Deprimartes desértico:
Hace poco leí sobre Bir Tawil, una porción de desierto en
la frontera entre Egipto y Sudán de unos 2.000 km2, y que es uno de los
poquísimos lugares de la Tierra que absolutamente ninguna nación reclama como
propio. Allí no hay más que un mar de dunas de arena y un par de estribaciones
rocosas calcinadas por el sol del Sahara. El clima es muy hostil y los recursos
son inexistentes, nadie vaga por allí a excepción de algunos eventuales
pastores trashumantes. No es de extrañarse que nadie quiera esa parcela yerma,
ya que es sólo una ínfima fracción del mayor desierto del mundo; un lugar en el
que no sólo la vida muere, sino que también lo hace la imaginación: “Espíritu de las arenas en una vasta tierra vacía a la
que nadie pertenece. Cuando el azul se vuelve oscuro a medida que la luz
fallece entre la luna y el sol. En los campos desérticos la fiebre es tan alta
que me dan ganas de gritar. Es de noche en el Sahara”. Si bien hablamos
de un lugar en que la presencia humana es casi nula, aún así es posible cruzarse
con alguna caravana de tuaregs con sus dromedarios, yendo a visitar las tiendas
lejanas de los habitantes esporádicos de algún oasis. Todos esos pueblos tienen
culturas milenarias, y ceremonias ancestrales, como la de beber té hirviendo
bajo los 45ºC del Sahara y con un turbante puesto en la cabeza. Evidentemente
es gente que resiste muy bien el calor. De hecho, según los bereberes hay que
tomar tres tés a lo largo del día: el primero debe ser bien amargo, para
simbolizar los sinsabores de la vida, el segundo será muy dulce, para homenajear
el amor, y el tercero será suave, como anhelan que sea la llegada de la muerte.
“Escucha el viento, está trayendo a tus oídos
una música muy lejana. Tal vez puedas escuchar los sonidos de una danza tribal
que llega desde las alturas”. Y
aún en los más áridos paisajes desérticos florece de tanto en tanto algún
artista talentoso, como es el caso del músico tunecino Elli Robert Fitoussi,
más conocido en occidente por su seudónimo artístico: F. R. David. Su calidad
como sesionista era tal que llegó a tocar en las giras del genial tecladista
griego Vangelis, pero David dejó repentinamente las sombras cuando logró en
solitario un inesperado éxito mundial con su tema “Words” de 1982. La inoxidable
base electrónica de esta canción se ha vuelto uno de los sonidos más
representativos de la era del Synth pop. Aparte de lograr un éxito comercial, es
evidente que guardaba un cierto gusto por la poesía; tal como lo evidencian las
imágenes que utiliza en esta letra para describir las revelaciones que le trajo
la noche africana: “Y las estrellas me revelan el
horrendo misterio del espacio, con toda su carga de miedo. Ahora puedo darme cuenta
de cómo todo eso me ha influido”.
Al comienzo de este video promocional encontramos a F. R.
David bebiendo un invaluable vaso de agua en un pueblito perdido en el interior
de su Túnez natal, mientras recuerda su desventura de una noche en el desierto…
¿O se trató tal vez un espejismo?: “Amo observar el
cielo sonriéndole a las estrellas mientras estoy tirado en la arena. La brisa
es tan agradable que desearía que nunca dejara de traerme esta calma". Al bueno de David se le ocurre perderse
entre las dunas mientras viste un sobretodo, y entonces se le suceden
imágenes confusas y coloridas que no siempre responden a la lógica. Comienza a
ver gente muy elegante que desaparece y reaparece, pero ahora caminan hacia
atrás. Se ven flamear extraños espejos clavados en la arena, que recuerdan muy
vagamente a Kubrik. Un perfil femenino exótico y bello lo persigue, como si él
fuese el único habitante de una fata morgana. Todo esto culmina con los pueblos
nómades uniéndose en el desierto entre banderas y antorchas, mientras suena de
fondo un coro de letras “O” que con su sonido gutural le da forma a uno de los
estribillos más agradables que yo recuerde. La noche en medio del desierto dorado
termina convertida en una fiesta multicolor: “Oh,
la noche en el Sahara. Me hace sentir, me hace sentir tan bien”. ¡Feliz Deprimartes!
Temazo de esa época. Nunca había visto el vídeo. Qué loca la historia.
ResponderBorrarMe alegro de que te haya gustado tanto el tema como la historia. A veces hay que afinar la imaginación para encontrar algo que contar respecto de cada artista. Abrazo.
BorrarMe encantó
ResponderBorrarGracias por compartir
Muy buen análisis
ResponderBorrarGracias por compartir