martes, 20 de abril de 2021

Capítulo 271: “Be My Baby”. The Ronettes. (1963)

 



Deprimartes homicida:

 

Phil Spector fue tal vez el productor de mayor renombre en la historia del Rock. No sólo era tremendamente creativo en el estudio de grabación, sino que le ha dejado al mundo una creación suya llamada “muro de sonido”; que consiste en sobregrabar una y otra vez cada instrumento sobre sí mismo hasta lograr que se escuche como si se tratara de varios instrumentos a la vez. Allí donde se había registrado una guitarra, el oyente avezado escuchaba varias capas superpuestas de hasta una decena de guitarras; logrando que la densidad del sonido recordase a la de una orquesta sinfónica. Esta técnica le otorgó una posición de mucho prestigio en el nuevo ambiente rockero de principios de los años ’60, y en poco tiempo pasó a convertirse en el productor estrella al cual los artistas más famosos buscaban para que les garantizara un éxito. Antes de cumplir 25 años varias de las canciones que él había producido lograron alcanzar los topes de las listas, y su fama era tal que terminó siendo el responsable del último álbum de The Beatles, “Let It Be”, y de los discos solistas más exitosos de John Lennon y George Harrison. En su carrera llegó a producir a artistas de la talla de The Righteous Brothers, Ike & Tina Turner, The Ramones, y Leonard Cohen; y a pesar del éxito algunos de estos músicos ya daban cuenta de lo problemático que era el señor Spector en la sala de grabación. Su genialidad detrás de una consola de sonido se veía opacada por sus tremendos arrebatos de ira, sumados al hecho de que era conocido por portar legalmente un arma de fuego; la cual siempre llevaba encima. Tal vez por eso a nadie le sorprendió que sus últimos doce años de vida los terminara en una cárcel, cumpliendo condena por haber matado de un disparo en su casa a una actriz casi desconocida con la que se vio envuelto amorosamente por esa única noche: “La noche en que nos conocimos me di cuenta de lo mucho que te necesitaba. Y si tan sólo tuviera la oportunidad, te aseguro que jamás te dejaría ir. Así que por favor di que me amas, prometo hacer que te sientas orgulloso de mí. Haremos que todos se den vuelta a mirarnos allí donde vayamos”.

 

Por su parte, Veronica Bennett había conformado a The Ronettes junto con su hermana y una prima. Eran un muy buen trío vocal de chicas afroamericanas, algo que estaba de moda por esos años; y tal vez por eso mismo se les hacía dificultoso alcanzar el éxito. Hasta que conocieron a Phil Spector, quien escribió esta canción para que ellas la grabaran; y eso las llevó a la fama de manera instantánea. La suerte parecía sonreírle al trío: no sólo acompañaron como teloneras a The Beatles en una gira, sino que Veronica se casó con el excéntrico Phil y tomó el nombre artístico de Ronnie Spector. De allí en más, todo fue una pesadilla. Tal vez por algún enfermizo sentimiento de posesión, el productor se negaba a editar la mayoría de las canciones que ellas grababan. De hecho, The Ronettes son uno de los poquísimos ejemplos de una banda exitosa que han editado un único álbum en toda su carrera. Tan sólo un álbum y nada más. Phil parecía querer que el público apreciara el talento de las chicas sólo en cuentagotas, pero en realidad tenía miedo de que Ronnie lo dejara algún día si su fama crecía; así que las boicoteaba todo el tiempo y apenas sacaba a la luz algunos pocos singles del grupo. Luego de unos años de sentirse como una prisionera en una jaula dorada, Ronnie finalmente le pidió el divorcio; el hartazgo le había ganado al amor que alguna vez sintió: “Así que por favor, sé mi amor. Sé mi amorcito, mi único amor. Di que serás mi amado. Sé mi amor ahora”.

 

Otro rasgo que ilustra la psicopatía del señor Spector es que su encono hacia The Ronettes empeoró con el paso del tiempo, y aún en el nuevo siglo se dedicó a continuar saboteando la imagen del grupo. Incluso utilizó sus influencias en el mundo de la música para impedirles durante años entrar en el Salón de la Fama del Rock, y esto último recién pudo darse merecidamente cuando Phil cayó en desgracia y terminó en la cárcel. A pesar de todo, a veces la vida nos regala un final feliz: “Te haré tan feliz, mi amor; ya lo verás. Por cada beso que me des yo te daré tres. Oh, desde el día en que te vi he estado esperándote. Sabes que te adoraré hasta el fin de los tiempos”. Más allá de todas las polémicas, hay que reconocer que los arreglos en la producción en este tema son legendarios. El muro de sonido de Spector encuentra aquí a uno de sus ejemplos más emblemáticos, logrando que esta canción sea considerada como una de las más influyentes de la historia. ¡Feliz Deprimartes!

 

https://www.youtube.com/watch?v=-ncGsjyl8jg





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