martes, 2 de noviembre de 2021

Capítulo 295: “The Wild One”. Suzi Quatro. (1974)

 



Deprimartes empoderado:

 

La norteamericana Susan Quattrocchi siempre supo que quería ser alguien dentro del ambiente musical, así que lo primero que hizo fue acortar su apellido con evidentes raíces italianas para sonar lo más original posible, y luego eligió dedicarse a tocar un instrumento muy infrecuentemente ejecutado por una mujer en el Rock, el bajo eléctrico: “Toda la vida quise ser alguien y aquí estoy. Sé lo que tengo y nadie va a quitarme mi oportunidad. Así que déjenme decirles quién soy: soy una zorra al rojo vivo que puede aguantar lo que sea que me tiren. Soy un castigo del infierno, querido, ¿es que no te diste cuenta?”. Si alguien con un buen ojo clínico la descubría –cosa que finalmente pasó-, sin duda alguna Suzi sería una estrella. Más allá de su talento, que por cierto era mucho, su calidad de original le valdría el éxito. Porque a principios de los años ‘70 ¿con cuánta frecuencia podríamos encontrar a una joven y hermosa mujer tocando el bajo y cantando en una banda de Rock?

 

Rápidamente firmó un contrato con una discográfica que decidió lanzarla como solista en Europa, y muy pronto comenzó a enhebrar un rosario de éxitos. Tuvo la muy buena suerte de erigirse como la gran figura femenina Glam Rock británico, un movimiento musical en el que los artistas masculinos jugaban con la idea de tener una sexualidad ambigua y una imagen andrógina. Los nombres imperantes en esta corriente eran los de David Bowie, Gary Glitter, Elton John, y Marc Bolan; y en medio de todos esos hombres vestidos con calzas y lentejuelas brillaba esta diminuta chica portando un bajo enorme, enfundada en su traje de cuero y con una actitud muy combativa: “Soy una chica rara con la cabeza retocada que tiene una racha de suerte, voy a ser la dueña de esta ciudad y tú no puedes detenerme. Porque soy una salvaje. Sí, soy la salvaje”. A pesar de la popularidad que tenía en el Viejo Mundo, a Suzi el éxito le era esquivo en su tierra natal. Terminó triunfando en Norteamérica gracias a su faceta de actriz, alcanzando curiosamente la masividad gracias a su labor en la clásica comedia “Happy Days”, aquella del mítico Fonzie: “No tiene sentido, suéltame ya. Más y más, ya no puedo llevar la cuenta”.

 

Dentro de una banda, es común que una mujer ocupe el rol de vocalista principal. Pero cuando no es así en el mundillo del Rock por lo general la mujer suele ocupar tristemente los dos mismos lugares: o bien es corista o bien es groupie, casi un elemento decorativo. Ese no era el caso de Suzi. Con su mínimo 1,52 mts. de altura, ella se calzaba al hombro un instrumento que la hacía ver insignificante. Pero era consciente de todo el talento que tenía: “No he perdido la cabeza a pesar de que ya quedaron atrás esos años en que tú no me dejabas crecer y me arrastrabas a todos lados”. Aprendan, amigas feministas. Así se rompen moldes y se empodera una verdadera mujer. Por propia personalidad y por sola presencia, el de Suzi era un verdadero empoderamiento; hasta se podría decir que era feminismo puro puesto en práctica. Si alguien tiene alguna duda, no basta más que con ver algún video de sus presentaciones, donde arrasaba el escenario con una personalidad avasallante. Nunca jugó el papel de víctima, siempre fue la dueña de su propio camino: “Soy una perra de ojos azules que quiere ser rica. Así que quítate de mi camino, porque llegué para quedarme”. ¡Feliz Deprimartes!

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=IgKyXghZShE





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