Deprimartes
sobrecargado:
Si
considero que para esta altura ya le he vendido la esencia de mis Deprimartes
al Diablo es porque me había perjurado no abarcar la obra de artistas que por
una u otra razón me disgustaran profundamente…Y aquí estoy… De ahora en más
también me abocaré a la espantosa tarea de escribir sobre músicos que aborrezco,
y esto se debe a que a pesar de todo, siempre se logra encontrar algo que nos
guste; aún en el corazón de aquello que más detestamos... Hoy me toca escribir sobre
Prince. Sí. Odio a Prince. Jamás me cayó bien. Personalmente creo que es un
músico sobrevalorado (como muestra permítaseme decir que su tema compuesto para
la película Batman me genera lisa y llanamente vergüenza ajena), y para colmo
de males su nivel de pedantería siempre me pareció estratosférico. Con sólo
mencionar que este buen señor pretendió
que se lo llamara con un símbolo en lugar de su nombre… En fin… Y, lo dicho,
aún así se pueden hallar en el repertorio de cualquier artista pequeñas joyas
como ésta: “Estaba trabajando en un local de
baratijas, y mi jefe era el Señor McGee. Me dijo varias veces que no le
gustaban los tipos de mi clase, porque él decía que yo era un poco haragán. Tal
parece que ese día yo estaba ocupado haciendo algo muy parecido a la nada
misma, pero distinto de lo que había estado haciendo el día anterior; y allí
fue que la vi. Oh, sí; vaya que la vi cuando entró por la puerta. Ella tenía
puesta una boina color frambuesa, de esas que se encuentran en una tienda de
segunda mano. Una boina color frambuesa, y si hiciera calor seguro no llevaría
puesto mucho más… Creo que la amo”.
La
dudosa calidad de las animaciones, el vestuario estridente, y algunos efectos visuales
bastante primitivos hacen que el videoclip de este tema tenga una estética tan
recargada de colores que resulta casi agresivo a la vista. Pero se trata de
algo buscado. Como ejemplo de esta intencionalidad, aquí tenemos la vestimenta
de Prince; que es del mismo color que el fondo sobre el que se sobreimprimen
las animaciones. Esto en cualquier otra situación sería considerado un
inconveniente técnico, ya que se trata de un error de croma; pero no aquí. Aquí
con todo eso se intenta llegar a una estética kitsch, tan propia de la década
de los ’80. El Kitsch como concepto
artístico consiste en dejar de lado cualquier tipo de ética en pos de conseguir
una estética que le resulte agradable a la mayor cantidad de espectadores.
Traducido: es una oda al mal gusto, pero con cierto criterio. Es una mujer
gritando; “¡mírenme, soy hermosa!”, cuando en realidad ya es una señora entrada
en años y con demasiado maquillaje: “Así como
estaba tuvo el coraje de preguntarme si yo planeaba hacerle daño. Así que la
senté detrás mío en mi motocicleta y la llevé a dar una vuelta hasta la granja
del viejo Johnson. Le dije que los días lluviosos no me excitaban, pero había
algo particular en la forma en que las nubes se mezclaban con ella. Ella no
parecía ser muy lista, pero puedo decir que cuando me besó me di cuenta de que
ella podría conseguir lo que quisiera. La lluvia suena tan bien cuando golpea
el techo del granero, mientras los caballos se preguntan quién eres tú. El
sonido del trueno ahoga lo que el relámpago deja al descubierto, y tú te
sientes como una estrella de película”.
Más
allá del rechazo que me genera su imagen, hay que saber darle al César lo que
es del César: le reconozco que fue prácticamente el único artista negro que
durante los años ochenta no cayó en el cliché de hacer Rap o Hip-hop. Supo
fusionar con éxito y mucho criterio el Funk y el Rhythm & Blues con el uso
de sintetizadores, y tal vez por eso es que no son pocos los que lo consideran
uno de los artistas más influyentes de la historia. De hecho, el que esta
canción tuviese un marcado estilo Pop y que contara con un estupendo arreglo de
cuerdas hizo que este tema fuera mucho más amigable para el público que aún no
conocía a este artista tan excéntrico. Es bien sabido que en sus primeros
discos Prince cantaba letras que contenían referencias sexuales muy explícitas,
pero en este caso decidió contarnos casi de manera poética un primer encuentro
amoroso con la señorita de la boina vistosa: “Dicen
que la primera vez no es la mejor, pero te digo que si tuviera la oportunidad
de hacerlo todo otra vez no cambiaría ni el más mínimo detalle; porque me
siento como el mejor hombre del mundo cuando estoy con una chica así de fina”.
Cuando dejamos de ser niños y pasamos a convertirnos en muchachos, todos hemos tenido
un encuentro con alguna chica que nos hizo sentir el mejor hombre del mundo y
nos dejó preguntándonos para siempre cosas como: “¿Adónde
se han ido todas las mujeres color frambuesa?”. ¡Feliz Deprimartes!
en fin,viva Prince 🛐🛐
ResponderBorrarPara gustos están los colores. Gracias por tu comentario. Saludos.
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