Deprimartes
tristísimo:
Hoy quise traerles
al gran genio de la guitarra, Eric Clapton, que aquí más que deslumbrarnos con
uno de sus solos, prefirió tocarnos el corazón con la que muchos consideran la
canción más triste de la época Rock: “¿Sabrías mi
nombre si te viera en el Paraíso? ¿Sería lo mismo para ti, si te viera en el
Paraíso? Debo ser fuerte y seguir adelante, porque sé que por ahora mi lugar no
está aquí en el Paraíso”. Sabido es que el gran Eric escribió esta
canción tan tierna como una forma de sanar su alma luego de la trágica muerte
de su hijito de sólo cuatro años. Una historia de una pérdida terrible y de la
siempre viva esperanza de un reencuentro que conjure el dolor.
¡Qué difícil que se
nos hacen las separaciones! Y más aún cuando nuestros seres queridos, en
teoría, se han ido a un lugar mejor. Nos queda el último y lastimero consuelo
de hablarles a nuestros afectos entre sueños: “¿Me
tomarías de la mano si te viera en el Paraíso? ¿Me ayudarías a levantarme, si
te viera en el Paraíso? Encontraré mi camino a través de la noche y del día,
porque sé que no puedo quedarme aquí, en el Paraíso”.
Queremos conservar
esa certeza quimérica de la espera. Pretendemos saber que algún día volveremos
a vernos, que saldaremos deudas y nos reuniremos para compartir un abrazo
eterno. Y aún creyendo esto, la víspera de ese encuentro se nos hace
interminable; y hasta puede impedirnos el disfrute del tiempo que nos es dado
sobre esta Tierra: “El tiempo puede abatirte y
ponerte de rodillas. El tiempo puede romperte el corazón y tenerte implorando
piedad”. Sólo resta esperar, porque en el fondo, como en la caja de
Pandora, siempre queda la esperanza: “Más allá de
la puerta, estoy seguro de que hay paz, y sé que ya no habrá más lágrimas en el
Paraíso”. Ya no habrá más lágrimas… Se nos aliviana el camino pensando
que nuestro final va a ser feliz… Tan feliz como este feliz Deprimartes.
Hoy me hiciste llorar y, aunque tiendo a emocionarme, no soy de lágrima fácil. Creo que, a pesar de haber oído mil veces esta canción,jamás la escuché como lo he hecho hoy.
ResponderBorrarDesde luego, como bien dices al principio, esta vez me tocó el corazón.
Gran, tema y genial interpretación.
Lo comparto :)
No ha sido mi intención, pero espero que al menos tus lágrimas hayan sido alguna señal de alivio espiritual. Siempre es reconfortante leerte, Nuria. Un abrazo.
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