Deprimartes psitácido:
A Flock Of Seagulls fue una
agrupación que contaba con un líder de nombre Mike Score, cuyo extraño peinado terminó
por ser una representación icónica de la estética ochentosa. En más de una
ocasión, Mike se quejó de que la audiencia parecía que iba a sus conciertos a curiosear
los peinados que usaba la banda en lugar de ir a apreciar las canciones. Y en
sus shows cantaban un tema que decía así: “Caminaba
por la avenida, nunca pensé que podría encontrarme a una chica como tú. Con el
pelo castaño y los ojos leonados, esa clase de ojos que me dejan hipnotizado”.
Estamos frente a una típica banda
de Synthpop, ese género de principios de la década del ’80 que fue una especie
de primer paso –junto con la New Wave- como para ir saliendo de la fiebre
Disco. Aún persiguiendo el formato exitoso de cualquier canción de Rock
comercial, en este caso primaban los instrumentos electrónicos como las cajas
de ritmo, las baterías no analógicas, y muy especialmente, los sintetizadores.
Esto abarataba muchísimo la producción musical, y permitía darle mayor
presupuesto a un elemento de promoción hasta esas épocas menor: el videoclip: “Una nube aparece sobre tu cabeza, un rayo de luz la
atraviesa brillando sobre ti. La nube se acerca más y se convierte en una
aurora boreal que se deja apreciar”. A partir del comienzo de esa década
entramos en una etapa en la cual el videoclip comenzaba a convertirse en un
hecho artístico. Gracias al advenimiento de MTV, la sociedad empezó a
dimensionar esta nueva forma de comunicación, en la cual una banda podía
ilustrar su canción con una historia contada en menos de cinco minutos. Y,
obedeciendo y potenciando a los cánones de la época, la estética era súper
recargada de colores. En este caso vemos mucho maquillaje, mucho papel de
aluminio, mucho plano giratorio en las cámaras, y mucha máquina de humo… Sólo
para mostrar cómo el señor Score toca el teclado con un único dedo la mayoría
del tiempo.
“Extiendo
una mano para tocar tu cara, y tú lentamente desapareces de mi vista, y luego
vuelves a aparecer. Extiendo una mano para intentarlo nuevamente, y ya estoy
flotando en un rayo de luz contigo”. La canción parece reducir su
temática a la ingobernabilidad de los sentimientos –algo en lo que se basa
absolutamente toda telenovela-, que consiste en el hecho de no poder dominar
nuestras emociones a voluntad, sino que las mismas tienen una suerte de
autodeterminación. El corazón es la anarquía del cerebro. Por más que corramos
y corramos, no podemos escapar de alguien que se grabó como un hierro
incandescente en nuestra memoria. Pero no es algo tan terrible. En definitiva,
a todos nos ha pasado alguna vez: “Y corrí. Corrí
tan lejos, simplemente corrí toda la noche y todo el día. Y aún así no pude
escaparme”. ¡Feliz Deprimartes!
Muy buena canción y entrada. Y es verdad, tocaba con un sólo dedo!!!
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