Deprimartes ultra
violento:
La juventud es un
estado de ánimo. The Who le canta a esa nueva generación que a mediados de la
década del ‘60 empezaba a tomar el mundo por asalto, ante la mirada aterrada de
unos padres de anciana mentalidad: “¿Por qué
simplemente no desaparecen? No traten de simular que les gusta lo que decimos.
No estoy tratando de convertirme en el centro de atención; sólo estoy hablando
de mi generación. Esta es mi generación, nene”. Esa nueva generación, la
que se rebelaría al ritmo del crecimiento artístico del Rock & Roll, era
mucho más libre de sus padres que cualquier otra que hubiera visto la historia
de la Humanidad. Más libres para escoger su propio destino. Más libres, y más
angustiados por la responsabilidad que significa el tener que ser artífice de
su propia suerte. Es la angustia que sufre aquel que no tiene a nadie a quien
echarle la culpa de sus propios fracasos.
Este videoclip es un testimonio documental que
atraviesa casi tres lustros de la maravillosa historia evolutiva del Rock. A
través de las presentaciones de la banda, se pueden adivinar a primera vista
las modas que fueron empapando aquellos años: los formalidad inocente de los
jóvenes que escuchaban Beat, la psicodelia multicolor del Rock Ácido, la
vestimenta grandilocuente del Glam Rock, la onda casual y despreocupada de la
música de grandes estadios, la madurez de aquellos que ya tienen su carrera
musical hecha. Ninguna banda se veía más potente en escena que The Who. Pete
Townshend le enseñó a los guitarristas de la era Rrock cómo había que tocar
para ser una mega estrella: con saltos histéricos, girando los brazos como una
hélice, y finalmente destruyendo a golpes su instrumento. El genial Keith Moon
hacía lo mismo con su batería, luego de tocarla como un mono rabioso, la
destruía con un combo de patadas y pirotecnia. Mientras John Entwistle se
mantenía sobrio y ejecutaba el bajo con absolutamente todos los dedos de la
mano que pulsa las cuerdas -algo que prácticamente no vi hacer a casi nadie más-,
Roger Daltrey hacía girar el micrófono sobre su cabeza como quien está por descargar
sobre nuestros lomos un látigo de poder. Y cantaba esta canción con un
tartamudeo nervioso, como tratando de refrenarse por lo que decía, o como no
pudiendo vencer su angustia: “La gente trata de
menospreciarnos, y estoy hablando mi generación, tan solo porque andamos por
ahí. Las cosas que ellos hacen se ven horriblemente frías; espero morirme antes
de llegar a viejo”. A pesar de eso, ésta última y polémica frase es la
única que no sufre de tartamudez; está dicha con perfecta seguridad. Yo también
espero morirme antes de llegar a viejo; yo también siento que soy representante
de una generación que no se condice con la realidad. ¡Feliz Deprimartes!
A mi si me hablan de rock no puedo evitar pensar en ellos y en su diana quadrophenica con los colores de la bandera británica. Qué energía y qué manera de tocar!!
ResponderBorrarEs curiosa la deliciosa arrogancia que muestran cuando, como bien dices son la generación a la que correspondía tomar decisiones, estar solitos. Es maravilloso verlos plantando cara al miedo que pueda dar la libertad.
Te lo comparto, no puedo evitarlo :)
Me encanta la elección y de nuevo la interpretación
Comparta nomás. Muchas gracias por tus palabras, como siempre.
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