Deprimartes sepia:
“Todos los niños de Dios necesitan zapatos
para viajar y así sacarse sus problemas de encima. Toda la gente buena lee
buenos libros y por eso tienen la conciencia clara. Te escucho hablar, niña;
ahora tu conciencia está clara”.
Si ya es difícil establecer claramente los orígenes de Freddie Mercury (nacido
en África, de padres hindúes con religión persa y devenido en ciudadano
británico), más difícil todavía es describir la extraña mezcla familiar que
trae consigo la cantante Tanita Tikaram. Si bien se radicó desde muy joven en
Londres, nació en Alemania; siendo hija de madre indonesia y teniendo como
padre a un militar oriundo de las Islas Fiji. Imposible tener un aire más
exótico como para hacer música en la capital inglesa. Su semblante de rasgos
inclasificables y su timbre de voz grave de seguro le abrieron algunas puertas
en el ambiente musical, logrando que su primer álbum tuviera un gran éxito
antes de que esta niña cumpliera los veinte años. Y de ese álbum se desprende esta
canción con una letra tan hermética que a simple vista pareciera tan sólo una
colección de letanías sin sentido: “En la mañana
cuando me limpio las cejas, con eso también me saco de encima las millas que he
recorrido. Me encanta pensar que puedo ser tan deseada y aún así nunca hacer lo
que digas. Nunca te escucho, así que nunca haré lo que dices”.
Si esta canción tiene un acierto, es la inclusión de un
oboe en el estribillo. El ataque suave de este instrumento de viento es lo que
indudablemente ha convertido a este tema en un reconocible clásico. El solo del
oboe en medio de la canción nos permite apreciar su tono dulce e hipnótico, lo
cual refuerza el aire poético de la letra: “Mira
mis ojos, son sólo dos hologramas. Mira cómo tu amor me ha enrojecido las
manos. Y de mis manos nunca obtendrás más que quebrantos en mi sobriedad”.
Es una pena que la participación de este instrumento en la historia del Rock sea
casi inexistente. Podemos escuchar su repiquetear incesante cada vez que vemos
despertar a Bill Murray el mismo dos de febrero eterno en “El día de la Marmota”,
mientras suena en el radiorreloj la melodía de “I Got You Babe” de Sonny &
Cher. Y también su sonido se encarga de sumergirnos en una atmósfera
melancólica en el tema “For All We Know” de Carpenters, dejándonos listos para
que nos arrebate la maravillosa voz de Karen Carpenter, tal vez la más hermosa
voz de todos los tiempos. Pero poco más se escucha de él en las primeras planas
del Rock. Una verdadera lástima.
“Somos de los que nos burlamos de la gente
que se divierte por las noches. Porque por las noches no es necesaria la
hostilidad, tan sólo una sonrisa tímida y una pausa para liberarse”. El videoclip de este tema está filmado
en la altiplanicie boliviana. Aquí podemos ver retratada a la gente olvidada de
estos recónditos lugares y a las pequeñas luchas que enfrentan diariamente. Los
adultos se ven con un gesto áspero, como si les resultara casi inalcanzable la
felicidad en ese páramo reseco que llaman hogar. Por otro lado, vemos a los
niños y a los pocos sueños con los que acostumbran jugar. Sus risas efímeras aparecen
enmarcadas por unas correrías inertes, moneda corriente en esa niñez que parece
que durará poco y que le dará paso a una vida adulta con su rutina de
acostumbrarse a que la realidad se construye sobre frustraciones. ¿Qué pensará
la gente que vive en un lugar tan remoto? ¿Cómo imaginará su futuro, si es que
lo hace?: “No me preocupa la gente que piensa
diferente, porque los pensamientos diferentes son buenos para mí”. Han
pasado ya varias décadas desde la filmación de este video y al mirarlo me es
imposible no preguntarme qué habrá sido de esos niños. ¿Qué tan duro los habrá
golpeado la vida? ¿Habrán sabido ser felices con lo poco o mucho que lograron? Porque
ahora los conozco y ya no puedo olvidarlos. Tal vez esa era la idea del video. Tengo
la sensación de que siempre me acompañará la imagen de esa niña que vuela
mientras se balancea colgándose de una rama, observando una vaca que bebe del
lago. ¿Qué habrá sido de ella? ¿Habrá vuelto a ser tan feliz como en ese
instante mágico en que sus pies se despegaban del suelo?: “Con sus brazos levantados y con su castidad, los buenos
niños de Dios ya han pagado su boleto de entrada al Cielo”.
Si hay un recurso visual simple que puede volvernos
evocativos, ese es el uso del color sepia. Este color se obtiene desde tiempos inmemoriales
de la tinta de un pequeño calamar llamado jibia o sepia, de ahí su nombre, y es
una tonalidad de rojo muy suave; casi marrón. Básicamente, es el color de las
fotografías antiguas. Y este videoclip está íntegramente filmado en ese color,
lo cual confiere a las imágenes un aura atemporal; como si fueran un testimonio
de una realidad que no cambia con el paso del tiempo. Es imposible ver este
video y no tratar de imaginarse desde cuándo esa gente lleva el mismo tren de
vida tan rústico: “Tómate un momento para beber una
taza de té, sí; tómate un tiempo para arriesgarte un poco en la vida. Porque
aunque seas dulce y buenmozo o más bien estés gordo, tendrás que ponerte a
escarbar hasta que veas la luz”. Sí, sin dudas esta letra no pareciera
tener mucho sentido. Y la bondadosa señora Tikaram se ha resistido siempre a
aclarar su significado. Lo único que ha dicho al respecto es que intentó hablar
de lo aislada e incomprendida que se sintió mientras su adolescencia se
transformaba en juventud. Tal vez lo enigmático de la letra de esta canción no
sea un mero ejercicio poético, sino un reconocimiento de que hay sentimientos
que no pueden ser correctamente descriptos con simples palabras de humanos. Los
sentimientos son inasibles como el viento, y la forma en que los verbalizamos a
veces son sólo aproximaciones vergonzosas a lo que realmente nuestro corazón le
grita al mundo: “La mitad de la gente lee los
diarios, y los lee con todo detenimiento. Gente bonita, gente nerviosa; gente
que tiene cosas para vender. Noticias para vender”. ¡Feliz Deprimartes!
Excelente artículo, cautivador y reflexivo , en mi caso siempre atrapado en la mirada penetrante, melancólica y casi sin luz de la autora, que alumbra mis sueños desde hace decadas
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