Deprimartes onírico:
“¿Y cómo se siente despertarse bajo la luz
del sol?”. Según
esta letra, alguien recobra el conocimiento sin saber
dónde está, pero parece que se encuentra en medio de algún tipo de viaje
psicodélico. A su mente la invaden preguntas sin sentido frente a un mundo que
mira y que ya no es suyo, puesto que no lo comprende:
“¿Y cómo se siente brillar sobre todos los
demás?”. Aunque lo que en realidad ocurre es que tal vez la persona aún
no se haya despertado. Verán, a veces nuestro cerebro nos juega trucos.
Recuerdo que más de una vez he sido víctima de un mecanismo que utiliza nuestra
mente cuando suena el despertador a la mañana, pero nuestro cerebro quiere
seguir descansando. Así, apagamos el despertador, nos levantamos de la cama,
nos aseamos, desayunamos, nos preparamos para ir a nuestra escuela y/o trabajo…
Pero todo es un sueño. Es una diabólica maquinación de nuestro subconsciente con
el fin de ganarle unos minutos más a la rutina; y para ello soñamos con la
rutina misma. Hacemos dormidos lo que haríamos despiertos, pero por la misma
naturaleza del sueño, todo se vuelve difuso e incoherente. La acción va hacia
atrás y hacia delante de manera aleatoria, con un ritmo cansino, y con
personajes y situaciones que tienen la lógica de un caleidoscopio.
Algo así le está ocurriendo a la protagonista de este
legendario videoclip. Llega la hora de levantarse y el reloj despertador suena
como un redoble de batería. Uno que hipnóticamente invita a la niña a seguir
durmiendo, pero en el sueño se despierta y se multiplica. Sus personalidades
bailan una coreografía difícil de clasificar y se preparan para afrontar su
realidad como vendedora en un puesto de cosméticos, pero… ¿Está llegando en
horario, o ya terminó su turno y emprendió el camino de regreso a su casa? Gira
como un trompo mientras el flujo del tiempo parece estornudar delante de ella, y
ya nada tiene un orden predecible. El sueño se le vuelve una pesadilla. Finalmente
la hora de la jornada laboral ha concluido, y ella se da cuenta de que nunca ha
salido de la cama. Tiene el resto del día para imaginarse cómo sería su vida si
tuviese otro tipo de rutina: “¿Y cómo se siente
pasar un rato de tu vida sentado en el cordón de la vereda, gritando una
sinfonía?”. The Chemical Brothers son un dúo con el dudoso honor de
haber revitalizado la música electrónica europea en la década del ‘90. Como
gracias al cielo mis gustos rockeros me impiden disfrutar en profundidad de
este subgénero, siempre me he valido de la opinión de terceros para formarme
una idea más específica de lo que estos talentosos muchachos han hecho. Y todos
mis informantes coinciden en que la obra de esta agrupación cambió
completamente esta rama sonora hasta convertirla en la música típica de los
drogones que por esa época asolaban las calles de Europa en búsqueda de
morfina. Mi deliberada ignorancia sobre ellos no me imposibilita reconocerles
sus acercamientos hacia el Rock, mayormente en la forma de colaboraciones con
artístas reconocidos como Beck, The Flaming Lips, o el cantante de The Verve,
Richard Ashcroft. Era la época del Brit Pop, y siguiendo su ejemplo la música
electrónica también intentó abrevar en los clásicos británicos de los años ’60.
Como muestra, vaya esta canción. Es imposible que este tema no repique en
nuestras cabezas como una reversión del himno psicodélico “Tomorrow Never
Knows” de The Beatles, en el cual John Lennon cantaba letanías místicas similares
a ésta: “¿Cómo se siente dejar que todo ocurra por
siempre?”. El homenaje ya bordea el plagio descarado si tenemos en
cuenta que quien canta no es otro que Noel Gallagher, el cerebro de Oasis;
quienes en algún momento de su vida soñaron que eran The Beatles… Hasta que se
cayeron de la cama y se despertaron.
“¿Cómo se siente navegar con la brisa?”. El ingenioso video de este tema
nos llega de la mano del francés Michel Grondy, uno de los mejores directores
de videoclips de la historia. Dar una lista de ejemplos de sus mejores videos me
tomaría otro largo párrafo (y leyéndola me doy cuenta de que sin quererlo ya he
incluido varios de ellos en este blog), así que sólo quisiera destacar su
jerarquía reconociendo que es el director de esa joya cinematográfica llamada “Eterno
resplandor de una mente sin recuerdos”. Algunas de las tomas de este videoclip
están claramente inspirada en la puesta en escena que The Kinks realizó para
presentar en televisión su álbum “Soap Opera” de 1975. La letra de esta canción
por momentos se vuelve tan reflexiva que puede adivinarse por qué eligieron
inspirarse en esta obra de The Kinks. Y ocurre que en dicha obra el líder de la
banda, el genial Ray Davies, personifica a una especie de semidios musical
llamado Starmaker; quien decide encarnarse en un ser humano común y corriente
para así comprender mejor la vida normal. Y justamente se convertirá en Norman,
un hombre casado y con un empleo de 9 a 5. Finalmente el límite de su realidad
se le irá difuminando y terminará por creer que en realidad él siempre ha sido
un hombre llamado Norman, quien de tanto en tanto tiene episodios psicóticos en
los que se pregunta cómo hubiera sido su vida si fuese una estrella de Rock: “¿Cómo se siente hacer que todo suceda? ¿Cómo se siente
respirar con todas tus fuerzas?”. Y en la
última pregunta de esta canción aún hoy hay un debate interesante. Se trata de
la estrofa que dice: “¿Y qué se siente ser
cristiano?”. A través de la red pueden
encontrarse múltiples versiones de la letra de este tema, y mientras que la
expresión traducida como “cristiano” (christian being) aparece como
mayoritaria, hay versiones que aseguran que en su lugar dice la palabra “crystalline”
(cristalino), y hasta hay quienes juran escuchar “crystal fiend” (demonio de
cristal). Cómo se puede apreciar, el significado de este párrafo variaría
tremendamente según la definición que elijamos, pero debido a la naturaleza alucinada
del video bien podríamos aceptar cualquiera de ellas como válida. ¡Feliz
Deprimartes!
https://www.youtube.com/watch?v=s5FyfQDO5g0
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