martes, 9 de mayo de 2017

Capítulo 167: “Common People”. Pulp. (1995)



Deprimartes común:

Ya he tenido oportunidad de hablar del Britpop -al que considero el último movimiento genuino que tuvo el Rock & Roll antes de entrar en el estado catatónico en el que cayó con el advenimiento del nuevo siglo- y de sus más significativos representantes: Blur y Oasis. Pero había un pequeño batallón de otras bandas que formaban parte de ese movimiento, que había nacido como una respuesta europea al compacto Grunge americano. Los grupos que componían el Britpop no compartían un sonido específico que los identificara, por lo tanto el movimiento fue mucho más amplio desde lo musical, y así fue como a mitad de los años ’90 los charts comenzaron a poblarse con nombres como los de Suede, The Verve, Supergrass, Elastica, Radiohead… Y Pulp, la banda liderada por el carismático cantante y compositor Jarvis Cocker, que aquí nos cuenta una anécdota de sus años de escuela; cuando conoció a una chica extranjera que estudiaba con él: “Ella llegó de Grecia, tenía sed por el conocimiento. Estudió escultura en el Colegio Saint Martin’s, y allí fue donde atraje su atención. Me contó que su padre era rico, y yo dije: ‘En ese caso pediré Ron con Coca-Cola’ y ella dijo: ‘Está bien’. Y luego de un lapso de treinta segundos ella dijo: ‘Quiero vivir como una persona común, quiero hacer las cosas que una persona común haría. Quiero dormir con gente común, quiero dormir con alguien común y corriente como tú’. Bueno, ¿qué se supone que debía hacer? Y le dije: ‘Oh… Déjame ver qué puedo hacer’”. Sadie Frost, la actriz que personificó a Lucy Westenra y que volvió loco al vampiro en el Drácula de Francis Ford Coppola, aquí le presta su cuerpo a esta supuesta estudiante de intercambio griega, hija consentida de un padre con plata; y objeto del deseo del cantante, a quien en realidad le explica que lo que está buscando es descender de nivel y rebajarse a ser como toda esa gente ordinaria y gris que se mueven por las aceras con actitud cabizbaja mientras ella los ve como parte del paisaje desde la seguridad del asiento trasero de su limusina.

El videoclip está plagado de esa gente común, quienes aparecen en el fondo repitiendo movimientos rutinarios en ciclos que duran aproximadamente un segundo. Esto no sólo funciona como un adecuado homenaje al fragmento de la película “Yellow Submarine” en que se escucha el glorioso tema “Eleanor Rigby”, sino que grafica a la perfección ese devenir diario que sufrimos aquellos simples mortales, a quienes la cotidianeidad se nos transforma en rutina y nos vuelve prisioneros de las pocas seguridades que logramos hacer costumbre por simple repetición. Es un concepto que unos años después también R.E.M. plasmaría con éxito en el videoclip de su canción “Imitation Of Life”: “La llevé a un supermercado, no sé por qué pero tenía que empezar por llevarla a algún lado. Y la llevé allí. Le dije: ‘Finge que no tienes dinero’, ella se rió y me dijo: ‘Oh, eres tan gracioso’. Y le dije: ‘¿Sí? Porque no veo que nadie más se esté riendo por aquí. ¿Estás segura de que quieres vivir como una persona común? Quieres ver lo que la gente común ve, quieres dormir con gente común, quieres dormir con una persona común como yo’. Pero ella no me entendió, tan sólo sonrió y me tomó la mano”. Lo primero que hace nuestro antihéroe afortunado con esta delicia de mujer, que se le ofrece como si fuera una muestra gratis o un producto en promoción, es llevarla a un supermercado. Seguramente la llevaría para mostrarle algo tan cotidiano, tan absoluta y totalmente normal para el resto de los mortales, que es probable que una semidiosa del mundo de la gente millonaria apenas lo conozca por rumores. Gente como ella ni siquiera sabe de dónde sale la comida que come: “Alquila un departamento arriba de una tienda. Córtate el pelo y consigue un trabajo. Fuma unos cigarros y juega un poco al pool. Finge que nunca fuiste al colegio, y aún así no lograrás entenderlo. Porque cuando te tires en tu cama por la noche, mirando a las cucarachas que trepan por la pared, sabes que puedes llamar a tu Papito para que detenga toda esa locura”. Y no olvidemos que en caso de que ocurra una catástrofe, siempre está la opción de llamar a Papito. No hay caso, esta clase de gente se cree otra clase de gente. Y de hecho, lo es. No por nada quien está metido en el carrito de las compras es el cantante, uno más de las personas comunes. La gente adinerada puede darse el gusto de tratar a los pobres como si fueran un bien de consumo. Y, reconozcámoslo, los pobres dejamos que lo hagan gustosamente.

El video parece esforzarse en demostrarnos que no es fácil ser pobre. Es algo ingrato y plagado de sinsabores; y en última instancia las pocas alegrías que este tipo de vida nos depara son cosas increíblemente estúpidas: “Nunca vivirás como la gente común. Nunca harás las cosas que la gente común hace. Nunca fracasarás como la gente común. Nunca verás cómo tu vida se desperdicia mientras bailas y bebes y tienes sexo solamente porque no hay nada más que sepas hacer”. Tal vez por lo único que se haya escuchado el nombre de Jarvis Cocker en estas pampas haya sido por el incidente de los Britawards del ’96. Y esa noche ocurrió que mientras Michael Jackson se presentaba cantando su canción “Earth Song” junto a un coro de niños, el Señor Cocker no pudo soportar el mal gusto con que la vida se lucía al poner en escena a un artista con un par de juicios con cargos de pedofilia cantando como una figura mesiánica frente a un grupo de chiquillos, y entonces irrumpió en el escenario en plena canción, hizo un par de monigotadas, y blandió su trasero frente a toda la audiencia. La broma le valió una noche de arresto y el despegue definitivo de la popularidad de su banda. Porque algo nos dejaba en claro ese incidente: siempre habría alguien pensante como este caballero, capaz de conservar una pizca de sentido común frente a la realidad, como para entender que todo carece del más mínimo significado: “Canta junto a la gente común, canta y tal vez logres amoldarte a ellos. Ríete junto a la gente común, ríete aunque sepas que sólo se están riendo de ti, y de las cosas estúpidas que haces sólo porque crees que ser pobre está bien”. ¡Feliz Deprimartes!

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