiendo, pero en el sueño se despierta y se multiplica. Sus personalidades bailan una coreografía difícil de clasificar y se preparan para afrontar su realidad como vendedora en un puesto de cosméticos, pero… ¿Está llegando en horario, o ya terminó su turno y emprendió el camino de regreso a su casa? Gira como un trompo mientras el flujo del tiempo parece estornudar delante de ella, y ya nada tiene un orden predecible. El sueño se le vuelve una pesadilla. Finalmente la hora de la jornada laboral ha concluido, y ella se da cuenta de que nunca ha salido de la cama. Tiene el resto del día para imaginarse cómo sería su vida si tuviese otro tipo de rutina: “¿Y cómo se siente pasar un rato de tu vida sentado en el cordón de la vereda, gritando una sinfonía?”. The Chemical Brothers son un dúo con el dudoso honor de haber revitalizado la música electrónica europea en la década del ‘90. Como gracias al cielo mis gustos rockeros me impiden disfrutar en profundidad de este subgénero, siempre me he valido de la opinión de terceros para formarme una idea más específica de lo que estos talentosos muchachos han hecho. Y todos mis informantes coinciden en que la obra de esta agrupación cambió completamente esta rama sonora hasta convertirla en la música típica de los drogones que por esa época asolaban las calles de Europa en búsqueda de morfina. Mi deliberada ignorancia sobre ellos no me imposibilita reconocerles sus acercamientos hacia el Rock, mayormente en la forma de colaboraciones con artístas reconocidos como Beck, The Flaming Lips, o el cantante de The Verve, Richard Ashcroft. Era la época del Brit Pop, y siguiendo su ejemplo la música electrónica también intentó abrevar en los clásicos británicos de los años ’60. Como muestra, vaya esta canción. Es imposible que este tema no repique en nuestras cabezas como una reversión del himno psicodélico “Tomorrow Never Knows” de The Beatles, en el cual John Lennon cantaba letanías místicas similares a ésta: “¿Cómo se siente dejar que todo ocurra por siempre?”. El homenaje ya bordea el plagio descarado si tenemos en cuenta que quien canta no es otro que Noel Gallagher, el cerebro de Oasis; quienes en algún momento de su vida soñaron que eran The Beatles… Hasta que se cayeron de la cama y se despertaron. 

 

“¿Cómo se siente navegar con la brisa?”. El ingenioso video de este tema nos llega de la mano del francés Michel Grondy, uno de los mejores directores de videoclips de la historia. Dar una lista de ejemplos de sus mejores videos me tomaría otro largo párrafo (y leyéndola me doy cuenta de que sin quererlo ya he incluido varios de ellos en este blog), así que sólo quisiera destacar su jerarquía reconociendo que es el director de esa joya cinematográfica llamada “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Algunas de las tomas de este videoclip están claramente inspirada en la puesta en escena que The Kinks realizó para presentar en televisión su álbum “Soap Opera” de 1975. La letra de esta canción por momentos se vuelve tan reflexiva que puede adivinarse por qué eligieron inspirarse en esta obra de The Kinks. Y ocurre que en dicha obra el líder de la banda, el genial Ray Davies, personifica a una especie de semidios musical llamado Starmaker; quien decide encarnarse en un ser humano común y corriente para así comprender mejor la vida normal. Y justamente se convertirá en Norman, un hombre casado y con un empleo de 9 a 5. Finalmente el límite de su realidad se le irá difuminando y terminará por creer que en realidad él siempre ha sido un hombre llamado Norman, quien de tanto en tanto tiene episodios psicóticos en los que se pregunta cómo hubiera sido su vida si fuese una estrella de Rock: “¿Cómo se siente hacer que todo suceda? ¿Cómo se siente respirar con todas tus fuerzas?”. Y en la última pregunta de esta canción aún hoy hay un debate interesante. Se trata de la estrofa que dice: “¿Y qué se siente ser cristiano?”. A través de la red pueden encontrarse múltiples versiones de la letra de este tema, y mientras que la expresión traducida como “cristiano” (christian being) aparece como mayoritaria, hay versiones que aseguran que en su lugar dice la palabra “crystalline” (cristalino), y hasta hay quienes juran escuchar “crystal fiend” (demonio de cristal). Cómo se puede apreciar, el significado de este párrafo variaría tremendamente según la definición que elijamos, pero debido a la naturaleza alucinada del video bien podríamos aceptar cualquiera de ellas como válida. ¡Feliz Deprimartes!

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=s5FyfQDO5g0