Deprimartes tímido:
“La Naturaleza es un lenguaje en sí misma,
¿no puedes leerla?”. Si
hay algo que nos acompaña en esta vida de forma natural, es el miedo. Podemos
decir que el miedo es la primer línea de defensa que tenemos. Desde el momento
en que nos arrojan a este mundo, ese básico reflejo actúa para evitarnos el
dolor y las heridas. La niñez nos ayuda a ir superando cada uno de nuestros
temores a medida que crecemos, pero cuando nos encontramos de bruces con la
adolescencia y empezamos a sentir atracción sexual, el miedo vuelve a alimentarse
de todas nuestras nuevas inseguridades y toma la casi inocente forma de la
timidez: “La timidez es agradable, y la timidez
también puede hacer que nunca hagas todas esas cosas que te gustaría hacer en
la vida. Ser retraído es agradable, y ser retraído también puede hacer que
nunca digas esas cosas que te gustaría decir”. Por más que la timidez
parezca dotarnos de un aura de indefensión casi romántica, suele ser un
calvario para aquellos que en algún momento la padecimos. Casi todo lo que se
hace en nuestros primeros años de juventud tiene como fin maquillar nuestra timidez,
la misma que nos impide disfrutar de quienes nos rodean, por terror al rechazo.
“Así que si hay algo que te gustaría que
intentemos, pídeme que lo haga, pídemelo, pídemelo. No diré que no, ¿cómo
podría negarme?”. Ese
miedo natural que tenemos nos hace pensar que ante cualquier requerimiento que
le hagamos a alguien nos vamos a topar con un rotundo no. Pero, ¿quién dijo que
siempre sería así? Por lo tanto… Ve y besa a esa chica. Lo peor que te puede
pasar es que te den una cachetada. Y la vida ya te ha dado tantas que a esta
altura deberías estar acostumbrado a los rechazos. Di lo que piensas. No tengas
miedo de parecer distinto a los demás por tus convicciones, porque siempre que el
mundo ha mejorado ha sido porque alguien diferente hizo su aparición. Vive todo
lo que quieras vivir. Porque la vida es un accidente que no tiene el más mínimo
sentido, y si es realmente así, ¿qué cosa mejor puede haber que atravesar este
viaje con la capacidad de dibujar una sonrisa en los rostros de quienes nos
rodean? Baila. Porque a pesar de que yo siempre haya odiado hacerlo, sin duda
alguna debe ser mucho más divertido que quedarse inmóvil. Y ríe y sonríe tanto
como te dé la gana, sin necesitar ninguna excusa para hacerlo. Los días vienen
por defecto llenos de pesares y tristezas, y la risa es como una avalancha imparable
que sólo está esperando esa pequeña piedrita que la inicie. En lo que a mí
respecta, la timidez me privó de casi todo eso, y hoy mi vida no es mucho más
que un museo de arrepentimientos. Aunque nunca es tarde para empezar, supongo: “Pasando los días cálidos del verano encerrado en mi
habitación, escribiendo versos atemorizadores a una chica con grandes dientes
que vive en Luxemburgo”.
Estamos ante una muy bella canción de The Smiths, un grupo
del cual suele hablarse mucho. Y es que su importancia fue tal en la década del
’80 que luego de que se separaron, en las Islas Británicas estaban desesperados
por encontrar alguna banda que aunque sea pudiera rozar la enorme cantidad de
talento que tenían estos chicos de Manchester. Por lo tanto, cualquier nueva
aparición prometedora en la escena musical era llamada “la mejor banda desde
The Smiths”. Este título fue aplicado casi por desesperación a una gran
cantidad de músicos, la mayoría de los cuales no les llegaban ni a los talones
a la agrupación liderada por el inclasificable e icónico cantante Morrisey; uno
de los artistas más influyentes de la música independiente. Su voz
inconfundible y su fuerte personalidad en el escenario se complementaban perfectamente
con su capacidad para escribir letras oscuras y existencialistas. Y su
contrapeso en la banda era el muy talentoso guitarrista Johnny Marr, que dotaba
al grupo de un sonido limpio y un tanto retro. Pero esta exitosísima sociedad
artística estaba destinada a estallar: “Pídemelo,
pídemelo, pídemelo. Porque si no es amor, entonces lo que nos mantendrá unidos
será algo que explotará como una bomba”. Curiosamente, tanto Marr como
Morrisey se han profesado un odio acérrimo y sostenido desde la separación de
la banda, lo cual convierte en algo improbable que alguna vez volvamos a ver a
The Smiths en vivo, así que... ¡Feliz Deprimartes!
Es mi post favorito
ResponderBorrarY vos sos mi abogada favorita.
ResponderBorrarmono qué delicia esto!
ResponderBorrarvoy a leer más posts.. a si favoriteo otro
Uh, espero con ansias tu feedback en cualquier otra canción analizada. Esta es la entrada favorita de la amiga Eugenia, tal y como constató con su comentario, jajaja.
Borrar