martes, 22 de enero de 2013

Capítulo 17: “A Horse With No Name”. America. (1971)







Deprimartes ecuestre.



Hoy, una joyita del único grupo exitoso que contó como productor al gran George Martin además de The Beatles: el trío America. Lograron posicionarse en la escena con un simple e interesante sonido folk;  para una época en que el rock sinfónico, las letras épicas y la sobreproducción con orquestas incluidas hacían su avance rampante en la música popular. Y con éste gran éxito nos presentan el sueño de más de un supuesto profeta, exiliarse en un lugar desértico para encontrase a sí mismo: “En la primera parte de mi viaje, estaba contemplando a toda la vida, había plantas y aves y rocas y cosas; había arena y médanos y anillos. Lo primero que vi fue una mosca con su zumbido y el cielo sin nubes. El calor estaba caliente y el suelo estaba reseco, pero el aire estaba lleno de sonidos. Atravesé el desierto montando un caballo sin nombre, se sintió bien estar lejos de la lluvia. En el desierto puedes recordar cómo te llamas, porque allí no hay nadie que pueda causarte daño". El hombre se va al desierto para hallarle un sentido a su existencia, una práctica milenaria y con reminiscencias bíblicas. Muy efectiva, por cierto, ya que allí no hay nada más que uno mismo. Donde abunde una nada que no pueda distraernos, allí lograríamos focalizarnos para contactarnos con nuestro verdadero yo.



Pero parece que en este caso, el viajero empieza a volverse incoherente al cabo de unos días de insolación: "Después de dos días bajo el sol del desierto mi piel comenzó a volverse roja. Y después de tres días en la diversión del desierto yo buscaba una cama en el río. Y la historia seguía con un río que fluía, y yo me entristecí al pensar que el río estaba ya muerto”. Estamos en presencia de un verdadero delírium trémens. Parece que volverse místico trae serios riesgos para la salud mental...



"Después de nueve días, dejé que el caballo se fuera, porque el desierto se había convertido en mar... El océano es un desierto con su propia vida por debajo, cubierta por un perfecto disfraz. Debajo de las ciudades yace un corazón hecho de tierra, pero los humanos no lo amarán". De una poética profunda y estúpida a la vez; termina bordeando la alucinación. Después de semejante viaje de introspección, uno no sabe si nos encontramos frente a un iluminado o frente a un psicótico… Tal vez no haya una real diferencia… ¡Feliz Deprimartes! Espero que les guste este gran tema.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario