Deprimartes primate:
Allá por mediados de 1964 nadie esperaba que una película
protagonizada por los integrantes de un conjunto de Rock fuese algo más que un
simple entretenimiento pasajero, diseñado más que nada para ganar dinero
aprovechando ese ritmo musical tan de moda. Pero, claro, estamos hablando de
The Beatles, y estos cuatro inglesitos terminaron tomando por sorpresa tanto al
público como a la crítica con el filme “A Hard Day’s Night”, logrando uno de
los cruces más memorables entre el Cine y el Rock. Uno de los ingredientes
fundamentales de ese éxito fue un uso fresco e irreverente del humor, algo de
lo que tomaron nota unos productores que publicaron un aviso para audicionar jóvenes
con el fin de armar un programa televisivo cómico al estilo de la susodicha
película. De esas audiciones resultaron elegidos Michael Nesmith, Peter Tork,
Davy Jones y Mickey Dolenz como los actores que personificarían a los músicos
de una banda de Rock que pretende triunfar y no lo logra, contando su historia
con un humor muy naif. ¿Su nombre? The Monkees: “Podría
esconderme bajo las alas de un pájaro azul mientras ella canta, y entonces la
alarma de las seis en punto jamás sonaría. Pero seis campanadas y termino por
levantarme, mientras me refriego el sueño de mis ojos y siento cómo duele el
filo de mi máquina de afeitar”.
The Monkees son un fenómeno único y controvertido dentro de
la Historia del Rock. Fueron un evidente producto de laboratorio, concebidos
con una visión de mercado; una idea muy norteamericana en esencia. Así es que quedaron
conformados como un grupo prearmado con figuras estereotipadas, apuntando a ser
consumido por las masas como un bien cualquiera; y en ese aspecto se
adelantaron por décadas a las “boy band” que triunfarían a partir de finales de
los años ’80. Fueron increíblemente exitosos, consiguiendo subirse a la cima de
los charts en varias ocasiones y vendiendo la módica suma de setenta y cinco
millones de discos en total... Nada mal para un producto comercial. Sus
canciones estaban escritas por compositores consagrados como Neil Diamond,
Carole King y Neil Sedaka entre otros; y sus instrumentos eran grabados por músicos
profesionales. Todo estaba calculado al dedillo para que tanto el programa como
las canciones de The Monkees fueran un suceso, y fue tan así que la serie que
protagonizaron logró extenderse por dos temporadas: “Alégrate,
somnolienta Jean. ¿Qué puede todo esto significar para un creyente de los
sueños y para una reina que regresa a su hogar?”. Pero al igual que el
tamaño de su éxito, enormes fueron también los problemas que enfrentaron los
integrantes de la banda para ser considerados como un número serio, ya que sus
mismos productores no les permitían grabar los instrumentos en sus propios
discos; ni eran tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones. Cuando finalmente
lograron imponerse y tomar el control creativo editaron el álbum “Headquarters”
en mayo de 1967, el cual inmediatamente se convirtió en Nº1 de las listas. Para
su desgracia, fueron los propios Beatles quienes les terminaron jugando en
contra al editar sólo una semana después el álbum que sería su obra maestra,
“Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”; el cual dejó en claro que todo lo que
tuviera que ver con el Rock como expresión adolescente ya había quedado fuera
de tiempo. Sólo un par de años después The Monkees pasaban a la historia, como
toda moda.
A Michael Nesmith, el más talentoso de estos chicos, puede
vérselo claramente conversando con John Lennon en el video de “A Day In The
Life”, y fue el propio Lennon quien le confesó que los de Liverpool jamás se
perdían ni uno sólo de los episodios del show de The Monkees. Nesmith siempre tuvo
como ventaja el provenir de una familia acomodada, ya que su madre convirtió a
toda la familia en millonaria al haber sido la persona que inventó nada más ni
nada menos que el Liquid Paper. Ya separada la banda, Davy Jones se dedicó a la
actuación y Mickey Dolenz a la dirección televisiva, mientras que Peter Tork llegó
a tener una sólida carrera como instrumentista. Pero revivirían su éxito como
grupo en varias reuniones, y al día de hoy hay una puesta en valor y un gran
reconocimiento por el verdadero talento que los integrantes de este experimento
musical y televisivo supieron tener: “Tú una vez
pensaste que yo era un caballero blanco sobre su corcel, pero ahora sabes cuán
feliz puedo ser en realidad. Nuestros buenos tiempos comienzan y terminan sin
que tengamos ni un centavo para gastar, pero; ¿cuánto necesitamos realmente
para ser felices?”. ¡Feliz Deprimartes!