Deprimartes under:
“Eclipse total, es un eclipse total del sol. No puedo
entender este eclipse total, tan sólo un resbalón por tus labios, y todo habrá
terminado”. De esto se trata el
arte: de conmover, de movilizar, de incomodar al espectador para causar una
emoción en él. Así que el fin del arte es emocionar. Y si bien no siempre se
logra, al menos vale la pena el intento…
La escena under de cualquier metrópoli está plagada de intentos de arte.
Y he aquí uno, con un brillo de gloria en tono oscuro, venido de la Alemania
misma: Klaus Nomi. Este contratenor germano posiblemente tuvo la voz más
prodigiosa de todos aquellos que alguna vez intentaron abordar al menos
oblicuamente la cultura Rock –lo cual puede apreciarse en el estribillo de esta
canción-, pero su temprana muerte lo obligó a permanecer en el escenario under;
y si el destino no se lo hubiera llevado, sus sorpresas hubieran sido muchas,
dado el calibre de lo que presentaba en escena. A saber: Klaus aparecía como un
extraterrestre venido de una galaxia lejana, copiando burdamente el vestuario y
el maquillaje de los terrícolas, y venía a mezclarse entre nosotros intentando
imitar nuestra música, fusionando estrambóticamente la Ópera con el Rock y agregándole
bailarines afro. Éste era el resultado: “Grandes problemas. Hay discusiones
por cualquier cosa, haciendo que el planeta se vuelva más caliente; tan
caliente como un holocausto. Todo estallará, todo va a volar por los aires,
incluso si tú no te dignas a aparecer vistiendo tu camisa de marca”.
Este prometedor artista murió a mediados de 1983 de una enfermedad
prácticamente desconocida en ese entonces. Los médicos empezaban a llamar SIDA a
esta afección, y su primera víctima famosa -el actor Rock Hudson- pondría esta
enfermedad en el mapa recién dos años después. Así que el pobre Klaus se fue
consumiendo de a poco y dolorosamente, sin encontrar respuestas en la medicina,
y siendo abandonado por casi todos sus amigos al ver la forma tan terrible e
incomprensible en que se iba deteriorando su figura. Y el extraterrestre,
finalmente, se vio obligado a volver a su planeta: “Todo
se derrumba, nadie siquiera puede arrastrarse para salvarse. Si alguien llama,
todos estamos afuera, convirtiéndonos en papas fritas. Éste es el último baile,
dejemos que todo el elenco haga la danza del desmembramiento, mientras todos
morimos atomizados”. Ojalá algún día nos vuelvan a invadir desde la
galaxia de Klaus… ¡Feliz Deprimartes!
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