martes, 27 de abril de 2021

Capítulo 272: “Army Of Me”. Björk. (1995)

 



Deprimartes vanguardista:

 

Björk no sólo fue la primer noticia musical que el mundo civilizado tuvo de Islandia (¿quién iba a creer que existía gente en esa islita llena de géiseres y volcanes?), sino que fue una muy buena noticia. Una mirada artística muy fresca desde un país exótico, con un sonido que en un principio fue muy innovador y apto para todos los oídos. Con el tiempo su condición de novedad ya no le sirvió para ocultar su tremendo ego, el que la ha llevado a realizar cualquier cosa con tal de ser considerada únicamente como una artista de vanguardia. Pero al momento de llegar a la fama, esta niña lo hizo con su buena porción de problemas a cuestas, como todo el mundo; y algunos de esos inconvenientes tenían la forma de un familiar con adicciones: “Levántate, tienes que valerte por ti mismo. Ya no voy a ponerme de tu lado nunca más”. Esta canción fue escrita por la artista como una advertencia hacia su hermano, quien no lograba superar sus adicción a las drogas y se la pasaba tirado en la cama todo el día. A través de la letra adivinamos que Björk se deja ganar por la desidia, seguramente devenida del rol de madre que ha tenido que ejercer, y que ya no quiere seguir llevando adelante. Obviamente, todo esto era un lastre para su incipiente carrera: “Y si escucho una sola queja más de tu parte, entonces me convertiré en un ejército que marche en tu contra”.

 

Agradezco a todas las deidades, en caso de que exista alguna, por no ser una persona con tendencia a las adicciones. A ninguna de ellas. Cualquier cosa que hubiera ganado un protagonismo furibundo en algún momento de mi vida nunca se transformó en algo sin lo cual no podría vivir. Pero sí pude ver en primera persona lo que este tipo de inconvenientes puede hacerle a alguien. Tuve la oportunidad de trabajar durante muchos años bajo las órdenes de un jefe quien, de la noche a la mañana, se volvió ludópata. Fue increíble ver el cambio tan radical que sufrió este hombre, y si bien nunca había sido un ejemplo a seguir ahora simplemente desaparecía de su lugar de trabajo durante días enteros. El dueño de la empresa –quien a la postre, también era su padre- debía perder horas y horas haciendo un raid por distintos casinos y salas de apuestas hasta dar con el paradero del pobre imbécil de su hijo. Supongo que su padre quería encontrarlo para decirle algo como esto: “Estás bien, no hay nada malo contigo. Empieza a ser autosuficiente, por favor; y ponte a trabajar”.

 

Siempre me resultó curioso el hecho de que existan artistas que no parecen comprender cómo funciona la mecánica de cualquier vanguardia: una vanguardia puede considerarse como tal sólo cuando el resto del campo al que pertenece le termina acompañando en su nuevo rumbo. Siempre aparecen experimentos que intentan llamar la atención del statu quo, pretendiendo mover las fronteras de lo establecido para encontrar otros ámbitos en los cuales expresarse. Pero la vanguardia cumple su cometido recién cuando termina por  transformarse en parte integral de aquello mismo que intentó cambiar. Por lo tanto siempre me han resultando muy poco auténticas esas personas que constantemente generan cosas híper novedosas, como si quisieran marcar una nueva tendencia todo el tiempo. A estos seres parece que les repele todo lo ya aceptado, y quizás es por eso que suelen creerse especiales. La pedantería es un mal común entre estos personajes, y es normal para ellos revelarnos cada producción suya con la misma épica que debió haber usado Moisés cuando le mostró las Tablas de la Ley al pueblo hebreo. Con exactamente la misma petulancia. Es por eso que desde hace mucho tiempo detesto a Björk. Salvo por su hit “It’s Oh So Quiet” en el cual coqueteaba con el sonido de una banda de Jazz, jamás volvió a hacer algo que no pareciera un bodrio industrial incomprensible; y en más de una ocasión se las ingenió para aburrir y/o hacer el ridículo mientras se daba ínfulas de artista conceptual, título que claramente le queda un poco grande. Aún así, es bueno que de tanto en tanto aparezca algo tan raro como el rostro de esta islandesita: “Ahora estás por tu cuenta, nosotros no vamos a salvarte. El escuadrón que venía a tu rescate ya está demasiado cansado”. Es inevitable reparar en el videoclip de esta canción, considerado como una obra maestra y dirigido por el talentoso francés Michel Grondy; quien no sólo fue responsable de algunos de los videos más recordados de artistas como Radiohead, The Rolling Stones, The White Stripes, Beck, The Chemical Brothers y Paul McCartney, sino que llegó a dirigir esa maravillosa película llamada “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”. Cada imagen y metáfora utilizada en el videoclip está tan bien lograda que aún hoy es considerado uno de los mejores que se han realizado. ¡Feliz Deprimartes!

 

 https://www.youtube.com/watch?v=jPeheoBa2_Y





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