Deprimartes
suertudo:
¿Qué es el Rock
Progresivo? Probablemente la cima máxima que haya alcanzado el Rock & Roll
en su búsqueda de la perfección. La necesidad de llegar a la madurez como
movimiento musical le hizo intentar trasgredir todos los límites que se le
habían impuesto como producto comercial, y así es como llega a experimentar con
la estructura de canción comercial de tres minutos y medio, pasando a estirarse
y convertirse en una progresión de movimientos dentro de una misma obra; además
de abandonar en sus letras las temáticas del amor trivial para abordar cuestiones
mucho más fantásticas y existencialistas: “Él tenía
caballos blancos, y chicas con las cuales salir, todas vestidas en satén y
esperándolo en la puerta. Oh, qué hombre afortunado que era… Oh, qué hombre
afortunado que era”. Descendiente directo del Rock Psicodélico, difería
de éste último en que su búsqueda de la experimentación ahora estaba gobernada
por el virtuosismo a la hora de ejecutar un instrumento, antes que por el
simple uso de drogas alucinógenas. Estas quedaban más bien como una musa
inspiradora antes que como un vehículo en sí mismo.
“Con
lazos blancos y plumas le tenían preparada su cama, y sobre un colchón cubierto
de oro él recostaba su cabeza”. ELP fue un Power Trio
denominado así por los apellidos de sus tres integrantes, Keith Emerson, Greg Lake
& Carl Palmer. Los tres fueron músicos virtuosísimos en sus instrumentos, y
encontraron en el Rock Progresivo el formato perfecto para desarrollar temas
con estructuras longevas y cambiantes, llevando adelante ritmos intrincados y
casi imposibles de ejecutar. Junto con un pequeño puñado de grupos de esa misma
época –Yes, Genesis, King Crimson, Pink Floyd, por sólo citar algunos ejemplos-
se convirtieron en la síntesis de la perfección de la música a la hora de ser
escuchada, tanto por la calidad de sus instrumentaciones como por la fusión
entre música clásica, jazz y rock que llevaban adelante. Lograron poner en el
centro de escena a compositores clásicos contemporáneos, entre los que se
encontraban nombres de la talla de Béla Bartók o de nuestro compatriota Alberto
Ginastera, al versionar en formato sinfónico distintos movimientos de piezas
musicales de estos escritores.
El Rock Progresivo
no había nacido para ser bailado, sino para ser escuchado. Es por eso que en
aquella época las bandas que reinaban sobre el mundo contaban con los mejores
tecladistas del mundo. Nombres como los de Rick Wakeman, Tony Banks y Richard
Wright, le daban un brillo propio a sus respectivas bandas gracias a sus
trabajos tras los teclados. Y en este caso tenemos a Keith Emerson, tal vez el
mejor tecladista de la historia del Rock –puesto que disputará por siempre con
Wakeman-, quien en el final de este tema se luce haciendo un solo con el
Minimoog. Este maravilloso instrumento electrónico, uno de los primeros
sintetizadores, era una versión portátil del enorme e impráctico Moog modular;
y al igual que su antecesor permitía generar una variedad infinita de sonidos
electrónicos, lo cual le abrió la puerta al sonido carácterístico de la década
del `70, y a tecladistas como Vángelis y Jean Michel Jarré, quienes fueron
precursores de la música electrónica y terminaron siendo artistas con nombre
propio. El Rock pasó a tener un aire retrofuturista, con un origen casi
imposible de determinar, como si estuviésemos ante música extraterrestre…
“Él
fue a pelear guerras por su país y por su Rey. De su honor y su gloria la gente
cantaría canciones”. Esta canción, a primera vista con un
fuerte aire folk, muy lejano de lo que estos tres músicos harían en el resto de
su obra, fue compuesta por Lake cuando su madre le regaló su primera guitarra,
a la edad de 12 años. En la letra se aborda la vanidad de la vida, la futilidad
en que todo queda convertido debido al advenimiento repentino de la muerte,
todo con la ingenua simpleza con que puede cantar sobre algo tan existencial la
pequeña e inquieta mente de un niño de tan sólo 12 años: “Una bala lo encontró, su sangre corrió y él lloró. Ningún dinero
podría ya salvarlo, así que se recostó y se dejó morir. Oh, qué hombre
afortunado que era”. ¡Feliz Deprimartes!
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