Deprimartes divisivo:
“Siguiendo el Río Moscova hacia el Parque Gorki,
escucho soplar el viento de cambio. Una noche de verano de agosto, los soldados
van pasando mientras escuchan soplar el viento de cambio. El mundo se está acercando,
¿alguna vez pensaste que podríamos estar tan juntos, como si fuéramos hermanos?
El futuro está flotando en el aire, puedo sentirlo en todas partes, soplando en
el viento de cambio”. El
9 de noviembre de 1989 tenía lugar un acontecimiento que significó el comienzo
del final de la llamada Guerra Fría, que mantuvo durante más de cuarenta años
al mundo al borde de un enfrentamiento militar con armas nucleares. Ese día se
producía el “Mauerfall”, la caída del Muro de Berlín; Alemania comenzaba su
proceso de unificación, y el comunismo dejaba de ser una opción obligatoria
para la mitad del mundo. Como un efecto dominó, los países que integraban el
Bloque del Este y cuyos gobiernos eran simples satélites de Moscú empezaron a
reclamar su independencia política, y así fue que en poco más de dos años hasta
la mismísima Unión Soviética había dejado de existir. Traducción: el mundo ya
no viviría más con el corazón en la boca ante un posible invierno atómico
desatado por las desaveniencias constantes entre rusos y norteamericanos, y la
esperanza utópica de un mundo en paz aparecía alcanzable en la imaginación de
todos: “Llévame a la magia del momento de una noche
de gloria, donde los niños del mañana puedan soñar y dejarse llevar por el
viento de cambio”.
“Caminando por las calles noto que hay recuerdos distantes enterrados para siempre en el pasado”. El silbido tan característico con el que arranca esta canción viene de parte de Klaus Meine, vocalista y frontman de la banda alemana más exitosa de todos los tiempos: Scorpions. Con una carrera ininterrumpida que arranca a mediados de la década del ’60, hoy son dueños de más de treinta y cinco discos de platino y un centenar de discos de oro. Y no sólo se hicieron fuertes en su país sino que tuvieron el buen tino de saber conquistar EE.UU. con temas como “Send Me An Angel” y especialmente la súper exitosa power ballad “Still Loving You”. Pero fue con esta canción que le pusieron letra y música a los tiempos de cambios profundos que el fin de siglo le traía a la humanidad. Frente a la angustia de un futuro amplio y desconocido, estos escorpiones prefirieron inyectarle un poco de esperanza a la situación y soñar los mismos sueños que los niños libres ahora podían tener: “Donde los niños del mañana compartan sus sueños contigo y conmigo”.
El muro se ha caído, pero… ¿Qué mundo es el que nos quedó después de todos estos años? Las imágenes del videoclip de este tema nos muestran entrelazados algunos hechos que preconfiguraron el mundo que se nos vendría encima. Así, se suceden rápidamente acontecimientos buenos y no tan buenos, dependiendo de quién los mire; como el desastre del Exxon Valdez, la liberación de Nelson Mandela, las protestas de la Plaza de Tiananmén, el encuentro entre el líder soviético Mijalil Gorvachov y el Papa Juan Pablo II, el conflicto de israelí-palestino, etc. Los cambios llegaron, y han sido cada vez más vertiginosos desde entonces; pero me reservo mis dudas respecto de si el mundo se ha transformado es un lugar donde hoy en día valga la pena vivir: “El viento de cambio sopla directo en la cara del tiempo, como un torbellino que hará sonar la campana de la libertad en nombre de la tranquilidad. Deja que tu balalaika cante aquello que mi guitarra intenta decir”. Tal vez no sea tan mala idea abrazar la visión ingenua y optimista de Meine y su banda. Después de todo, son alemanes, ¿quiénes mejores que ellos para cantar sobre la caída del muro? ¡Feliz Deprimartes!
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