Deprimartes afortunado:
“Como la leyenda del Ave Fénix, cada vez que
terminamos volvemos a empezar”.
Nos encontramos con una canción cuya letra se esfuerza en contrarrestar lo
simplón de su argumento mediante el uso de cuanto recurso literario tenga a
mano. Es claro que sólo nos está hablando de una salida de sábado por la noche,
pero es un poco forzada la cantidad de poesía que utiliza para describir una conquista
nocturna cualquiera en una pista de baile. Tan pedante se torna todo que
resulta increíble que aquí se utilicen imágenes astronómicas para graficar algo
tan banal como una noche de jarana. Tal vez el rapto poético se deba a que este
tipo de salidas de fin de semana se suele vivir bajo los efectos de ciertas
sustancias: “Aquello que hace que el planeta siga
girando es la misma fuerza que le dio origen a todo”.
“Hemos llegado demasiado lejos como para
dejar de ser quienes somos. Así que mantengamos altas nuestras expectativas y
brindemos alzando nuestras copas a las estrellas”. Como buen introvertido que soy, he
odiado desde siempre la sola idea de ir a bailar a un boliche. El común de la
gente parece no comprender que existe toda una porción de la población que
detesta ir a romperse los tímpanos mientras se expone al riesgo de tener un
ataque epiléptico gracias a las luces estroboscópicas de este tipo de establecimientos.
Y todo eso mientras intentamos descifrar el nombre que nos grita al oído la
única chica a la cual nuestra timidez nos permitió preguntarle cómo se llama.
Siempre me resultó curioso cómo es que la gente se relaciona en estos antros.
Hasta el día de la fecha, excede mi comprensión. Para mí nada de eso es
siquiera comparable al placer de compartir un café con una hermosa mujer que
lee un libro. Bien, pues de nada de eso habla esta canción: “Ella se queda toda la noche despierta hasta que sale el sol,
yo me quedo despierto para ver si consigo algo de diversión. Ella se queda
despierta para pasarla bien, yo me quedo despierto para ver si tengo suerte”.
¿Quién diría que el último nombre rutilante de la Música Electrónica vendría de
Francia? Pues así es. El trabajo de Daft Punk ha cosechado tal nivel de éxito
mundial, que hoy es casi imposible cuantificar la influencia que este dúo
francés ha tenido, no sólo en el ambiente de los sintetizadores, sino
directamente en la cultura popular. Innovadores desde lo estético, jugaban con
el misterio y detestaban la fama. Casi siempre se presentaban con sus rostros
ocultos por unos cascos robóticos, los que terminaron por convertirse en su
sello identitario. Sus álbumes apostaban siempre por lo artístico, y alguno de
ellos hasta nos invitaba a participar de una aventura animada interestelar.
“Nos quedamos toda la noche despiertos hasta
que salga el sol, para conseguir algo de diversión, para pasarla bien y para
ver si tenemos suerte”. En
esta canción participan dos grandes artistas norteamericanos. Uno de ellos es Pharrel
Williams, y aunque lo que él hace principalmente
es Hip Hop y Rap, dos géneros que no son muy de mi agrado, nadie puede negar su
talento y su versatilidad. Allá por 2013 parecía estar en todas partes: “El presente no sigue un ritmo predeterminado”. Pero
la verdadera estrella de este video es el señor Nile Rodgers; el eximio
guitarrista rítmico de la banda discosa Chic. Además de ser un músico renombrado,
se volcó a la producción de otros artistas; y en años más recientes ha llegado
hasta a producir la banda de sonido de videojuegos muy famosos. No me
alcanzaría todo este texto para enumerar la cantidad increíble de nombres estelares
del Rock que fueron producidos por este buen señor. Su éxito fue tal que fue nombrado
como “mayor productor del mundo” por la revista Billboard, y hasta llegó a ser
presidente del Salón de la Fama de los Compositores de su país. Ésta canción de
Daft Punk volvió a poner su calidad como músico ante los ojos de una nueva
generacion: “Sigo disfrutando de todo aquello que
tú me regalas. ¿Qué es esto que estoy sintiendo? Si quieres que nos vayamos de
aquí, sólo dímelo”. ¡Feliz Deprimartes!
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