martes, 23 de febrero de 2021

Capítulo 263: “Puff The Magic Dragon”. Peter, Paul And Mary. (1963)


 

 

 

Deprimartes draconiano:

 

“Puff, el dragón mágico, vivía a la orilla del mar y retozaba en la niebla de otoño de una tierra llamada Honalee”. Es verdad que los dragones siempre han vivido en nuestra imaginación, pero no siempre se los encuentra en historias antiguas reteniendo princesas en castillos y arrasando aldeas con su aliento de fuego. A veces sólo vuelan alrededor de nuestros sueños y nos acompañan desde los primeros años. Más de un niño supo tener un juguete con forma de dragón con el que ha iluminado sus ratos de juegos. Hasta que un día esa sociedad se termina sin mayor preámbulo. Todos hemos dejado atrás nuestros juguetes más amados cuando resignamos la inocencia de esa niñez ahora perdida. También quedaron atrás nuestros compañeritos de escuela, nuestros juegos por el sólo hecho de jugar, y nuestros amigos imaginarios. Todo lo que jamás volverá pero que se nos queda enquistado en el cajón de los recuerdos, y que puede arrancarnos una lágrima agridulce cada vez que nuestra memoria vuelve a esos años hermosos llenos de pequeñas aventuras. Y así de hermosos eran los años del niño protagonista de esta canción: “El pequeño Jackie Paper amaba al travieso Puff, y le llevaba sogas, lacre, y toda clase de cosas divertidas. Juntos viajaban en un barco con las velas hinchadas, y Jackie hacía de vigía trepado a la cola gigantesca de Puff. Nobles, reyes y príncipes los reverenciaban donde sea que iban, y los barcos piratas arriaban sus banderas cuando Puff rugía ferozmente su nombre”.

 

Quienes nos regalan esta delicada canción de cuna son Peter, Paul & Mary, un trío de hermosísimos arreglos vocales que cuenta con una de las carreras más longevas y exitosas en la historia del Folk. A pesar de que su nombre pueda parecer un guiño a personajes bíblicos, en realidad se trata de los verdaderos nombres de pila de sus integrantes: Peter Yarrow, Paul Stookey & Mary Travers; y una de las razones del gran éxito que tuvieron se debió a que ni bien aparecieron en escena, en 1962, inmediatamente se comprometieron con cuanto movimiento pacifista y de derechos civiles surgió por ese tiempo. De hecho, se presentaron a cantar algunas de sus canciones en la marcha en la que el reverendo Martin Luther King Jr. pronunció su famoso discurso recordado por la frase: “Yo tengo un sueño”. Pero por supuesto que no todo es inocencia, ni siquiera en el Folk. Algunos trasnochados se esforzaron por ver una interpretación bastante más oscura de esta canción inocente… A esta gente tan imaginativa sólo les alcanzaba con que Puff por su condición de dragón pudiese arrojar humo, y que además el apellido del protagonista fuera “Paper” (“Papel”) para comprender a las claras que la letra en realidad nos habla sobre el consumo de marihuana. Y no fue la única melodía naif que sufrió ese tipo de macarthismo a destiempo, un par de años después una canción llamada “Submarino Amarillo” también sería acusada de hacer apología de las drogas en su letra: “Un dragón vive por siempre, pero los niños pequeños dejan de serlo. Las alas pintadas y los anillos de los gigantes le hicieron lugar a otro tipo de juguetes. Y una noche gris ocurrió, Jackie Paper ya no volvió. Y Puff, aquel poderoso dragón, dejó de hacer su temible rugido”. Peter, el autor de la canción, dijo en una entrevista hace muy poco: “Es algo triste crecer, pero les tengo un mensaje: si al hacerlo mantenemos fuertes nuestra ética y nuestros valores, entonces nuestro dragón siempre estará a salvo y feliz”.

 

¿Adónde van los juguetes cuando ya no los usamos? Por lo que sé suelen dormir un sueño casi eterno dentro de cajas vacías en áticos llenos de telarañas, pero quiero creer que gozan de un sueño reparador muy bien merecido luego de haber cumplido su misión de hacerle comprender a un niño que para ser feliz sólo se necesita tener ganas de jugar: “Andaba cabizbajo por la tristeza, y sus verdes escamas caían al suelo como lluvia. Puff ya no iría más a jugar a la calle de los cerezos. Sin su amigo de toda la vida, Puff no podía ser valiente; así que Puff, aquel poderoso dragón, se retiró tristemente a su cueva”. Cuenta la leyenda que una estrofa olvidada de esta canción nos habla de cómo el dragón pasado el tiempo encontró a un nuevo compañerito de juegos, que no sería otro que el hijo de Jackie Paper. ¡Feliz Deprimartes!

 

https://www.youtube.com/watch?v=z15pxWUXvLY 

 


 

 

3 comentarios:

  1. Hablando de amigos imaginarios, hay un animé viejo llamado "La ballena Clementine" acerca de un chico que tenía por amigo, mejor dicho, amiga imaginaria a una ballena blanca llamada, justamente, Clementine que vivía en un vaso con agua y con la compartía aventuras fabulosas e imaginarias.
    Hasta que llegó el terrible día en que este chico empezó a crecer y entonces ya no pudo verla más, porque con la niñez se va también la imaginación desbocada, o gran parte de ella al menos. Lo más triste y desgarrador de este animé es que el protagonista en cierto momento se da de cuenta de que, a medida que iba a creciendo, la imagen de su amiga se hacía cada vez más difusa y remota, y que inevitablemente iba a terminar olvidándola. Por eso se resiste a dejar de ser un niño (está parte recuerda un poco a Peter Pan y al personaje de la novela de Gunther Gräss "El tambor de hojalata"). Clementine entonces le dice que está todo bien, que no se ponga triste, que la vida es así y que siempre iba a estar con él.
    Y luego desapareció del vaso y sólo quedó el agua.

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    1. Creo que por estas pampas se transmitía bajo el nombre de "La ballena Josefina" y en mi niñez me he cruzado con algunos capítulos. Es tal cual como decís, en la vida trocamos la niñez por la pubertad y nos queda como ganancia todo lo que quedará abarcado en nuestra sexualidad, pero... ¡Cuántas cosas perdemos por semejante ganancia! Dejamos de trepar árboles, dejamos de jugar a la escondida, dejamos de girar hasta marearnos por el sólo hecho de divertirnos. Jamás volveremos a ser niños. Por eso es importante no dejar de serlo nunca, aunque sea en un remoto rincón del alma.

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