martes, 2 de abril de 2019

Capítulo 213: “Fluorescent Adolescent”. Arctic Monkeys. (2007)




Deprimartes payasesco:

Hace no mucho planteé la posibilidad bastante certera de que el Rock hubiera muerto prácticamente con el siglo que lo vio nacer, pero de ser así; ¿cómo catalogamos la música de nuestros días que intenta sonar como Rock? Si el Rock efectivamente murió, ¿cómo llamamos a lo que hacen las bandas que continúan haciendo Rock? ¿Bajo qué subgénero podría etiquetarse su obra? Esa duda nos ataca frente a cualquier agrupación de guitarras que pretende sonar rockera en el alba del nuevo milenio, y aquí tenemos el caso de los Arctic Monkeys. Una de las definiciones con las que podemos describir el movimiento musical al cual pertenecen es la de Post Punk Revival, título ya rebuscado si los hay; y que nos da una clara idea de que el Rock se está quedando sin nombres disponibles a la hora de bautizar a sus subgéneros. De esta rama cuyo sonido pretende abrevar en las bandas New Wave de fines de los ‘70s son un claro ejemplo los Arctic Monkeys junto con otros grupos como The Strokes, Franz Ferdinand y Kaiserchiefs. Pero en este caso particular se transformaron en el mascarón de proa del futuro digital de la música, ya que fueron una de las primeras bandas (sino la primera) en ganar masividad primordialmente a través de internet; específicamente ofreciendo descargar su música a través de su sitio en la red social Myspace. Es por esto que su aparición es considerada como un cambio de paradigma a la hora de comercializar música: “Oh, Flo, ¿adónde te has ido? Partiéndote de risa abandonaste la Avenida de Quién Ríe al Último. Lanzaste una carcajada sonora, pero ya no vas a volver nunca más”.

La coulrofobia es la sensación de pánico y terror que ciertas personas experimentan hacia los payasos. Es una fobia bastante bien estudiada y documentada, y se sabe que tiene sus raíces en alguna horrorosa primera impresión que de niños tuvimos con especímenes de esos dudosos integrantes de troupe circense. Y en ese período de la vida parece investigar el presente videoclip al hablar de cómo las amistades pueden, con el paso del tiempo, convertirse en algo totalmente diferente. Dos pandillas, una de ellas conformada sólo por payasos, y la otra por lo que parecen ser delincuentes, se muelen a golpes en un lugar abandonado. Los líderes de estos grupos, mientras pelean, rememoran lo fuerte que fue su amistad en su infancia, entre juegos y alegría; para terminar preguntándose: “¿Cómo fue que llegamos a esto?”. Nuestros más queridos afectos de la niñez pueden terminar convirtiéndose en desconocidos con los cuales nos es imposible imaginar que alguna vez compartimos interminables ratos de sana diversión. De esto es primordialmente de lo que habla este tema, de cómo el volvernos adultos puede llegar a escindirnos completamente de lo que una vez supimos ser con orgullo. Aunque la letra de la canción parece recorrer un sendero diferente: “Solías ponerte unas medias de red, y ahora sólo te pones un pijama para irte a dormir. Descartaste todas esas travesuras nocturnas sólo para volverte amable. Terminaste aterrizando en una crisis que es muy común, porque todo parece estar siempre en orden en un agujero negro. Nada resulta tan hermoso como el pasado, aunque ahora a tu trago le falta un poco de picante. ¿Recuerdas cuando solías ser una atrevida?”.

La letra parece estar enfocada a recordarle a una chica, en forma de pase de factura, sus mejores años, los que quedaron caricaturizados por el simple paso del tiempo. Algo que, plus minusve, nos pasa a todos: “Oh, ese chico es una escoria. Y es el mejor que has tenido. El mejor que has tenido es sólo un recuerdo, y todos esos sueños no parecen tan locos cuando vuelves a soñar con ellos, mi amor”. Todos vemos como los años han ido pasando y han afectado en mayor o menor medida a nuestros coetáneos. Nuestros viejos compañeros de colegio ahora son sólo eso, viejos. Y ante este pensamiento solemos ir corriendo al espejo para evaluar los despojos que nuestra batalla contra el tiempo ha dejado en el espacio que antes ocupaba nuestra mejor versión de nosotros mismos: “Ojeando un libro de consejos sexuales. ¿Recuerdan cuando todos los chicos estaban en la onda eléctrica? Ahora cuando a ella le dicen que va a conseguir lo que se proponga supongo que simplemente preferiría olvidarse de todo. Aferrándose a la idea de no volverse sentimental, ella dijo que no iriá pero al final asistió igual. Le gusta que sus caballeros no sean tan caballeros. ¿Eso era un marcador indeleble o un pequeño lápiz?”. Los años pasan… Y las cosas que recordamos quedan embellecidas por esa capa de barniz con la que nuestra endeble memoria suele recubrir nuestras mejores anécdotas. ¡Feliz Deprimartes!


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