martes, 3 de diciembre de 2019

Capítulo 248: “Jeremy”. Pearl Jam. (1992)





Deprimartes suicidado:

Jeremy Delle tenía quince años cuando cursaba su segundo año de estudios en una escuela de Texas. Siendo el típico chico tímido y retraído con el que cualquier bravucón se hubiera metido sólo por deporte, era conocido entre sus compañeros por ser muy callado y verse siempre triste. Una mañana a comienzos de 1991 pidió pasar al frente de su clase como quien fuera a dar una lección, pero en lugar de eso él tan sólo se colocó un revólver en la boca y disparó. Un disparo, y luego no hubo nada más. Nadie pudo presentirlo ni adivinarlo. El niño introvertido al que todos molestaban decidió dejarle grabado en las retinas un último recuerdo a un grupo al que sentía que no pertenecía. Y muy lejos de allí, el cantante Eddie Vedder leyó la noticia en un tabloide y luego de escribir esta canción dijo: “Te suicidas como si quisieras hacer un  gran sacrificio para así lograr tu venganza hacia los demás, y lo único que logras es ser un pequeño párrafo en un periódico. Nada cambia, tú te has ido y el mundo sigue girando”. Pero la verdad es que somos lo que ese mundo lleno de extraños atemorizantes nos permite ser. “El infierno son los otros” decía Jean-Paul Sartre, y parece que tenía razón: “En su casa dibuja montañas con él parado en la cima mientras brilla un sol amarillo limón. Está alzando sus brazos en ‘V’ y debajo de él los muertos están tirados en charcos de color rojo oscuro. Papá no le prestó atención al hecho de que a Mamá el chico no le importaba. El Rey Jeremy el Malvado regía su propio mundo. Jeremy habló frente a toda la clase hoy”. 

Le tomó mucho tiempo –tal vez demasiado- al sistema educativo de América del Norte el darse cuenta de que aquellos alumnos que deciden emprenderla a tiros contra sus compañeros son en su mayoría niños víctima de “bullying”. Durante décadas las autoridades hicieron la vista gorda ante esa práctica tan barbárica como antigua, ya que se consideraba que las rencillas en que uno o varios matones atacan a otros niños menos validos son experiencias que simplemente forman el carácter. Me es inconcebible cómo para un niño puede resultar algo constructivo el ser maltratado continuamente por sus pares, y más aún si se trata de individuos frágiles y con el alma carcomida por las inseguridades: “Papá no le dio afecto y el niño terminó siendo algo de lo que su madre no estaría orgullosa. El Rey Jeremy el Malvado regía su propio mundo”. Si a este infierno cotidiano le sumamos la idea de unos padres ausentes, está servido el caldo de cultivo para los pensamientos más oscuros que pueda arropar una mente inocente; la mente de un niño que siente con un dolor gigantesco que no pertenece a ningún lado…

Pero no siempre el bravucón sale de sus correrías libre de daño. La culpa tiene la particularidad de ser un juez del que es imposible escapar, y aquí Eddie Vedder habla desde la otra vereda cuando recuerda haberse comportado de manera abusiva con un chico en sus años de escuela, a quien también toma como ejemplo en esta canción; como si quisiera hacer catársis con el oyente: “Recuerdo claramente haber molestado a ese chico, parecía un imbécil inofensivo; pero nosotros desatamos el león. Rechinó sus dientes y mordió el pecho de una chica en el recreo, cómo podría olvidarlo. Entonces me golpeó con un zurdazo tan sorpresivo que me dejó la mandíbula adolorida y totalmente dislocada, justo como ese otro día; ese día del que escuché hablar”. Pearl Jam, la banda liderada por Vedder, es otro de los nombres rutilantes de ese corto pero poderoso movimiento dentro del Rock llamado Grunge; inmortalizado por bandas como Nirvana, Alice In Chains, y Soundgarden. Y esta es una de sus canciones emblemáticas, un tema musical ideal para que la garganta se desgarre desplegando los gritos viscerales que tanto caracterizaron al sonido de Seattle; esos llantos de un dolor profundo que nacen de la desesperanza ante un mundo al cual nada le importamos: “Intenten olvidar esto, intenten borrar esto del pizarrón”. Imposible olvidar. Lo hecho, hecho está... ¡Feliz Deprimartes!

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