martes, 26 de marzo de 2019

Capítulo 212: “Daydream Believer”. The Monkees. (1967)




Deprimartes primate:

Allá por mediados de 1964 nadie esperaba que una película protagonizada por los integrantes de un conjunto de Rock fuese algo más que un simple entretenimiento pasajero, diseñado más que nada para ganar dinero aprovechando ese ritmo musical tan de moda. Pero, claro, estamos hablando de The Beatles, y estos cuatro inglesitos terminaron tomando por sorpresa tanto al público como a la crítica con el filme “A Hard Day’s Night”, logrando uno de los cruces más memorables entre el Cine y el Rock. Uno de los ingredientes fundamentales de ese éxito fue un uso fresco e irreverente del humor, algo de lo que tomaron nota unos productores que publicaron un aviso para audicionar jóvenes con el fin de armar un programa televisivo cómico al estilo de la susodicha película. De esas audiciones resultaron elegidos Michael Nesmith, Peter Tork, Davy Jones y Mickey Dolenz como los actores que personificarían a los músicos de una banda de Rock que pretende triunfar y no lo logra, contando su historia con un humor muy naif. ¿Su nombre? The Monkees: “Podría esconderme bajo las alas de un pájaro azul mientras ella canta, y entonces la alarma de las seis en punto jamás sonaría. Pero seis campanadas y termino por levantarme, mientras me refriego el sueño de mis ojos y siento cómo duele el filo de mi máquina de afeitar”.

The Monkees son un fenómeno único y controvertido dentro de la Historia del Rock. Fueron un evidente producto de laboratorio, concebidos con una visión de mercado; una idea muy norteamericana en esencia. Así es que quedaron conformados como un grupo prearmado con figuras estereotipadas, apuntando a ser consumido por las masas como un bien cualquiera; y en ese aspecto se adelantaron por décadas a las “boy band” que triunfarían a partir de finales de los años ’80. Fueron increíblemente exitosos, consiguiendo subirse a la cima de los charts en varias ocasiones y vendiendo la módica suma de setenta y cinco millones de discos en total... Nada mal para un producto comercial. Sus canciones estaban escritas por compositores consagrados como Neil Diamond, Carole King y Neil Sedaka entre otros; y sus instrumentos eran grabados por músicos profesionales. Todo estaba calculado al dedillo para que tanto el programa como las canciones de The Monkees fueran un suceso, y fue tan así que la serie que protagonizaron logró extenderse por dos temporadas: “Alégrate, somnolienta Jean. ¿Qué puede todo esto significar para un creyente de los sueños y para una reina que regresa a su hogar?”. Pero al igual que el tamaño de su éxito, enormes fueron también los problemas que enfrentaron los integrantes de la banda para ser considerados como un número serio, ya que sus mismos productores no les permitían grabar los instrumentos en sus propios discos; ni eran tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones. Cuando finalmente lograron imponerse y tomar el control creativo editaron el álbum “Headquarters” en mayo de 1967, el cual inmediatamente se convirtió en Nº1 de las listas. Para su desgracia, fueron los propios Beatles quienes les terminaron jugando en contra al editar sólo una semana después el álbum que sería su obra maestra, “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”; el cual dejó en claro que todo lo que tuviera que ver con el Rock como expresión adolescente ya había quedado fuera de tiempo. Sólo un par de años después The Monkees pasaban a la historia, como toda moda.

A Michael Nesmith, el más talentoso de estos chicos, puede vérselo claramente conversando con John Lennon en el video de “A Day In The Life”, y fue el propio Lennon quien le confesó que los de Liverpool jamás se perdían ni uno sólo de los episodios del show de The Monkees. Nesmith siempre tuvo como ventaja el provenir de una familia acomodada, ya que su madre convirtió a toda la familia en millonaria al haber sido la persona que inventó nada más ni nada menos que el Liquid Paper. Ya separada la banda, Davy Jones se dedicó a la actuación y Mickey Dolenz a la dirección televisiva, mientras que Peter Tork llegó a tener una sólida carrera como instrumentista. Pero revivirían su éxito como grupo en varias reuniones, y al día de hoy hay una puesta en valor y un gran reconocimiento por el verdadero talento que los integrantes de este experimento musical y televisivo supieron tener: “Tú una vez pensaste que yo era un caballero blanco sobre su corcel, pero ahora sabes cuán feliz puedo ser en realidad. Nuestros buenos tiempos comienzan y terminan sin que tengamos ni un centavo para gastar, pero; ¿cuánto necesitamos realmente para ser felices?”. ¡Feliz Deprimartes!

martes, 19 de marzo de 2019

Capítulo 211: “The Best Of Times”. Styx. (1981)




Deprimartes inmejorable:

“Esta noche es la noche en la que haremos historia, amor; sólo tú y yo. Y tomaré cualquier riesgo para atarle las manos al tiempo y permanecer aquí contigo esta noche”. Un viejo refrán dice: “Espera lo mejor y prepárate para lo peor”. La culpa con la que nos ha criado nuestra sociedad de valores judeo-cristianos (aunque intuyo que a gente devenida de otros trasfondos religiosos no les ha ido mucho mejor) nos hace sentir que cuando las cosas marchan muy bien durante un sospechosamente largo período de tiempo, debemos empezar a mirar hacia todos lados porque pronto se nos vendrá encima un tsunami de cosas malas como para compensar tanta bonanza. Así que lo mejor es estar siempre atentos… Pero en realidad no debería ser así. De hecho, NO ES ASÍ. El hedonismo siempre se nos ha aparecido como mala palabra, cuando en realidad no lo es. Vivimos más pendientes de cualquier pronóstico apocalíptico que de la más creíble buena predicción. Y es que nos han acostumbrado a que sea noticia el avión que se cae, y nunca el que llegó sano y salvo a su destino.

El álbum conceptual de Styx llamado “Paradise Theatre” es ideal para comprender que los malos momentos de la vida, al igual que los buenos, obedecen a un ciclo que se repite una y otra vez. El disco nos cuenta sobre el origen, el crecimiento, el esplendor, la decadencia, y la posterior desaparición de una sala de teatro ficticia justamente llamada Paradise. Tan clara fue la metáfora para el público, que es el único álbum de esta banda que llegó al Nº1 de las listas de los más vendidos: “Sé que crees que estos tiempos son los peores para nosotros, y sinceramente pienso igual que tú. Son esos tiempos en que la gente traba sus puertas y se mantiene escondida, ya hay rumores de que estamos ante el fin del Paraíso. Pero yo sé que si el mundo se olvida de nosotros; lo sé, aún así no tendría motivo para llorar. Porque mi mejor momento es cuando estoy a solas contigo. Por supuesto que hay días de lluvia y días soleados, pero haremos de éste un mundo sólo para nosotros dos. Nuestros recuerdos del ayer durarán por toda nuestra vida. Recordaremos lo mejor, olvidaremos todo lo malo; y algún día nos daremos cuenta de que estos son nuestros mejores momentos”. Dignos representantes del Soft Rock, construyeron su carrera en base a un sonido potente pero agradable; y llegaron a tener más de quince temas en rankear en el Top 40 americano. Este himno que se repetía una y otra vez por cuanta radio FM había, fue compuesto por el tecladista y cantante Dennis DeYoung, que, dueño de un amplio registro vocal, poco tiene que envidiarle a los más grandes cantantes del Rock.

“En los titulares se lee: ‘Estos son los peores momentos’, y yo creo que eso es cierto. Me siento tan desprotegido, como un bote en medio de una tormenta. Desearía que los vientos del verano pudieran traer de vuelta mi Paraíso, pero yo sé que si el mundo se pusiera patas arriba; yo tendría en claro que tú siempre estarías cerca mío”. Más allá de sus innumerables éxitos, los Styx también debieron afrontar malos tragos. Y es que en algún momento llegaron a tener problemas con el nefasto PMRC, o “Parents Music Resource Center” (“Centro de recursos musicales para padres), un comité fundado por la esposa del senador -y posterior vicepresidente Al Gore- con el único objetivo de censurar las letras de Rock. Se erigieron como supuestos guardianes de la moral y comenzaron a estudiar las letras de las canciones más exitosas para ver cuáles de ellas podían ser consideradas como “satanistas”. O sea que la historia del Rock & Roll cuenta también con un capítulo en el cual tuvo que enfrentar a su propia Santa Inquisición. Por fortuna su accionar fue tan petulante que fueron de a poco cayendo en el descrédito, y el mismo cambio de los tiempos fue haciendo que ya no tuviera sentido una persecución de este tipo casi llegando al Siglo XXI. Las actividades de este comité cesaron hacia finales de los años ’90, y pudimos continuar escuchando a los Styx ya sin ningún tipo de culpa cantando líneas como: “Cuando estoy a solas contigo todo está bien”. ¡Feliz Deprimartes!

martes, 12 de marzo de 2019

Capítulo 210: “On Top Of The World”. Imagine Dragons. (2012)




Deprimartes resplandeciente:

¿Ha muerto el Rock? Si bien esta pregunta ronda la mesa de todo debate rockero que se precie de tal desde finales de la década del ’50 es imposible dar con una respuesta unánime, ya que ni siquiera entre la mayoría que opina que nuestro querido Rock ha estirado la pata hay un acuerdo a la hora de establecer la fecha de defunción. Con cada advenimiento de un nuevo subgénero la pregunta ha ganado fuerza, y la respuesta final siempre nos ha sido elusiva. Y aquí estamos, todavía haciéndonos ese interrogante ya muy entrados en el Siglo XXI. Pero ya en estos tiempos tenemos como síntoma que, a diferencia de todas las anteriores décadas, no pueda hablarse de un Rock de los primeros diez años de este siglo y, por otro lado, de un “Rock de los años diez”. Esto sí que preocupa… Y aún así, sigue habiendo gente que todavía hace Rock: “Si amas a alguien mejor dile por qué están aquí, porque tal vez se alejen corriendo de ti y nunca sepas que todo podría haber salido bien. Pero, de nuevo, todo eso depende de cuánto tiempo te quede. Estuve en las montañas más altas, estuve en los ríos más profundos. Tú también podrías hacer todo eso, pero no hasta que empieces a moverte. Hay que hacerse a la idea, pero sin mirar hacia abajo, porque estoy en la cima del mundo”.

Aquí tenemos a los Imagine Dragons, una banda oriunda de Las Vegas que se ha adaptado muy bien a los gustos de los tiempos que corren, y que son uno de los números musicales que mejor suerte han corrido a la hora de implementar las nuevas tendencias musicales sin abandonar del todo una base rockera. Tanto el buen gusto de los sampleos que utilizan como el uso no abusivo de cajas de ritmo hacen que el oyente clásico no se sienta ofendido por lo que intentan hacer estos muchachos que aún valoran el Rock & Roll de la vieja época, pero que no viven adentro de un frasco de mayonesa y por tanto saben que los tiempos han avanzado: “Estuve esperando por esto durante mucho tiempo, poniendo todas mis cuentas en limpio. Estuve esperando para sonreír, me estuve conteniendo por mucho tiempo. Si puedo, voy a quedarme con esta sensación; estuve soñando con esto desde que era un niño, y hoy estoy en la cima del mundo”. Si bien la letra de esta canción es un dechado de alegría hecho festejo por haber alcanzado la banda la cima de los charts luego de mucho esfuerzo, el significado de la misma se ha reconvertido para ilustrar la cima más alta a la que ha llegado el Hombre en su historia, la llegada a la Luna.

Con un interesante toque humorístico, el videoclip de esta canción está ambientado en el final de los años ’60, cuando todavía se decidía quiénes serían los ganadores de la Carrera Espacial por poner un hombre en la Luna; si los soviéticos o los norteamericanos. Y más allá de ese gigantesco paso que representó para la Humanidad ese pequeño paso que dio Neil Armstrong sobre nuestro satélite, con la consecución de este logro también llegó a lo más alto otra de las aristas de nuestra condición humana: la idiotez de los mitos urbanos. Muy consabida es la leyenda de que Estados Unidos jamás llegó a la Luna, sino que se trató de un montaje producido por el gobierno, encargando la dirección del mismo a Stanley Kubrick; quien el año anterior había lanzado la película que se convertiría en una de sus obras maestras: “2001: Odisea del espacio”. A lo largo de todo el video se presentan una y otra vez homenajes y referencias tanto a esta película como a otra del mismo director: “El resplandor”, así que este clip termina por convertirse en un festival para todos los cinéfilos: “Traté de tomar atajos, intenté encontrar la salida más fácil; pero siempre algo me faltaba. Podría haberme rendido entonces, pero sé que no lo hubiera hecho porque viajé tan lejos con un propósito”.

La conspiranoia es esa manía paranoica de tratar de encontrar responsables poderosos y de intereses oscuros detrás de todo aquel hecho o fenómeno resonantes, que bien podría ser explicado de maneras más simples. Así es como nos encontramos con gente que nos asegura que en lugar de ver al Hombre llegando a la Luna, las masas hemos sido engañadas por obra y gracia de las dotes filmográficas del señor Kubrick, con el aval del gobierno norteamericano. Y es increíble que la cantidad de gente que adhiere a esta teoría se cuenta por millones. Como por millones también se cuentan aquellos que creen que Paul McCartney murió en 1966 y fue reemplazado por un doble exacto, que el cuerpo de Walt Disney permanece congelado a la espera de que se encuentre una cura a su enfermedad mortal, que Elvis Presley está vivo y trabaja en un shopping en el Paraguay, al igual que un tal Adolf Hitler –que aún vive en Argentina, con bigotito y todo-; también creen que en el Área 51 los militares yanquis almacenan ovnis, y que estamos gobernados por una raza de extraterrestres Reptilianos Anunnakis Pleyadianos. Aun en el videoclip saben reírse de lo idiotas que somos cuando el supuesto alunizaje termina convertido en un concierto televisado con público y todo… ¡Y a nadie parece importarle un rábano que así sea!: “Y sé lo difícil que es caer desde tan alto, y el camino tan largo que queda hasta la cima una vez que golpeas el piso. Así que, ¡levántate! ¡Vamos, levántate!”. Es simple de explicar: el mundo está lleno de gente que necesita creer que la realidad en que vivimos no puede ser tan horrible, y que la verdadera felicidad está más allá; oculta de nosotros por un grupo potentado de gente muy muy mala. En fin… Que cada uno crea lo que quiera. ¡Feliz Deprimartes!



martes, 5 de marzo de 2019

Capítulo 209: “Two Princes”. Spin Doctors. (1991)




Deprimartes principesco:

“No uno, sino dos príncipes se arrodillan ante ti, eso es lo que digo. Príncipes que te adoran, así que ve para adelante con esto. Uno tiene los bolsillos llenos de diamantes, y eso no es algo para despreciar; y éste otro dice que le encantaría comprarte cohetes. Se ve que ya no está en sus cabales”. Es imposible hacer un inventario de la cantidad de artistas que ocuparon el centro de la escena y se robaron la atención con una canción que sonó hasta el hartazgo por todas partes, y que luego desaparecieron sin dejar más huella. En el argot del Rock a esas bandas que tenían un tema convertido en un suceso musical increíble y que luego desaparecían para siempre de las listas de los más escuchados se les da un nombre. Se suele hablar de ellos como “One Hit Wonders”, maravillas de un único éxito. Y los Spin Doctors son un digno exponente de esa categoría, ya que luego de este suceso fulgurante jamás pudieron volver a la cima de la popularidad.

 “Este tiene una hermosa raqueta de badmington, eso mismo dije, y es de los que lleva un gran escudo cosido en su chaqueta. Si te casas con él tu padre estará encantado, y si te casas conmigo tu padre te va a desheredar y cuando muera se va a revolcar en su tumba”. Una mujer siendo cortejada por dos hombres que dicen amarla. Prácticamente la columna vertebral de cualquier telenovela que se precie de tal. Pero es una situación que no es tan poco común. Y con respecto a esto, una vez escuché a alguien decir que cuando la vida nos pone en la situación de ser un tercero en discordia, lo importante es no resultar ser el candidato elegido. Porque en cada reproche que exista entre la parejita feliz aparecerá el fantasma de qué hubiera ocurrido si la dama en cuestión se hubiera decidido por su otro candidato. Si perdemos esa puja amorosa frente a otro contrincante, la chica afortunada le refregará nuestro nombre en la cara a quien nos haya ganado cuando los fracasos de la pareja superen en cantidad y en calidad a los momentos felices: “Cásate con él o cásate conmigo. ¿Cómo es que no puedes ver que soy yo el que realmente te ama? Puede que yo no tenga antepasados de renombre ni un futuro claro, pero al menos sé bien lo que un príncipe amante debería hacer”. En muchas ocasiones somos los mismos hombres los que fogoneamos con este tipo de conductas esa idea de que la mujer es una princesa hermosa que sólo sirve para ser cortejada. Tal vez esto está causado por nuestra intención de ocultar que en realidad somos sapos comunes y corrientes, y que ningún beso nos convertirá en un príncipe azul.

El éxito del álbum acertadamente titulado “Pocket Full Of Kryptonite” (“Bolsillo lleno de criptonita”) del cual se desprende esta canción no pudo ser repetido por la banda. Uno de los factores que atentaron contra el normal funcionamiento del grupo fue que su cantante Chris Barron se quedó literalmente mudo sólo dos semanas antes de estrenar un nuevo álbum, y con una gira por delante, todo debido a una parálisis en sus cuerdas vocales. Barron, quien en el videoclip de esta canción volvió famoso el uso del gorro chullo, hizo que su estética quedara grabada a fuego como símbolo del Rock Indie: “Así que si quieres llamarme ‘Bebé’, hazlo. Y si sólo quieres decirme ‘tal vez’, hazlo. Y si lo que en realidad querías era comprarme flores, ve y hazlo ahora. Y si lo único que quieres es que hablemos durante horas, sólo hagámoslo”. ¡Feliz Deprimartes!