martes, 30 de julio de 2019

Capítulo 230: “Don’t You Want Me”. The Human League. (1981)




Deprimartes antagonista:

Para finales de la década del ’70 ya la Música Disco comenzaba a dar señales de hartar a su público. Comportándose como un verdadero fenómeno de marketing, el éxito arrollador de este movimiento hizo que el mercado musical se inundara de productos casi fabricados en serie. Todo sonaba igual. Y así fue que por primera vez en la historia comenzaron a darse manifestaciones públicas contra un subgénero del Rock, con quema de discos y disturbios incluidos. Era imprescindible que llegara algo nuevo, algo que sonara distinto. Y ese sonido diferente emanaba de los teclados de los sintetizadores de bandas como The Human League. La agrupación del vocalista Philip Oakey hizo estallar los rankings con un éxito en el que predomina una pregunta sin respuesta: “¿Ya no me quieres? Sabes que no creí cuando escuché que no querías verme. ¿Ya no me quieres? Sabes que no te creo cuando dices que ya no me necesitas. Ya es tarde para darse cuenta.  Tú dices que has cambiado de parecer, pero mejor cámbialo de vuelta o ambos lo vamos a lamentar”. Esta canción con un estribillo tan potente se convirtió en la piedra basal y punto de partida de lo que se dio por llamar la Segunda Invasión Inglesa. A medidados de 1982 la reciente cadena televisiva MTV se encontró con que en EE.UU. aún no había suficientes videos de calidad como para llenar su programación. Y hete aquí que del otro lado del Atlántico desde hacía unos pocos años sí se había desarrollado la interesante costumbre de filmar un videoclip para los temas de éxito de una banda. Así que el gigante americano volvió a tornar sus oídos hacia las Islas Británicas, como había hecho dos décadas atrás. Y lo que comenzó a llegar desde Europa era increíble. Un Synth Pop que ya había dado sus primeros y seguros pasos observando el ejemplo alemán de Kraftwerk, ahora tenía un público cautivo y su música contaba con una producción en su punto justo de maduración. A raudales inundaron los televisores yanquis bandas como Depeche Mode, Soft Cell, Spandau Ballet, A Flock Of Seagulls, Gary Numan, Adam And The Ants, Culture Club, Eurythmics y los que terminaron aprovechando al máximo la increíbles ventajas del formato videoclip: Duran Duran. Todos ellos sentaron las bases de la música que se escucharía hasta el fin de la década.

Si hay algo interesante en esta letra, es que al igual que en el tema de Gotye “Somebody That I Used To Know”, aquí se ofrecen dos puntos de vista distintos. La regla general de una canción en la Era Rock es que su letra se trate siempre de un monólogo. Es un único personaje el que canta, y aún esto se suele mantener en aquellas canciones que tienen más de una voz cantante. Lo que se nos cuenta en la letra suele ser un ventana hacia una única verdad, la del narrador; y es totalmente indistinto si existe alguien en la escena relatada que piense diferente. Bueno, ésta es una de esas excepciones: “Trabajabas como camarera en un bar de cócteles cuando te conocí. Te elegí, te estremecí y te di vuelta de arriba abajo. Te convertí en alguien completamente nuevo. Y ahora, cinco años después, tienes el mundo a tus pies. El éxito te ha resultado algo muy fácil. Pero no te olvides que fui yo quien te puso en donde estás ahora, y también puedo hacer que vuelvas adónde te encontré”. Aquí se nos presenta a un amante despechado que refunfuña porque ahora se ve rechazado por una mujer a la que él mismo ayudó a llegar a una cierta posición de poder. Lo natural es que demos por sobreentendido que lo que nos cuenta es literal y no tenemos datos que nos hagan dudar de lo que se nos afirma. Pero, como la vida misma, no existe ninguna verdad revelada ni absoluta. Siempre hay otro punto de vista. Y aquí podemos apreciar los hechos desde los ojos de la señorita en cuestión: “Estaba trabajando como camarera en un bar de cócteles, esa parte es cierta. Pero aún entonces sabía que podría encontrar un lugar mucho mejor, con o sin tu ayuda. Los cinco años que tuvimos juntos fueron grandiosos, y todavía te amo. Pero ahora siento que tengo que vivir mi vida por mi cuenta. Supongo que es algo que simplemente me corresponde hacer”.

¿Quién es el que finalmente dice la verdad? ¿Uno de ellos? ¿Ninguno? ¿O los dos a la vez? Porque nuestra realidad es únicamente nuestra, ya que está atravesada por nuestras subjetividades. La forma en que percibimos el mundo está privatizada por nuestras emociones, y las cosas que nos ocurren quedan fijadas en nuestro pasado como si estuvieran gravadas en piedra; sin importar que tal vez esos sucesos no hayan sido como los recordamos. Porque recordamos como queremos recordar, y esto lo podemos comprobar en la historia de cualquier separación de pareja. Basta preguntarle a cada integrante el por qué de la separación para encontrarse con verdades opuestas sobre la misma situación. A veces lo mejor es simplemente dejar todo atrás. Que cada cual se quede con su versión y rehaga su historia allí donde la vida lo lleve. Como en el videoclip, cuando la chica en cuestión reconoce que aún ama a ese hombre mientras mira para atrás… Pero finalmente se da la vuelta y continúa su camino, restándole importancia a las preguntas que se quedarán sin respuesta: “¿Es que ya no me quieres, nena?”. ¡Feliz Deprimartes!

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