Deprimartes apocalíptico:
“Saltaste desde puentes que se derrumbaban mientras observabas
como la ciudad se convertía en polvo. Ibas filmando helicópteros que se
estrellaban en el océano desde lo alto”. A través de la letra nos persiguen unas imágenes oníricas
en las que dos almas se encuentran y desencuentran en diversos escenarios. Es
como si la desventura diera saltos entre distintos sueños confusos, dejando
tras de sí un rastro sin significado aparente. ¿Quién no se despertó de un
sobresalto y se trabó de inmediato en una llave de lucha grecorromana con su
propio cerebro, intentando que éste confiese esos sueños que ocurrieron hace
instantes y que se hunden rápidamente en el olvido?
Mi
experiencia es bastante particular con esta clase de canciones, ya que me
conducen a un lugar de una hermosa melancolía que siempre me invita al dulce desahogo
del llanto. Es un estadío en el cual las lágrimas simplemente brotan. No es
tristeza en sí misma, es una sensación de disfrute por el simple hecho de estar
experimentando un sentimiento puro y verdadero. Es un alivio para el alma
sobrecargada de frustraciones. Y sé que en las profundidades más oscuras de
nuestro ser algo sonríe tiernamente cuando reconoce que a alguien más le
afectan de manera similar este tipo de melodías: “Tienes
la música dentro tuyo, nena, dime por qué. Has estado encerrada aquí adentro
desde siempre y simplemente no sabes cómo decir adiós”.
“Besos en la frente de amantes envueltos en tus brazos. Los has
estado escondiendo en pianos vacíos abandonados en la oscuridad”. Hacia fines del último siglo
comenzó a abrirse paso en el bajomundo artístico un subgénero del Rock que
nació como respuesta al ruidoso Grunge de principio de los años ’90. Es conocido
por nombres como Sadcore, Slowcore, o hasta Dream Pop, y su particularidad reside
en tocar música de un carácter etéreo, envolvente, frágil, y a un volumen
relativamente bajo. Las letras de sus canciones siempre son oscuras, hablando
mayormente de tristeza y desesperanza. Si bien como producto pareciera no ser
aconsejable para nadie, hoy día sus cultores se cuentan por millones. Y es que
en todo este tiempo el mundo no ha hecho mucho más que llenarse de gente
frustrada y deprimida, personas que contemplan el amor con la misma fascinación
con que observan estallar una bomba que podría terminar con todo: “Tus labios y mis labios. Apocalipsis”. En esta
línea es que Greg González, un músico originario de Texas, conformó junto a
unos compañeros de estudio el grupo Cigarettes After Sex. Otros importantes nombres
dentro del Sadcore son Beach House, Bedhead, y por supuesto, Lana Del Rey.
“Metámonos a hurtadillas por los ríos mientras la inundación te
llega a las rodillas. Oh, por favor, ven y acéchame. Yo sé que me quieres, ven
y acéchame”. Me han
señalado que me gusta que me persigan. ¿Y a quién no? Tenemos ese jueguecito
inocente incrustado en nuestros genes. ¿O acaso el juego favorito de los niños
menores de cinco años no es dejarse perseguir por quienes los cuidan? Así es
entonces cómo mi niño interior decide salir a jugar un rato, con una emoción
que se asemeja sospechosamente a la felicidad. Luego quedará en debate qué tipo
de personas son las que me persiguen, algo que en más de una ocasión me ha
traído severos problemas emocionales. Pero, ¿quién me quita lo bailado? O lo
perseguido, debería decir. Al menos por un rato me sentí vivo. Al menos por un
rato volví a ser un niño: “Compartiendo todos los
secretos con el otro desde que éramos niños”.
“Durmiendo profundamente mientras aprietas en el puño el medallón
que ella te dio”. El
sadcore es un género tan reciente como especial. Nacido para maridar los gustos
de la generación de Millenials bajo cuya influencia aparecieron fenómenos como
el hikikomori o aislamiento social agudo, ahora hacía falta que artistas
depresivos hicieran música depresiva para gente depresiva. No me es difícil
imaginarme una fiesta donde sólo se pase éste tipo de música, en un ambiente
iluminado con lámparas de lava y con enormes futones donde todos pudieran ir a
recostarse y deprimirse en conjunto. Definitivamente iría a una fiesta así, y
escucharía complacido una canción cuya letra me haga saber que no estoy tan
solo: “Oh, cuando estés completamente sola, voy a
alcanzarte. Cuando te sientas deprimida, yo también estaré ahí contigo”. ¡Feliz
Deprimartes!
https://www.youtube.com/watch?v=-mnH9-SX2Tg
Hay un momento en la noche, corrección, en la madrugada profunda, cuando todavía está oscuro y la presencia del sol apenas empieza a sentirse en el aire.
ResponderBorrarSon momentos como ése los ideales para escuchar Cigarettes after Sex, banda que conjuga la distorsión envolvente del shoegaze, la wallsound ambiental del Dream Pop (subgénero ochentoso que pasó sin pena ni gloria, más allá del modesto éxito de los Cocteau Twins, sepultado bajo la estridencia de movidas que acapararon la atención del público y la prensa especializada) y el minimalismo lowfi.
Tal como describo en el post, sin duda alguna iría a una reunión a esas horas en la cual la música fuera de este género. La pared de sonido de este subgénero es hipnótica. Saludos, amigo.
BorrarEsta canción revive como un recuerdo, lo que siento por esa persona…
ResponderBorrar