martes, 12 de febrero de 2019

Capítulo 206: “Be-Bop-A-Lula”. Gene Vincent. (1956)




Deprimartes pionero:

Gene Vincent pertenece a esa primera generación de rockeros que hoy consideramos los adelantados de este género. Fueron los que a mediados de la década del ’50 irrumpieron con un manojo de canciones que se cantaban, se tocaban, y principalmente se bailaban de una forma provocativa. La idea era contagiar todo el tiempo una actitud de rebeldía hacia todo lo que impusiera la sociedad y hacia cualquier imagen de autoridad, especialmente esa que representaba la figura de los padres. Era la época en la que el Rock aún no se llamaba así, sino que tenía un nombre más elaborado. Hoy todos recordamos ese tipo de sonido como Rockabilly: “Bien, pues, ella es la chica con los jeans rojos, ella es la Reina de las adolescentes. Ella es la chica que sé que me ama como sólo ella sabe”. Como recordatorio de que tanto el Jazz, el Blues y el Country estuvieron entre los componentes de su origen, en el Rockabilly aún reina el contrabajo. El bajo eléctrico no sería adoptado plenamente sino hasta un par de años después. La batería raramente tenía más de dos tambores, y también es interesante notar cómo el arte del solo de guitarra apenas sí se estaba desarrollando. Con un sonido crudo ya que los pedales de efectos aún eran prácticamente inexistentes, el guitarrista principal, generalmente un sesionista que venía del complejo mundo jazzero; encontraba particularmente difícil adaptarse a la sencillez de este nuevo ritmo.

Otro rasgo particular de esta era primigenia del Rock es que por lo general las letras no dicen prácticamente nada importante. Casi siempre están orientadas a describir superficialmente la algarabía adolescente y la atracción sexual que pudiera provocar una eventual pareja de baile: “Ella es Be-bop-a-Lula, ella es mi nena. Be-bop-a-Lula, y no quiero dejar dudas al respecto. Be-bop-a-Lula, ella es mi muñequita. ¡A rockear!”.

Pero había otra cosa que las estrellas del Rockabilly tenían en común. Los perseguía la tragedia. Si bien Gene Vincent no vivió mucho (murió a los 36 años víctima de una úlcera de estómago), estuvo en este mundo lo suficiente como para ver cómo la misma música que lo llevó al éxito también desaparecía gracias a las desgracias sufridas por quienes integraron esa primera avanzada del Rock. El propio Vincent viajaba en el mismo auto en el que se mató Eddie Cochran, y también era amigo personal de Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper, los que perdieron la vida cuando su avión se estrelló en el incidente conocido como “El día que murió la música”. También vio cómo Carl Perkins se alejaba de los escenarios en la cima de su éxito al terminar internado con una fractura de cráneo luego de otro accidente de autos, y vio cómo a Elvis se lo llevaba el ejército, cómo Jerry Lee Lewis perdía su carrera por estar casado con su primita de 13 años, cómo se apagaba la luminaria de Bill Halley debido a sus problemas con el alcohol, cómo Johnny Burnette moría ahogado, y cómo Chuck Berry terminaba en prisión. Ninguno de ellos –salvo Elvis- pudo perdurar más allá del cambio de década. Era como si un destino oscuro les estuviera reservado a aquellos que quisieron rebelarse contra lo establecido. “Bien, ella es la que ahora tiene todo el ritmo, ella es la mujer con los pies que vuelan. Ella es la que camina por la tienda y consigue todo lo que quiere”. Al menos, antes de desaparecer, pudieron ver cómo todo lo que hicieron ayudó a poner en movimiento algo mucho mayor que ellos mismos. Nada más ni nada menos que la Cultura Rock. ¡Feliz Deprimartes!

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