Deprimartes poético:
Mi amor por el teatro y la dramaturgia –uno de los motores
de mi vida artística, ya que tengo el dudoso honor de ser actor- encuentra en
este video un eco que reverbera en mi espíritu. Se descorre el telón, y una
interesante puesta en escena nos invita a presenciar esta poesía actuada, en la
que se van sumando extraños personajes, acto tras acto: “Apuñala un corazón arrepentido con tu dedo favorito. Pinta todo el
mundo de azul, y detén tus lágrimas antes de que ellas te terminen lastimando.
Escucha cantar a los cavernícolas, traen buenas noticias”. Hay que
bucear muy profundo en los mares de esta prosa para encontrar los tesoros
expresivos que encierra el naufragio de un alma… ¡Ups!... ¿Ahora también soy
poeta?... No, no creo.
Nacidos del Post-Punk, este dúo acompañado por una caja de
ritmos –según muchos, llamada “Echo”-, luego se transformó en banda, para ir
reconfigurándose con el paso de los años y concluir nuevamente como dúo. Otra
serpiente que se muerde la cola. Sus temas respiran un aire denso,
necesariamente oscuro; el espacio ideal para que el oyente pueda escuchar
repicar los ecos de su propia alma. Por extraño que parezca, el nombre de la
banda parece bastante adecuado. Sólo resta saber quiénes son los hombres
conejo... Este ochentoso grupo de culto nos invita a visitar siete mares, y
siete puertos, partiendo de su Liverpool natal (cuna de enormes talentos),
pasando por los grandes puertos de Islandia, Rusia, Alemania, Holanda, Italia y
Marruecos. Y a pesar de todo, el viaje es gélido: “Una
larga espera por un sentimiento más fresco. Pertenecer o permanecer para
siempre arrodillado. ¿Qué sentido tiene robar sin la gracia de ser un ladrón?”.
¿Por qué será que todos los temas e Echo & The Bunnymen
me transportan a una atmósfera helada? Parece ser que la única manera de
conjurar los males de la vida -como lo es un desengaño amoroso- es
transformarlos en poesía: “Quemando mis puentes y
rompiendo los espejos. Me doy vuelta para ver si estás quemando cobardemente a
las brujas y a la madre religiosa. Seguramente vas a encender el fósforo y
luego rociarme”. Transformarlos en poesía… O terminar en una realidad
paralela mucho más agradable: “Siete mares, voy
nadándolos tan bien. Me alegra ver mi cara entre ellos, besando el caparazón de
una tortuga”. Creo que el quid de la cuestión está en este último verso: “En su momento, me enseñaron y me domesticaron con el
flujo de mis lágrimas”. ¡Feliz Deprimartes!
Esta es de esas canciones que he oído pero nunca identifico. Se que esto, musicalmente, no me deja en muy buen lugar, pero soy honesta y ya sabes que aquí me siento como el pequeño saltamontes, algo que me encanta, como me encanta cuando sacas una de estas y consigues que me pique la curiosidad. Genial interpretación, poeta!
ResponderBorrarEsperando al de hoy.
Feliz martes
Muy recomendables estos muchachos de Liverpool, si es que te gusta la onda oscura. Otros temas con esta onda lúgubre son: "Bring On The Dancing Horses", y la muy conocida - gracias al filme de culto "Donnie Darko"- "The Killing Moon". A mí particularmente me agrada mucho una que se nos acerca en el tiempo: "What Are You Going To Do With Your Life?".
ResponderBorrarSiempre es un gusto leerte, estimada Nuria.