Deprimartes entomológico:
“¿Te había dicho lo mucho que extraño tus dulces besos? ¿Te
dije que no lloré? Bueno, pues te mentí”. Éste es el segundo y último de
estos Deprimartes un tanto especiales para mí. Con este tema también se
empeñaba mi reloj despertador en hacerme arrancar el día cuando yo apenas
rozaba los veintiún años, y por eso mismo ese extraño riff de tres notas que
dibuja la guitarra me devuelve a una época donde mis esperanzas aún eran
multicolores y todavía soñaba con extrañar a alguien algún día: “¿Te había dicho cuánto
extraño tu sonrisa? ¿Te había dicho que yo estaba bien? Bueno, no era cierto.
Para nada cierto…”. Si bien el
tema no es muy maravilloso en sí mismo –permítaseme la ironía-, aún suena de
fondo en los recuerdos de mis días más felices… Trucos que te juega la memoria.
“¿Ya te había dicho que eres maravillosa? Te extraño,
realmente te extraño. ¿Te había dicho que estuve equivocado? Lo estuve, porque
realmente eres maravillosa. Estuve equivocado por tanto, tanto tiempo…”. Pues bien, aquí tenemos al cantante y actor
Adam Ant, quien tuvo un excelente comienzo de la década de los ‘80s
disfrazándose de pirata glam híper maquillado, y comandando a su grupo; llamado
Adam & The Ants, con el cual tuvo enormes éxitos en los charts británicos
como “Goody Two Shoes” y “Ant Music”. Ellos sonaban como el típico exponente de
la New Wave, con un Rock que pretendía volver a sus orígenes de Rockabilly,
pero con toda la fuerza que habían heredado del Post Punk: “Eres tan maravillosa. Estás tan alto que no puedo
llegar a ti, eres tan profunda que no puedo alcanzarte”. Pero, como
siempre ocurre en la vida, pasaron cosas, y al buen señor Hormiga le
diagnosticaron trastorno bipolar, y durante años tuvo que luchar contra sus
ataques y contra los efectos secundarios que le dejaron las cantidades
industriales de fármacos contra su existencia maníaco depresiva. Y esos
salvajes cambios de ánimo fueron lo que trató de expresar en esta otra etapa de
su carrera, a mediados de los ‘90s: “Me sentía realmente
acabado cada vez que casi llegaba a golpear esa cara que amaba. Estaba tan
cansado por tener que contener mi ira, y terminé por alejarte de mí”.
En el videoclip de esta canción queda bien representada la dicotomía
que parece sufrir este artista, al dar un paseo en auto por su antiguo pueblo;
tratando de llegar a la boda de una misteriosa mujer relacionada con su pasado.
Mientras recorre esas calles va cruzándose con personajes a los que logra
adivinarles por un instante su verdadera, oscura y retorcida naturaleza: “Ahora, cada día me doy cuenta del precio que tengo que
pagar. Tú eres tan maravillosa. Y ahora, para tu información, yo simplemente
ando por ahí rodando como un brazalete perdido”. Visiones tétricas se
hacen realidad en contraste con las apariencias que cada individuo elige
mostrar a sus vecinos. ¿Qué pensaríamos si realmente pudiéramos ver el espíritu
de cada ser humano? No estoy muy seguro de que tuviéramos un buen concepto de
la humanidad si nos fuera revelado el fondo de cada alma… En fin… ¡Feliz
Deprimartes!
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