Deprimartes separado:
Un submundillo del Rock amanecido
allá por la década del ’90, y que aún nos acompaña, es el Indie Rock. Lo
complicado de la cuestión es que “Indie” no describe demasiado, ya que viene de
la palabra “independiente”, por el hecho de ser una expresión musical que no cuenta
con el respaldo de ninguna gran compañía discográfica. Por supuesto, si lo
vemos de esta manera, el concepto hace que este subgénero sea enormemente
amplio. Cualquier artista con alguna pizca rockera y que se autoproduzca se
transforma en un representante del Indie Rock. Y uno de ellos, de reciente
éxito, ha sido el belga Gotye. Este músico, especialista en samplear recortes
de otros temas, se unió a la voz sensual de la cantante neocelandesa Kimbra, y juntos
graficaron la separación de una pareja en este suceso internacional de 2011,
que decía lo siguiente: “Cada tanto pienso en todo
el tiempo en que estuvimos juntos. Como aquella vez en que dijiste que te
sentías tan feliz que podrías morir allí mismo. Me dije a mí mismo que tú eras
la indicada para mí, pero realmente me sentía tan solo cuando estaba contigo.
Pero entendí que así era el amor, y es un dolor que aún recuerdo”. La
segunda década del Siglo XXI… O de cómo el Rock puede llegar a reducirse a algo
tan liviano y carente de texturas en estos tiempos en que, musicalmente
hablando, todos parecen rehusarse a aceptar como la normalidad cualquier riff
de guitarra eléctrica. En fin…
Las relaciones de pareja... Lo
difíciles que son... Lo desgarrador que es la cuesta abajo de un amor que ya
no es. Se siente como estar de vigilia, al lado de la cama de un moribundo ser
querido. Aun sabiendo desde hace mucho cuál será el final, se nos hace terrible
el sufrimiento cuando todo finalmente se termina: “Uno
puede volverse adicto a cierto tipo de tristeza, es como resignarse a que las
cosas sean así para siempre. Así que cuando finalmente vimos que lo nuestro no
tenía sentido, bueno; dijiste que aún podríamos ser amigos. Aunque admito de
que estuve muy feliz de que todo se hubiera terminado”. Tal vez nos
queda el consuelo de entender el final como una última oportunidad para atesorar
el paso por nuestra vida de alguien, aunque más no sea en forma de recuerdos.
Por dolorosas que sean esas memorias, significan que hemos estado vivos... Y no
es poco.
En este excelente videoclip,
Gotye se va transformando en una obra pictórica con reminiscencias a Kandinsky,
para representar el proyecto en común que afrontó con su mujer, quien por eso
mismo, al final del video queda libre de colores, simbolizando el final de la
sociedad afectiva y el renacimiento como individuo. Nuevo individuo, ya no el
mismo, gracias a las experiencias, a las alegrías, y al dolor que ese proyecto
de pareja le sumó a su existencia: “Pero no tenías
por qué extirparme de tu vida, hacer de cuenta que lo nuestro jamás ocurrió y
que nosotros nunca fuimos nada. Y si bien ni siquiera necesito tu amor, el
hecho de que me trates como a un extraño me hace mucho daño. No tendrías que
haber caído tan bajo, haciendo que tus amigos pasen a buscar tus cosas y luego
cambiando tu número de teléfono. Supongo que ya no necesito seguir pensando en
esto. Ahora eres tan sólo alguien que alguna vez conocí”.
Y he aquí la otra campana… Lo
interesante de este tema es que permite también escuchar la otra versión de los
hechos. En definitiva, toda moneda tiene dos caras. Así que ahora escuchamos lo
que tiene para decir la chica que lo dejó, y vemos que la historia no era tan
simple: “De vez en cuando pienso en todas las veces
en que arruinaste mi vida. Y siempre me hacías creer que yo era la culpable.
Pero no quiero vivir de esa manera, teniendo que leer entre líneas en cada cosa
que dices. Dijiste que podrías superarlo, y que yo no tendría que lidiar con un
hombre que aún sigue enamorado de alguien que alguna vez conociste”. En
este tipo de historias no suele haber víctimas y victimarios. Todos hemos sido culpables
de dejar que el amor se vuelva gris… ¡Feliz
Deprimartes!
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