martes, 5 de enero de 2021

Capítulo 256: “Apocalypse”. Cigarettes After Sex. (2017)

 



Deprimartes apocalíptico:

 

“Saltaste desde puentes que se derrumbaban mientras observabas como la ciudad se convertía en polvo. Ibas filmando helicópteros que se estrellaban en el océano desde lo alto”. A través de la letra nos persiguen unas imágenes oníricas en las que dos almas se encuentran y desencuentran en diversos escenarios. Es como si la desventura diera saltos entre distintos sueños confusos, dejando tras de sí un rastro sin significado aparente. ¿Quién no se despertó de un sobresalto y se trabó de inmediato en una llave de lucha grecorromana con su propio cerebro, intentando que éste confiese esos sueños que ocurrieron hace instantes y que se hunden rápidamente en el olvido?

 

Mi experiencia es bastante particular con esta clase de canciones, ya que me conducen a un lugar de una hermosa melancolía que siempre me invita al dulce desahogo del llanto. Es un estadío en el cual las lágrimas simplemente brotan. No es tristeza en sí misma, es una sensación de disfrute por el simple hecho de estar experimentando un sentimiento puro y verdadero. Es un alivio para el alma sobrecargada de frustraciones. Y sé que en las profundidades más oscuras de nuestro ser algo sonríe tiernamente cuando reconoce que a alguien más le afectan de manera similar este tipo de melodías: “Tienes la música dentro tuyo, nena, dime por qué. Has estado encerrada aquí adentro desde siempre y simplemente no sabes cómo decir adiós”.

 

“Besos en la frente de amantes envueltos en tus brazos. Los has estado escondiendo en pianos vacíos abandonados en la oscuridad”. Hacia fines del último siglo comenzó a abrirse paso en el bajomundo artístico un subgénero del Rock que nació como respuesta al ruidoso Grunge de principio de los años ’90. Es conocido por nombres como Sadcore, Slowcore, o hasta Dream Pop, y su particularidad reside en tocar música de un carácter etéreo, envolvente, frágil, y a un volumen relativamente bajo. Las letras de sus canciones siempre son oscuras, hablando mayormente de tristeza y desesperanza. Si bien como producto pareciera no ser aconsejable para nadie, hoy día sus cultores se cuentan por millones. Y es que en todo este tiempo el mundo no ha hecho mucho más que llenarse de gente frustrada y deprimida, personas que contemplan el amor con la misma fascinación con que observan estallar una bomba que podría terminar con todo: “Tus labios y mis labios. Apocalipsis”. En esta línea es que Greg González, un músico originario de Texas, conformó junto a unos compañeros de estudio el grupo Cigarettes After Sex. Otros importantes nombres dentro del Sadcore son Beach House, Bedhead, y por supuesto, Lana Del Rey.

 

“Metámonos a hurtadillas por los ríos mientras la inundación te llega a las rodillas. Oh, por favor, ven y acéchame. Yo sé que me quieres, ven y acéchame”. Me han señalado que me gusta que me persigan. ¿Y a quién no? Tenemos ese jueguecito inocente incrustado en nuestros genes. ¿O acaso el juego favorito de los niños menores de cinco años no es dejarse perseguir por quienes los cuidan? Así es entonces cómo mi niño interior decide salir a jugar un rato, con una emoción que se asemeja sospechosamente a la felicidad. Luego quedará en debate qué tipo de personas son las que me persiguen, algo que en más de una ocasión me ha traído severos problemas emocionales. Pero, ¿quién me quita lo bailado? O lo perseguido, debería decir. Al menos por un rato me sentí vivo. Al menos por un rato volví a ser un niño: “Compartiendo todos los secretos con el otro desde que éramos niños”.

 

“Durmiendo profundamente mientras aprietas en el puño el medallón que ella te dio”. El sadcore es un género tan reciente como especial. Nacido para maridar los gustos de la generación de Millenials bajo cuya influencia aparecieron fenómenos como el hikikomori o aislamiento social agudo, ahora hacía falta que artistas depresivos hicieran música depresiva para gente depresiva. No me es difícil imaginarme una fiesta donde sólo se pase éste tipo de música, en un ambiente iluminado con lámparas de lava y con enormes futones donde todos pudieran ir a recostarse y deprimirse en conjunto. Definitivamente iría a una fiesta así, y escucharía complacido una canción cuya letra me haga saber que no estoy tan solo: “Oh, cuando estés completamente sola, voy a alcanzarte. Cuando te sientas deprimida, yo también estaré ahí contigo”. ¡Feliz Deprimartes!


https://www.youtube.com/watch?v=-mnH9-SX2Tg




3 comentarios:

  1. Hay un momento en la noche, corrección, en la madrugada profunda, cuando todavía está oscuro y la presencia del sol apenas empieza a sentirse en el aire.
    Son momentos como ése los ideales para escuchar Cigarettes after Sex, banda que conjuga la distorsión envolvente del shoegaze, la wallsound ambiental del Dream Pop (subgénero ochentoso que pasó sin pena ni gloria, más allá del modesto éxito de los Cocteau Twins, sepultado bajo la estridencia de movidas que acapararon la atención del público y la prensa especializada) y el minimalismo lowfi.

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    1. Tal como describo en el post, sin duda alguna iría a una reunión a esas horas en la cual la música fuera de este género. La pared de sonido de este subgénero es hipnótica. Saludos, amigo.

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  2. Esta canción revive como un recuerdo, lo que siento por esa persona…

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