martes, 5 de febrero de 2019

Capítulo 205: “Raspberry Beret”. Prince. (1985)




Deprimartes sobrecargado:

Si considero que para esta altura ya le he vendido la esencia de mis Deprimartes al Diablo es porque me había perjurado no abarcar la obra de artistas que por una u otra razón me disgustaran profundamente…Y aquí estoy… De ahora en más también me abocaré a la espantosa tarea de escribir sobre músicos que aborrezco, y esto se debe a que a pesar de todo, siempre se logra encontrar algo que nos guste; aún en el corazón de aquello que más detestamos... Hoy me toca escribir sobre Prince. Sí. Odio a Prince. Jamás me cayó bien. Personalmente creo que es un músico sobrevalorado (como muestra permítaseme decir que su tema compuesto para la película Batman me genera lisa y llanamente vergüenza ajena), y para colmo de males su nivel de pedantería siempre me pareció estratosférico. Con sólo mencionar que  este buen señor pretendió que se lo llamara con un símbolo en lugar de su nombre… En fin… Y, lo dicho, aún así se pueden hallar en el repertorio de cualquier artista pequeñas joyas como ésta: “Estaba trabajando en un local de baratijas, y mi jefe era el Señor McGee. Me dijo varias veces que no le gustaban los tipos de mi clase, porque él decía que yo era un poco haragán. Tal parece que ese día yo estaba ocupado haciendo algo muy parecido a la nada misma, pero distinto de lo que había estado haciendo el día anterior; y allí fue que la vi. Oh, sí; vaya que la vi cuando entró por la puerta. Ella tenía puesta una boina color frambuesa, de esas que se encuentran en una tienda de segunda mano. Una boina color frambuesa, y si hiciera calor seguro no llevaría puesto mucho más… Creo que la amo”.

La dudosa calidad de las animaciones, el vestuario estridente, y algunos efectos visuales bastante primitivos hacen que el videoclip de este tema tenga una estética tan recargada de colores que resulta casi agresivo a la vista. Pero se trata de algo buscado. Como ejemplo de esta intencionalidad, aquí tenemos la vestimenta de Prince; que es del mismo color que el fondo sobre el que se sobreimprimen las animaciones. Esto en cualquier otra situación sería considerado un inconveniente técnico, ya que se trata de un error de croma; pero no aquí. Aquí con todo eso se intenta llegar a una estética kitsch, tan propia de la década de los ’80.  El Kitsch como concepto artístico consiste en dejar de lado cualquier tipo de ética en pos de conseguir una estética que le resulte agradable a la mayor cantidad de espectadores. Traducido: es una oda al mal gusto, pero con cierto criterio. Es una mujer gritando; “¡mírenme, soy hermosa!”, cuando en realidad ya es una señora entrada en años y con demasiado maquillaje: “Así como estaba tuvo el coraje de preguntarme si yo planeaba hacerle daño. Así que la senté detrás mío en mi motocicleta y la llevé a dar una vuelta hasta la granja del viejo Johnson. Le dije que los días lluviosos no me excitaban, pero había algo particular en la forma en que las nubes se mezclaban con ella. Ella no parecía ser muy lista, pero puedo decir que cuando me besó me di cuenta de que ella podría conseguir lo que quisiera. La lluvia suena tan bien cuando golpea el techo del granero, mientras los caballos se preguntan quién eres tú. El sonido del trueno ahoga lo que el relámpago deja al descubierto, y tú te sientes como una estrella de película”.

Más allá del rechazo que me genera su imagen, hay que saber darle al César lo que es del César: le reconozco que fue prácticamente el único artista negro que durante los años ochenta no cayó en el cliché de hacer Rap o Hip-hop. Supo fusionar con éxito y mucho criterio el Funk y el Rhythm & Blues con el uso de sintetizadores, y tal vez por eso es que no son pocos los que lo consideran uno de los artistas más influyentes de la historia. De hecho, el que esta canción tuviese un marcado estilo Pop y que contara con un estupendo arreglo de cuerdas hizo que este tema fuera mucho más amigable para el público que aún no conocía a este artista tan excéntrico. Es bien sabido que en sus primeros discos Prince cantaba letras que contenían referencias sexuales muy explícitas, pero en este caso decidió contarnos casi de manera poética un primer encuentro amoroso con la señorita de la boina vistosa: “Dicen que la primera vez no es la mejor, pero te digo que si tuviera la oportunidad de hacerlo todo otra vez no cambiaría ni el más mínimo detalle; porque me siento como el mejor hombre del mundo cuando estoy con una chica así de fina”. Cuando dejamos de ser niños y pasamos a convertirnos en muchachos, todos hemos tenido un encuentro con alguna chica que nos hizo sentir el mejor hombre del mundo y nos dejó preguntándonos para siempre cosas como: “¿Adónde se han ido todas las mujeres color frambuesa?”. ¡Feliz Deprimartes!

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